A mi diario

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych DIARIO ÍNTIMO DE LA GUERRA

INTERNACIONAL

Un grupo de escolares en un colegio de Bucha (Ucrania) en su primer día de colegio
Un grupo de escolares en un colegio de Bucha (Ucrania) en su primer día de colegio ROMAN PILIPEY | EFE

05 sep 2022 . Actualizado a las 15:17 h.

El 1 de septiembre ha llegado y no podré escribir mi diario al ritmo que mantenía durante los últimos cinco meses. Me esperan mis artículos académicos, mis proyectos de colaboración internacional, mis cursos: la rutina universitaria, que toma mucho tiempo. No quiero decir que no escribiré mis textos en el futuro, pero lo haré de un modo menos intensivo y regular. Este cambio en la forma de aportar mis testimonios es un momento oportuno para comentar qué importancia ha tenido el diario en mi vida en estos 190 días.

El género del ensayo en literatura española siempre ha sido mi favorito. Me encantan Miguel de Unamuno, Azorín, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset, María Zambrano, Jon Juaristi y muchos otros. Ellos usaban el ensayo como un laboratorio del pensamiento crítico, como una herramienta para reflexionar sobre los temas más difíciles: el sentido de la vida y el problema de España. Mis testimonios han jugado el mismo papel para mí. Algunos de ellos son reportajes que hablan sobre los acontecimientos de la guerra, otros son confesiones. También he tratado de construir la imagen de Ucrania en esta guerra y por esto incluía de vez en cuando informaciones breves sobre las figuras más destacadas de la historia literaria ucraniana, sobre las tradiciones del país. Y por supuesto, en muchos ensayos he tocado el tema de Rusia porque soy ruso y me traumatiza lo que está haciendo mi primera patria, en la que pasé mis primeros 18 años, a mi patria verdadera: Ucrania.

Mirando atrás, a la fase inicial de la guerra y de mi diario, debo reconocer que mis testimonios me han servido de apoyo. El ritmo de escribir me permitió no perder mis prácticas intelectuales habituales. Es un lujo en la época de la guerra. Poco a poco he restaurado mi interés en la investigación y mi capacidad de construir nuevos proyectos, tan necesarios para ayudar a mis colegas. Al mismo tiempo, en mi diario he conseguido articular las conclusiones que, sin duda alguna, serán ideas fundamentales para mi futuro. Idea número uno: el largo proceso de mi conversión en ucraniano se ha acabado. Durante muchos años me he considerado un ser humano con la identidad doble, rusoucraniana. Mis colegas españoles solían presentarme en congresos: «El profesor Pronkevych es un hispanista ruso que vive en Ucrania». Después del 24 de febrero esta fórmula me hierre y les pido que nunca mencionen mi procedencia rusa. Es un error del destino que la guerra ha corregido. Idea número dos: Rusia como cultura ya no es mi cultura. Es un conjunto de prácticas de otro pueblo, muy agresivo y muy feo. Comprendo mejor esta cultura que otras porque domino el ruso y he acumulado las prácticas de leer y comentar las obras de la cultura rusa. Sin embargo, a nivel íntimo a mí me separa de ella un abismo profundo y ancho.

 Anteriores entregas

31 de agosto La tarea para el año académico 2022-2023

28 de agosto Arturo Pérez-Reverte en la guerra ucraniana

27 de agosto El regusto del Día de la Independencia

25 de agosto La bandera ucraniana en los murales

23 de agosto Mijaíl Buznik

22 de agosto En vísperas del Día de la Independencia

20 de agosto Otras dos bombas en la Universidad Petro Mohyla

18 de agosto Dos cohetes han caído en la Universidad Petro Mohyla

17 de agosto Asol ya es otra

16 de agosto La guerra como cotidianidad

15 de agosto ¡Dios mío! ¿Habéis visto esto?

14 de agosto El teatro sádico de la guerra

11 de agosto La «mancha negra» para la Universidad Petro Mohyla

9 de agosto Maik Yohansen

7 de agosto Las profesoras refugiadas

5 de agosto La Pasionaria del equipo Shakespeare

4 de agosto La Casa de los Oficiales de la Marina

2 de agosto Sobre el hombre inútil

31 de julio ¡Viva la universidad de Cádiz!

29 de julio Las historias de los muñecos

27 de julio El Renacimiento fusilado

26 de julio Ligero de equipaje

25 de julio El festival de cine en los sótanos

24 de julio Los efectos de la guerra en el medio ambiente

22 de julio Salvando al soldado gato

21 de julio La boa y el elefante

19 de julio ¿Será Ucrania una nueva Atlántida?

17 de julio Historia de Ucrania en cuatro mapas

16 de julio El terror aéreo

14 de julio Masyanya. Episodio 162

13 de julio Natalena Koroleva, la escritora ucraniana española

12 de julio «Ukraïner» en español

10 de julio David y Goliat

7 de julio ¿Por qué Mariúpol ha sufrido tanto?

6 de julio Conversación bajo la tormenta bíblica

5 de julio Iya kiva

4 de julio Saludos desde el sur de Ucrania

3 de julio Esqueletos en el armario

2 de julio ¿Adónde hemos llegado?

1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana

30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas

28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara

27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022

26 de junio Ucrania renovará Europa

23 de junio La noche antes del examen

22 de junio El regreso a Europa

21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo

20 de junio Cuando el helecho florece

18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra

17 de junio Los dibujos animados contra la guerra

16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes

15 de junio El vals de la despedida

12 de junio Ucrania en la revista TTAK

10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania

9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?

7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?

5 de junio Pushkin ha vuelto

4 de junio Escuchen las voces de Ucrania

3 de junio El verano de nuestra victoria

2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv

31 de mayo ¿Es Rusia fascista?

30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos

29 de mayo Lesya Ukrainka

27 de mayo La guerra y el tiempo

26 de mayo Releyendo mi diario

25 de mayo Moisés

24 de mayo ¿Adiós Pushkin?

22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística

21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania

20 de mayo El genocidio en Ucrania

18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»

17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra

16 de mayo Nostalgia

14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)

13 de mayo Mi Galicia

12 de mayo Un congreso cultural pospuesto

11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido

9 de mayo Gregorio Skovorodá

8 de mayo Regalos para la fiesta

7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania

4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)