¿Adónde hemos llegado?

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych CATEDRÁTICO DE LITERATURA ESPAÑOLA EN LA UNIVERSIDAD DE MYKOLAIV

INTERNACIONAL

Un edificio residencial destruido por las bombas rusas en Odesa
Un edificio residencial destruido por las bombas rusas en Odesa STRINGER | EFE

02 jul 2022 . Actualizado a las 16:02 h.

Siendo parte de los acontecimientos globales, tales como la guerra de Rusia contra Ucrania, siempre merece la pena hacer paradas de vez en cuando para repensar los hechos y tratar de sintetizar el panorama general de los procesos en los que estamos metidos. Esta práctica es útil no solamente para los que están experimentando la tragedia, sino para los que están contemplándola desde fuera. 

Hoy es 1 de julio, el primer día del segundo mes de verano, el día 128 de la invasión rusa de Ucrania. Putin, obsesionado con su sueño imperialista, todavía cree que está ganando la guerra. Las razones para pensar así son la siguientes. Primera: su Ejército está avanzando en la región de Lugansk. En realidad, la ofensiva va mal y tiene un alto coste en vidas de soldados rusos. Pero esas pérdidas no le importan al dictador ruso, porque las vidas de sus militares no tienen ningún valor para él. Segunda: los rusos están dispuestos a pagar los precios morales y materiales de la «operación especial» pensando, como su amo, que el desastre de Rusia es su gloria. Tercera: las sanciones implementadas por Occidente no funcionan para parar la guerra. Sin duda alguna, están destruyendo la economía rusa y la aplicación de esta política dará frutos, pero en un futuro bastante lejano. Por lo menos, Putin está seguro de que tiene bastante tiempo para estrangular a Ucrania antes de que «el pueblo profundo ruso» se rebele contra las consecuencias de las sanciones, sintiéndolas en su propia piel, muy gruesa y bien adaptada a las privaciones.

Ucrania está combatiendo heroicamente. Su Ejército hace una exhibición de maestría militar resistiendo frente a los rusos, que siguen recibiendo las reservas recogidas en todo el territorio del imperio putinista. Los civiles están asustados por la destrucción de sus ciudades y por la caída vertiginosa de su nivel de vida. No sabemos exactamente cuántos militares han muerto en el frente. Tampoco sabemos los números exactos de las víctimas civiles de los bombardeos masivos y de las prácticas de exterminio en las zonas ocupadas. Lo que intuimos todos es que, cuando conozcamos un balance más o menos fiable, nos espera un golpe emocional muy fuerte.

Como resultado, al pasar cuatro meses, se observan algunos cambios en las reacciones de los ucranianos ante la guerra. En la prensa y en Facebook han desaparecido los chistes o cuentos humorísticos. Su lugar ha sido ocupado por numerosas fotos de soldados y oficiales caídos. Sin embargo, en la sociedad ucraniana no se observa pánico ni frustración. La rabia contra los rusos es ahora más íntima, más arraigada en los corazones. Ucrania se ha hecho la fortaleza inexpugnable que defiende estoicamente su opción existencial.

Occidente también ha cambiado y ha pasado a un apoyo más concreto. Ucrania es candidato a la UE y Putin es el enemigo número uno de Occidente. Las armas están llegando y, sin embargo, su suministro todavía es demasiado lento.

El cuadro de la situación en el frente es dramático. La lucha seguirá porque la resiliencia de Ucrania es inquebrantable.

Oleksandr Pronkevych catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv

 Anteriores entregas

1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana

30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas

28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara

27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022

26 de junio Ucrania renovará Europa

23 de junio La noche antes del examen

22 de junio El regreso a Europa

21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo

20 de junio Cuando el helecho florece

18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra

17 de junio Los dibujos animados contra la guerra

16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes

15 de junio El vals de la despedida

12 de junio Ucrania en la revista TTAK

10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania

9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?

7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?

5 de junio Pushkin ha vuelto

4 de junio Escuchen las voces de Ucrania

3 de junio El verano de nuestra victoria

2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv

31 de mayo ¿Es Rusia fascista?

30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos

29 de mayo Lesya Ukrainka

27 de mayo La guerra y el tiempo

26 de mayo Releyendo mi diario

25 de mayo Moisés

24 de mayo ¿Adiós Pushkin?

22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística

21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania

20 de mayo El genocidio en Ucrania

18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»

17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra

16 de mayo Nostalgia

14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)

13 de mayo Mi Galicia

12 de mayo Un congreso cultural pospuesto

11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido

9 de mayo Gregorio Skovorodá

8 de mayo Regalos para la fiesta

7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania

4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)