E l historiador estadounidense Timothy Snyder cree que Rusia es fascista. En un artículo publicado el pasado 19 de mayo en The New York Times escribe: «La actual Rusia cumple la mayoría de los criterios que tienden a aplicar los académicos» para calificarla de fascista a un Estado. Concretamente, esos criterios son el culto a un único líder, el culto a los muertos y el mito sobre una anterior época dorada de grandeza imperial, que ha de ser restaurada mediante una guerra.
El artículo abre el debate. Los putinistas consideran que Rusia está protegiéndose de Ucrania, el mayor país fascista del mundo. Y los ucranianos están totalmente de acuerdo con Snyder. Los pensadores críticos se posicionan entre estas posturas opuestas: aceptan el hecho de que la agresión del Ejército ruso sobre Ucrania, pero niegan que el régimen de Putin sea fascista. Yo también utilizó los términos «fascismo» y «fascista» para hablar de Rusia. Por eso quiero aprovechar la polémica abierta por el profesor estadounidense como pretexto para explicar qué significados tienen estas palabras para mí.
El problema es que en los países postsoviéticos hay un uso indebido del término «fascismo». Incluso la gente formada sabe poco sobre la diferencia entre el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán. En la conciencia popular, la definición del fascismo se basa en su memoria histórica, guardada en testimonios, imágenes (películas y fotos), géneros artísticos (cine, literatura, pintura, escultura) y exposiciones de museos. Solo a los investigadores profesionales les interesan concretar los criterios para deducir si un régimen puede ser reconocido como fascista. Para las masas, la verdad es otra: el fascista es el que no solamente mata, sino que tortura, humilla, destruye sin piedad y obtiene placer, matando, torturando y humillando al otro individuo, otro pueblo, otra nación. De niño, jugando a la guerra, dividíamos al bando enemigo en alemanes y fascistas. Los alemanes eran «soldados» que guerreaban contra los nuestros sin perder sus rasgos humanos. Los «fascistas» tenían inclinaciones sádicas. A estos últimos los expulsábamos del juego como degenerados peligrosos. Habíamos aprendido esta división escuchando a nuestros abuelos.
Soy un investigador con mis metodologías propias. Ellas me enseñan que debo poner en duda cualquier definición popular, pero en el caso del fascismo prefiero quedarme con las masas, ya que el significado vago e infantil del fascismo tiene una dimensión humanista. Llama «bárbaro», «bestial», «sádico» a un fenómeno que no puede ser nombrado de otro modo. Los argumentos intelectuales muy a menudo funcionan para la auto-absolución de los que solíamos llamar «fascistas» en nuestra niñez.
Según mi criterio, Rusia es fascista, porque está aniquilando de la forma más despiadada y sádica a Ucrania. Sin embargo, la pregunta de si el régimen de Putin es fascista se queda. ¿Por qué no puede ser que en su profundidad es fascista y en la superficie sabe crear simulacros que permiten a algunos investigadores pensar que es autoritario, mafioso, totalitario, dictatorial personalista?. Cualquier cosa menos fascismo. Rusia, tan única, ha producido un fascismo peculiar.
¡La palabra clave es fascismo!
Oleksandr Pronkevych catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv
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30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos
29 de mayo Lesya Ukrainka
27 de mayo La guerra y el tiempo
26 de mayo Releyendo mi diario
25 de mayo Moisés
24 de mayo ¿Adiós Pushkin?
22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística
21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania
20 de mayo El genocidio en Ucrania
18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»
17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra
16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)