¿Es Rusia fascista?

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych DIARIO ÍNTIMO DE LA GUERRA

INTERNACIONAL

Personas observan un tanque ruso destruido en la aldea de Dmitrivka, cerca de Kiev.
Personas observan un tanque ruso destruido en la aldea de Dmitrivka, cerca de Kiev. Sergei Chuzavkov / Zuma Press

31 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

E l historiador estadounidense Timothy Snyder cree que Rusia es fascista. En un artículo publicado el pasado 19 de mayo en The New York Times escribe: «La actual Rusia cumple la mayoría de los criterios que tienden a aplicar los académicos» para calificarla de fascista a un Estado. Concretamente, esos criterios son el culto a un único líder, el culto a los muertos y el mito sobre una anterior época dorada de grandeza imperial, que ha de ser restaurada mediante una guerra. 

El artículo abre el debate. Los putinistas consideran que Rusia está protegiéndose de Ucrania, el mayor país fascista del mundo. Y los ucranianos están totalmente de acuerdo con Snyder. Los pensadores críticos se posicionan entre estas posturas opuestas: aceptan el hecho de que la agresión del Ejército ruso sobre Ucrania, pero niegan que el régimen de Putin sea fascista. Yo también utilizó los términos «fascismo» y «fascista» para hablar de Rusia. Por eso quiero aprovechar la polémica abierta por el profesor estadounidense como pretexto para explicar qué significados tienen estas palabras para mí.

El problema es que en los países postsoviéticos hay un uso indebido del término «fascismo». Incluso la gente formada sabe poco sobre la diferencia entre el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán. En la conciencia popular, la definición del fascismo se basa en su memoria histórica, guardada en testimonios, imágenes (películas y fotos), géneros artísticos (cine, literatura, pintura, escultura) y exposiciones de museos. Solo a los investigadores profesionales les interesan concretar los criterios para deducir si un régimen puede ser reconocido como fascista. Para las masas, la verdad es otra: el fascista es el que no solamente mata, sino que tortura, humilla, destruye sin piedad y obtiene placer, matando, torturando y humillando al otro individuo, otro pueblo, otra nación. De niño, jugando a la guerra, dividíamos al bando enemigo en alemanes y fascistas. Los alemanes eran «soldados» que guerreaban contra los nuestros sin perder sus rasgos humanos. Los «fascistas» tenían inclinaciones sádicas. A estos últimos los expulsábamos del juego como degenerados peligrosos. Habíamos aprendido esta división escuchando a nuestros abuelos.

Soy un investigador con mis metodologías propias. Ellas me enseñan que debo poner en duda cualquier definición popular, pero en el caso del fascismo prefiero quedarme con las masas, ya que el significado vago e infantil del fascismo tiene una dimensión humanista. Llama «bárbaro», «bestial», «sádico» a un fenómeno que no puede ser nombrado de otro modo. Los argumentos intelectuales muy a menudo funcionan para la auto-absolución de los que solíamos llamar «fascistas» en nuestra niñez.

Según mi criterio, Rusia es fascista, porque está aniquilando de la forma más despiadada y sádica a Ucrania. Sin embargo, la pregunta de si el régimen de Putin es fascista se queda. ¿Por qué no puede ser que en su profundidad es fascista y en la superficie sabe crear simulacros que permiten a algunos investigadores pensar que es autoritario, mafioso, totalitario, dictatorial personalista?. Cualquier cosa menos fascismo. Rusia, tan única, ha producido un fascismo peculiar.

¡La palabra clave es fascismo!

Oleksandr Pronkevych catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv

Anteriores entregas

30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos

29 de mayo Lesya Ukrainka

27 de mayo La guerra y el tiempo

26 de mayo Releyendo mi diario

25 de mayo Moisés

24 de mayo ¿Adiós Pushkin?

22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística

21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania

20 de mayo El genocidio en Ucrania

18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»

17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra

16 de mayo Nostalgia

14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)

13 de mayo Mi Galicia

12 de mayo Un congreso cultural pospuesto

11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido

9 de mayo Gregorio Skovorodá

8 de mayo Regalos para la fiesta

7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania

4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)