El columpio de esperanzas y temores

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych DIARIO ÍNTIMO DE LA GUERRA

INTERNACIONAL

Jarkov Ukrainian Territorial Defence fighters wait for an order in the city of Kharkiv, Ukraine, 27 February 2022.
Jarkov Ukrainian Territorial Defence fighters wait for an order in the city of Kharkiv, Ukraine, 27 February 2022. SERGUÉI KOZLOV | Efe

Oleksandr Pronkevych, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv, relata cómo la guerra se ha convertido en un fenómeno cotidiano en Ucrania

01 mar 2022 . Actualizado a las 15:39 h.

Es imposible distinguir el cuarto del quinto día de la guerra. Porque está convirtiéndose en un fenómeno cotidiano. En el cuarto día de conflicto podían verse combates y confrontaciones militares al norte, este y sur. Los rusos trataban de rodear Kiev y conquistar otras ciudades grandes. Grupos de saboteadores entraron en Kiev, Járkov, Mykolayiv, Odesa, donde se encontraron con los disparos de los ucranianos. Por la tarde, Lukashenko ofreció su país como sede de las negociaciones entre Ucrania y Rusia. El lugar propuesto fue un punto en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia. 

Zelenskyi se tomó la pausa y no respondió, pero luego dio su consentimiento al encuentro. De todas formas, dijo que no creía que las negociaciones fueran a tener éxito. El quinto día de guerra no fue más que una continuación del cuarto. Y la coreografía bélica continuó con su horroroso ritual.

Las perspectivas de diálogo dieron esperanzas a la gente en el quinto día de conflicto. Los rusos habían avanzado poco. Aunque disponían del triple de efectivos, tanto en aviones como en barcos, no lograron ningún objetivo en esta batalla relámpago. Zelenskyi no fue destituido. Kiev, Mykolayiv, Jersón y Odesa permanecían controladas por el Ejército ucraniano. La primera fase de la «operación militar especial» ha costado a Rusia más de 5.000 pérdidas humanas, según Ucrania, además de cientos de vehículos militares o decenas de aviones. El ejército «más fuerte en el mundo», del que Rusia tanto se jactaba  y donde han invertido tantos miles de millones de dólares, en realidad solo le ha valido para convertir a sus soldados en carne de cañón. El modus operandi no había cambiado: los generales estaban llevando a sus soldados al exterminio como un agricultor hecha leña al hogar

El optimismo llegó a las conversaciones, a los mensajes que aparecían en las redes sociales, a los comentarios televisivos.., cuando comenzaron a llegar las noticias sobre las primeras consecuencias de las sanciones contra la economía rusa.  

Pero la esperanza que había llegado la mañana del quinto día de guerra se ensombreció con nuevos temores que llegaron por la tarde. Los soldados que habían reemplazado a los muertos cayeron muertos. Gracias a esa bárbara táctica, el avance de las tropas rusas continuaba, a pesar de toda la resistencia ucraniana. Mariúpol quedó bloqueada. Berdianks fue ocupada. La idiotez  de las tropas que avanzaban tropezó con la abnegación de los que defienden su tierra y, como resultado, la rabia de Putin y de su ejército aumentó: bombardeos en las zonas urbanas, la destrucción de casas se volvió más sistemática y comenzaron a matar civiles. La conducta de los invasores se había hecho más cínica y brutal. Ya comenzaba a escucharse que el uso de armas inteligentes no era suficiente y que había llegado la hora de pasar a prácticas clásicas como los bombardeos masivos de barrios residenciales para romper la resistencia de los ucranios. El uso de armas nucleares contra los nacionalistas ucranianos también se consideraba como una de las opciones posibles. El Columpio de esperanzas y temores es el Diábolo que se entretiene con la guerra.