Los dibujos animados contra la guerra

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych CATEDRÁTICO DE LITERATURA ESPAÑOLA EN LA UNIVERSIDAD DE MYKOLAIV

INTERNACIONAL

Un soldado ruso patrulla por la ruinas de la planta de Azovstal en Mariúpol, arrasada por los bombardeos del Ejército de Moscú
Un soldado ruso patrulla por la ruinas de la planta de Azovstal en Mariúpol, arrasada por los bombardeos del Ejército de Moscú SERGEI ILNITSKY | EFE

01 may 2023 . Actualizado a las 18:17 h.

Muchos piensan que los dibujos animados solo sirven para divertir a los niños o para la propaganda. Es una opinión errónea. La animación se distingue por poseer un lenguaje artístico muy rico que es capaz de expresar la tragedia de la guerra. Los dos proyectos que he encontrado en la red confirman esta observación.

El primero es la película creada por el grupo Animación voluntaria de Ucrania. Su título es Almas. Este vídeo de dibujos animados está dedicado a los civiles muertos en varias ciudades ucranianas. Su idea es transmitir el dolor que los ucranianos están sufriendo desde el inicio de la guerra. La tecnología de la animación es simple. Por encima de las imágenes de escombros de las viviendas surgen y se desvanecen entre el polvo siluetas de color ceniciento: una abuela en su silla de ruedas, una madre con su bebé en brazos, un hombre en bicicleta, unos padres con su niño viajando en coche... La guerra ha matado a esta gente. Así funciona el mecanismo del genocidio, aniquilando vidas y memorias para siempre.

Otro proyecto es el canal de YouTube Animators Against the War, puesto en marcha por los creadores más conocidos y prestigiosos de la animación rusa. La declaración de intenciones de este proyecto señala directamente a la guerra: «Todo lo que está pasando ahora en Ucrania es una tragedia horrible. Nada puede justificar el terror que la guerra ha traído al pacífico pueblo ucraniano en nuestro nombre. ¡Instamos a poner fin a la guerra sin demora! ¡Exigimos el respeto a la integridad territorial de Ucrania!». El manifiesto ha sido firmado por 658 animadores rusos, concretamente, por clásicos de la animación como Yuri Norstein, Igor Kovalyev, Andrey Khrzhanovsky, Konstantin Bronzit y directores jóvenes como Sasha Svirsky, Dina Velikosvkaya y Irina Rubina. Cada vídeo (en total son seis) se compone de micropelículas que duran unos segundos y fueron creadas por un director o un equipo. A pesar de su brevedad, cada animación impresiona al espectador por su carga emocional e intelectual: son imágenes alarmantes e impactantes y, al mismo tiempo, estéticamente perfectas. Son como películas de dibujos aminados basadas en Los desastres de la guerra, de Goya, o en el Guernica, de Picasso.

No tengo duda de que los artistas de animación rusos son sinceros en su rabia contra la guerra desencadenada por su país contra Ucrania, pero estoy seguro de que su acto de protesta estética no ha salido del gueto intelectual en que habitan «los buenos rusos». Sus fascinantes películas no las ven los rusos que están matando a los ucranianos, porque los rusos de hoy en día son seres espiritualmente primitivos a los que no les toca el arte. Ellos son buenos en cuestiones como los inodoros y las violaciones. Los animadores rusos son estetas que están dibujando una guerra que no conocen. Ellos crean sus películas para Occidente y para nosotros. Por el contrario, la película ucraniana es comprensible para cualquier espectador en el mundo porque es una herida abierta de la que están manando ríos de sangre.  

Anteriores entregas

16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes

15 dejunio El vals de la despedida

12 de junio Ucrania en la revista TTAK

10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania

9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?

7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?

5 de junio Pushkin ha vuelto

4 de junio Escuchen las voces de Ucrania

3 de junio El verano de nuestra victoria

2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv

31 de mayo ¿Es Rusia fascista?

30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos

29 de mayo Lesya Ukrainka

27 de mayo La guerra y el tiempo

26 de mayo Releyendo mi diario

25 de mayo Moisés

24 de mayo ¿Adiós Pushkin?

22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística

21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania

20 de mayo El genocidio en Ucrania

18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»

17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra

16 de mayo Nostalgia

14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)

13 de mayo Mi Galicia

12 de mayo Un congreso cultural pospuesto

11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido

9 de mayo Gregorio Skovorodá

8 de mayo Regalos para la fiesta

7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania

4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)