El verano ha llegado a Ucrania. Todos se han dado cuenta de este hecho como si el verano hubiera llegado a Ucrania por la primera vez en la historia de la humanidad. «El verano de nuestra victoria», dicen las mujeres con flores en las manos. El barrio de Leópolis en el que alquilamos el piso se llama Levandivka en memoria de la aldea homónima que existía allí hace muchos años. Numerosos árboles, frutales y no frutales, pequeñas huertas con cebollas, patatas, coles, zanahorias... recuerdan el pasado rural de esta zona, ahora cubierta de edificios más modernos. Cerca del sótano en que pasamos tiempo esperando que los ataques aéreos terminen, está una arboleda donde viven ruiseñores. Durante las alertas nocturnas salgo de nuestro refugio para escucharlos cantar y contemplar el ocaso. A propósito, los ucranianos creen que el ucraniano es la lengua de ruiseñores y tienen razón porque el idioma suena fonéticamente como la canción más perfecta del mundo.
El primer día del verano me trajo una experiencia un poco inesperada: el encuentro virtual con los alumnos ucranianos que se han refugiado en España y estudian en el Instituto de Ensino Secundario Monte Castelo, en Burela (Lugo). Las redactoras de La Voz de Galicia me cuentan que ya tengo lectores en Galicia, y la reunión es la evidencia de que es así. Sin embargo, el pretexto del encuentro casi no tenía nada que ver con mis ensayos: me habían pedido que hablara con los niños ucranianos, sus madres, sus maestras y su directora sobre los problemas y las dificultades que habían surgido en el proceso de integración del grupo ucraniano en la rutina educativa del colegio.
Al otro lado de la pantalla de mi portátil vi a cinco alumnos ucranianos —a cuatro chicas de 15 años y un chico de 11— acompañados por sus maestras, la directora, la gente de la Cruz Roja, sus amigos españoles y una periodista de La Voz de Galicia. Todos habían llegado para apoyar a los pequeños refugiados. A pesar de que estábamos comunicándonos con la ayuda de la plataforma digital que no permite el acceso inmediato al aula de las personas con las cuales yo estaba hablando, sentía el espíritu de amor y cordialidad que reinaba en el aula.
Me impresionó el enfoque profesional de mis colegas en el IES Monte Castelo. Por propia experiencia sé lo difícil que es incluir a los alumnos que viven en una cultura en la clase que sigue las reglas de otra cultura. Los sistemas educativos de Ucrania y España son distintos. Los alumnos ucranianos no dominan el español lo suficiente para explicar sus problemas. Las madres están profundamente estresadas. Las preguntas que los educadores del IES Monte Castelo me hacían me confirmaron que los alumnos ucranianos y sus madres están en buenas manos y todos los desafíos serán superados.
¡Muchas gracias, Galicia y gallegos, por la calurosa acogida de nuestros refugiados pequeños y adultos!
Anteriores entregas
1 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv
31 de mayo ¿Es Rusia fascista?
30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos
29 de mayo Lesya Ukrainka
27 de mayo La guerra y el tiempo
26 de mayo Releyendo mi diario
25 de mayo Moisés
24 de mayo ¿Adiós Pushkin?
22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística
21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania
20 de mayo El genocidio en Ucrania
18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»
17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra
16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)