Sobre el hombre inútil

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych CATEDRÁTICO DE LITERATURA ESPAÑOLA EN LA UNIVERSIDAD DE MYKOLAIV  

INTERNACIONAL

Una mujer camina por una calle de Moscú frente a un cartel en apoyo de la invasión rusa de Ucrania
Una mujer camina por una calle de Moscú frente a un cartel en apoyo de la invasión rusa de Ucrania MAXIM SHIPENKOV | EFE

03 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hemos entrado en agosto, el último mes del verano más absurdo y trágico. Muchos (y yo entre ellos) no podemos aceptar la idea de que estamos en plena guerra, absolutamente bárbara e inhumana, en el siglo XXI. En YouTube salen entrevistas de algunos «buenos» rusos que pertenecen a la misma generación que yo. Les llamo los hombres y mujeres inútiles. Existe este tipo en la literatura rusa clásica. Se trata de los individuos inteligentes, con consciencia moral y dotados de talentos, pero incapaces de realizarse en la brutal realidad rusa. Por muchas razones (políticas, económicas o amorosas) no les salen sus vidas y ellos «se curan» con alcohol, con huidas a sus mundos pequeños o al extranjero. Lo que les hace escaparse es la imposibilidad de respirar, de crear, de ser libres.

La guerra ha actualizado este sentimiento de ser inútil en los intelectuales rusos porque ellos ven que su cultura, tan humana, tan rica y sofisticada, resultó ser inútil para parar los instintos bestiales en el pueblo ruso y para despertarlo de su sueño de la conformidad total que nutre la guerra. Algunos son celebridades con fama internacional que ahora existen en sus guetos intelectuales, intervienen en todas las televisiones del mundo y enseñan su literatura y cultura en las mejores universidades. Otros sobreviven en exilios o en la emigración. Los que están en Rusia guardan silencio. Cualquiera que sea su situación vital, no pueden cambiar nada en Rusia, son inútiles. Son impotentes con buenas intenciones. ¿Para ser útil es menester dejar de ser ruso?

Escribo sobre este tema como un experto porque también soy un hombre inútil ruso. Sin embargo, tuve la suerte de vivir en Ucrania. Ahora mirando atrás veo que algo providencial me sacó de mi zona del mar de Barents y me llevó a Kiev para que yo aprendiera español. Unos años más tarde, en 1991, cuando la URSS se había desintegrado, decidí quedarse en Ucrania para siempre y nunca me he arrepentido. Creo que me he convertido en un hombre útil porque Ucrania, mi verdadera patria, me ha dado lo que no pude tener ni en la URSS ni en Rusia: la libertad para vivir sin tener miedo de ser castigado por ser yo mismo. Antes del 24 de febrero del 2022 yo había realizado todos los sueños de mi juventud: había construido una facultad de filología, había viajado por el mundo entero y nunca había conocido la censura.

El 24 de febrero del 2022 los rusos atacaron mi país. En algunos de mis textos del diario definí la amenaza de la invasión como mi miedo más fuerte. Y no es solo porque me asustan las represalias. Como ruso he aprendido bien el arte de sobrevivir y de escaparse en un país enorme. La perspectiva de que Ucrania sea invadida por los rusos me espanta por otra razón: ellos están llegando para reconvertirme (y a muchos hombres y mujeres como yo) en un individuo inútil. Nunca les dejaremos hacerlo.

 Anteriores entregas

31 de julio ¡Viva la universidad de Cádiz!

29 de julio Las historias de los muñecos

27 de julio El Renacimiento fusilado

26 de julio Ligero de equipaje

25 de julio El festival de cine en los sótanos

24 de julio Los efectos de la guerra en el medio ambiente

22 de julio Salvando al soldado gato

21 de julio La boa y el elefante

19 de julio ¿Será Ucrania una nueva Atlántida?

17 de julio Historia de Ucrania en cuatro mapas

16 de julio El terror aéreo

14 de julio Masyanya. Episodio 162

13 de julio Natalena Koroleva, la escritora ucraniana española

12 de julio «Ukraïner» en español

10 de julio David y Goliat

7 de julio ¿Por qué Mariúpol ha sufrido tanto?

6 de julio Conversación bajo la tormenta bíblica

5 de julio Iya kiva

4 de julio Saludos desde el sur de Ucrania

3 de julio Esqueletos en el armario

2 de julio ¿Adónde hemos llegado?

1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana

30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas

28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara

27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022

26 de junio Ucrania renovará Europa

23 de junio La noche antes del examen

22 de junio El regreso a Europa

21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo

20 de junio Cuando el helecho florece

18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra

17 de junio Los dibujos animados contra la guerra

16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes

15 de junio El vals de la despedida

12 de junio Ucrania en la revista TTAK

10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania

9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?

7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?

5 de junio Pushkin ha vuelto

4 de junio Escuchen las voces de Ucrania

3 de junio El verano de nuestra victoria

2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv

31 de mayo ¿Es Rusia fascista?

30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos

29 de mayo Lesya Ukrainka

27 de mayo La guerra y el tiempo

26 de mayo Releyendo mi diario

25 de mayo Moisés

24 de mayo ¿Adiós Pushkin?

22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística

21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania

20 de mayo El genocidio en Ucrania

18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»

17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra

16 de mayo Nostalgia

14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)

13 de mayo Mi Galicia

12 de mayo Un congreso cultural pospuesto

11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido

9 de mayo Gregorio Skovorodá

8 de mayo Regalos para la fiesta

7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania

4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)