Rusia se parece cada vez más al Coloso de Goya. Esta semana, enfurecido por el fracaso de sus planes, ha centrado su rabia en objetivos civiles. El centro comercial de Kremenchuk, el edificio de nueve pisos y el centro de descanso en el pueblecito de Serhiivka (en la costa del mar Negro, en la región de Odesa), con decenas de muertos y heridos, adultos y niños, son sus últimos crímenes militares, infames y horrorosos.
Lo más feo es que el Coloso, embriagado con la sangre de los inocentes, está mintiendo como un conejo asustado y trata de engañar al mundo diciendo que tiendas y balnearios, arrasados con misiles, se usan como cuarteles o para almacenar tanques.
Es imposible describir con palabras el miedo que siente la gente en las ciudades y aldeas bombardeadas. Hace algunos días, mi colega de Mykolaiv me llamó por teléfono unos minutos después de la caída de un misil a doscientos metros de su casa. Esta mujer, que es muy reservada y perfectamente educada, no puede dejar a sus familiares y amigos y no tiene otra salida que seguir viviendo bajo las bombas.
Estaba en pánico y, con la llamada, buscaba a alguien con quien compartir su dolor y frustración. Nunca olvidaré su voz, tartamudeando e interrumpida por el llanto, y el grito: «¡No quiero estar aquí!».
Ayer, mi doctorada (a la que llamo Hobbit y que ya ha aparecido en este diario) me mandó un poema que describe la muerte de un niño en un bombardeo. Su autor es Vadím Zhuk. No tengo ni idea de quién es ni dónde está. El poema se titula Esqueleto en el armario y está fechado el 30 de junio del 2022. Traduzco el texto no como obra literaria, sino como un testimonio del terror que está extendiendo el Coloso ruso en las tierras de Ucrania lanzando sus misiles. «Cuando todo se movió con ruido horrible/ y la sopa de la cazuela empezó a caer en la mesa/ y, al pasar un rato, cayó al suelo,/ los muñecos giraron sus caras al otro lado —porque el asunto no era de su incumbencia—./ Él decidió esconderse en el armario/ y estaba allí durmiendo.// Después, se despertó, empezó a gritar y a llorar,/ comió la patata que recogió del suelo,/ tomó el perrito azul/ y regresó al armario.// Ahora, él ya no está vivo.// En la pila de las chaquetas y los vestidos podridos/ la gente encontrará su esqueleto un día./ El hallazgo podría causar risa: /¡El esqueleto en el armario!// Pero nadie se reirá./ La gente retirará este esqueleto pequeño,/ que aprieta el perrito incoloro,/ y lo sacará a la luz blanca y maldita».
Algo me dice que el pobre niño del poema vivía en la misma casa en el pueblecito de Serhiivka que fue destruida el jueves. «Este poema me ha roto el corazón —escribe mi Hobbit—. Yo no me imaginaba que mi compasión por los demás podría matarme».
¿Cuántos esqueletos encontraremos en los armarios que sobrevivirán a los bombardeos del Coloso ruso?
Oleksandr Pronkevych catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv
Anteriores entregas
2 de julio ¿Adónde hemos llegado?
1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana
30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas
28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara
27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022
26 de junio Ucrania renovará Europa
23 de junio La noche antes del examen
22 de junio El regreso a Europa
21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo
20 de junio Cuando el helecho florece
18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra
17 de junio Los dibujos animados contra la guerra
16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes
15 de junio El vals de la despedida
12 de junio Ucrania en la revista TTAK
10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania
9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?
7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?
5 de junio Pushkin ha vuelto
4 de junio Escuchen las voces de Ucrania
3 de junio El verano de nuestra victoria
2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv
31 de mayo ¿Es Rusia fascista?
30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos
29 de mayo Lesya Ukrainka
27 de mayo La guerra y el tiempo
26 de mayo Releyendo mi diario
25 de mayo Moisés
24 de mayo ¿Adiós Pushkin?
22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística
21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania
20 de mayo El genocidio en Ucrania
18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»
17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra
16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)