Iya Kiva

Oleksandr Pronkevych
OLEKSANDR PRONKEVYCH CATEDRÁTICO DE LITERATURA ESPAÑOLA EN LA UNIVERSIDAD DE MYKOLAIV

INTERNACIONAL

La poeta ucraniana Iya Kiva
La poeta ucraniana Iya Kiva Wikipedia

06 jul 2022 . Actualizado a las 16:08 h.

«Nosotros clavamos testimonios como clavos a manos y pies de los niños / Como una conversación nocturna que nadie va a recordar en el futuro» 

La autora de estas líneas es Iya Kiva, la conocida poetisa ucraniana que se ha refugiado en Leópolis. Ella perdió su casa hace ocho años cuando Donetsk, su ciudad natal, fue ocupada por los rusos, que crearon en las tierras invadidas del Dombás la así llamada república popular. Desde aquel momento y hasta el 24 de febrero Iya había vivido en Kiev. Nos conocimos hace algunos años cuando ella llegó a mi universidad en Mykolaiv para leer sus poemas. La segunda etapa de la guerra nos ha llevado a Leópolis donde nos encontramos para discutir sobre lo que nos preocupa: los cambios dramáticos que hace la guerra en el hombre. 

Durante nuestra primera conversación en Mykolaiv hablamos mucho sobre la lengua como herramienta de creación del texto poético. Iya desde el principio escribía en ruso, después, bajo el trauma de la guerra en el Dombás, empezó a crear sus poesías en ucraniano, usando ambos idiomas. Hasta la segunda conversación el ruso se había muerto o, más exactamente, la guerra lo había matado como ella había roto la identificación de Iya con la cultura rusa. 

Unos días antes de nuestro segundo encuentro Iya me había mandado sus poesías escritas después del 24 de febrero y yo me reafirmé una vez más en lo que ya sabía: Iya posee el don de vidente y sabe transcribir en palabras ritmos trágicos de la vida. Sus versos-libros son testimonios poéticos más precisos que crónicas, ensayos o diarios. El imaginario surrealista de sus poemas revela claramente las cosas más fundamentales en la guerra: la pérdida del punto de apoyo por el individuo y su estado de indefensión ante la muerte. 

Sus poesías siempre están llenas de dolor y compasión, como esta: «Durante la segunda guerra mundial/ en mi escuela en Donetsk/ curaban a heridos// durante la segunda guerra ruso-ucraniana/en mi escuela en Donetsk/ fueron heridos maestros//'aún bajo los nazis no era así'/ dice la gente de trabajos físicos pesados/ sobre los ocho años de la vida bajo la tierra// aún bajo los nazis mi bisabuelo-judío/ tenía la oportunidad de salvarse en la ocupación/ bajo la apagada linterna minera del sol// ocho años mi ciudad ocupada/ molía el caramelo de la vida entre las piedras de mejillas secadas/ hasta que los dientes se le han caído/ ya no hay azúcar/ no hay sal/ tampoco hay agua dulce/ ni aun agua técnica// solo sangre de los maestros de ayer en escritores escolares del futuro// aún bajo los nazis no era así/ en mi escuela en Donetsk». Es imposible expresar más densa y físicamente tangible la quintaesencia de la historia ucraniana de los últimos ocho años. 

Iya Kiva vive como millones de ucranianos ahora: alquila una habitación pequeña, ayuda a refugiados, teje redes de camuflaje para El ejército. Es el ave del cielo que recuerda sobre lo humano en la época de brutalidad. 

 Anteriores entregas

4 de julio Saludos desde el sur de Ucrania

3 de julio Esqueletos en el armario

2 de julio ¿Adónde hemos llegado?

1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana

30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas

28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara

27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022

26 de junio Ucrania renovará Europa

23 de junio La noche antes del examen

22 de junio El regreso a Europa

21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo

20 de junio Cuando el helecho florece

18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra

17 de junio Los dibujos animados contra la guerra

16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes

15 de junio El vals de la despedida

12 de junio Ucrania en la revista TTAK

10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania

9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?

7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?

5 de junio Pushkin ha vuelto

4 de junio Escuchen las voces de Ucrania

3 de junio El verano de nuestra victoria

2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv

31 de mayo ¿Es Rusia fascista?

30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos

29 de mayo Lesya Ukrainka

27 de mayo La guerra y el tiempo

26 de mayo Releyendo mi diario

25 de mayo Moisés

24 de mayo ¿Adiós Pushkin?

22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística

21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania

20 de mayo El genocidio en Ucrania

18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»

17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra

16 de mayo Nostalgia

14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)

13 de mayo Mi Galicia

12 de mayo Un congreso cultural pospuesto

11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido

9 de mayo Gregorio Skovorodá

8 de mayo Regalos para la fiesta

7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania

4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)