La guerra como cotidianidad

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych CATEDRÁTICO DE LITERATURA ESPAÑOLA EN LA UNIVERSIDAD DE MYKOLAIV

INTERNACIONAL

Soldados ucranianos patrullan por una zona residencial en Bakhmut, en la región de Donetsk
Soldados ucranianos patrullan por una zona residencial en Bakhmut, en la región de Donetsk NACHO DOCE | REUTERS

15 ago 2022 . Actualizado a las 18:42 h.

Esta fase de la guerra se destaca por la monotonía repetitiva de acontecimientos. En el frente largo cada día pasa casi lo mismo. Los rusos están avanzando en el este como un caracol que lanza fuego y bombas, destruyendo todo a su paso. Toman pueblecitos pequeños pagando el precio enorme de cientos de soldados muertos y heridos y de numerosos vehículos blindados aniquilados. Este cuadro queda sin cambios durante meses. Cambian solamente los nombres de las ciudades víctimas de los ataques, completamente arruinadas. Los invasores entran en ellas para dejarlas morir de hambre, y frío. El nombre más actual es Bajmút. Su sitio lo pueden ocupar Sloviank, o Siversk, o Kremenchúk... En Ucrania quedan muchas ciudades que los rusos todavía quieren conquistar con el mismo ritmo sofocante. En las demás zonas, continúa la interminable guerra posicional con sus horrorosos duelos de artillería que también se ha convertido en algo habitual.

La ofensiva ucraniana en la región de Jersón, tan ansiada, que promete animar la velocidad del tiempo y activar las aguas de los estanques congelados de las esperanzas, se ha pospuesto por tiempo indefinido. La ofensiva rusa en la misma región tampoco se inicia porque los disparos de la artillería ucraniana han acertado a almacenes de munición, puentes y carreteras. El cuerpo enorme del Goliat ruso ha sido paralizado, sin embargo, el proceso de descomposición pasará de una forma rutinaria -aburrida e invisible- y durará una eternidad. Por lo menos, los dos Ejércitos son incapaces de moverse.

Las noticias sobre los bombardeos masivos contra los civiles, que asustaban tanto desde el principio, no suenan como algo nuevo, aunque sus consecuencias son muy severas: día a día Járkov, Nikopil, Mykolaiv y otras ciudades reciben numerosos ataques, sufren incendios y pierden a sus ciudadanos. No puedo decir que nos hemos acostumbrado a esta realidad, porque es imposible acostumbrarse a la muerte, pero, por lo menos, nos hemos reconciliado con el hecho de que el terrorismo aéreo es el fondo permanente e indispensable de nuestra vida cotidiana. Incluso los acontecimientos verdaderamente apocalípticos -como la coreografía alrededor de la planta atómica de Zaporiyia- nos distraen y captan nuestro interés no más que por un momento brevísimo, porque la rutina de la guerra apaga la curiosidad nutrida por el miedo al desastre atómico con que los rusos están chantajeando a Ucrania y al resto del mundo. Los fenómenos impactantes y peligrosos, que se verían como Armagedón en la época de la paz, ahora se han hecho normales. Lo peor no es que hayamos aprendido a vivir con esto, sino la conmoción profunda por el hecho de que la cotidianidad de la guerra no se acabará nunca. El sentimiento de desesperación inunda el alma y con indiferencia volamos en el Columpio de Diablo.

En estos momentos duros pienso en Viktor Frank, filósofo y prisionero de los nazis, quien decía que sobrevivían solamente los que se centran en su trabajo sin preguntarse qué más puede pasar. Sigo su recomendación como un alivio y me ayuda.

 Anteriores entregas

15 de agosto ¡Dios mío! ¿Habéis visto esto?

14 de agosto El teatro sádico de la guerra

11 de agosto La «mancha negra» para la Universidad Petro Mohyla

9 de agosto Maik Yohansen

7 de agosto Las profesoras refugiadas

5 de agosto La Pasionaria del equipo Shakespeare

4 de agosto La Casa de los Oficiales de la Marina

2 de agosto Sobre el hombre inútil

31 de julio ¡Viva la universidad de Cádiz!

29 de julio Las historias de los muñecos

27 de julio El Renacimiento fusilado

26 de julio Ligero de equipaje

25 de julio El festival de cine en los sótanos

24 de julio Los efectos de la guerra en el medio ambiente

22 de julio Salvando al soldado gato

21 de julio La boa y el elefante

19 de julio ¿Será Ucrania una nueva Atlántida?

17 de julio Historia de Ucrania en cuatro mapas

16 de julio El terror aéreo

14 de julio Masyanya. Episodio 162

13 de julio Natalena Koroleva, la escritora ucraniana española

12 de julio «Ukraïner» en español

10 de julio David y Goliat

7 de julio ¿Por qué Mariúpol ha sufrido tanto?

6 de julio Conversación bajo la tormenta bíblica

5 de julio Iya kiva

4 de julio Saludos desde el sur de Ucrania

3 de julio Esqueletos en el armario

2 de julio ¿Adónde hemos llegado?

1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana

30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas

28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara

27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022

26 de junio Ucrania renovará Europa

23 de junio La noche antes del examen

22 de junio El regreso a Europa

21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo

20 de junio Cuando el helecho florece

18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra

17 de junio Los dibujos animados contra la guerra

16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes

15 de junio El vals de la despedida

12 de junio Ucrania en la revista TTAK

10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania

9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?

7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?

5 de junio Pushkin ha vuelto

4 de junio Escuchen las voces de Ucrania

3 de junio El verano de nuestra victoria

2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv

31 de mayo ¿Es Rusia fascista?

30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos

29 de mayo Lesya Ukrainka

27 de mayo La guerra y el tiempo

26 de mayo Releyendo mi diario

25 de mayo Moisés

24 de mayo ¿Adiós Pushkin?

22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística

21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania

20 de mayo El genocidio en Ucrania

18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»

17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra

16 de mayo Nostalgia

14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)

13 de mayo Mi Galicia

12 de mayo Un congreso cultural pospuesto

11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido

9 de mayo Gregorio Skovorodá

8 de mayo Regalos para la fiesta

7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania

4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)