Gore y Bush intentan romper su igualado pulso con la invocación del apoyo divino
CARRERA HACIA LA CASA BLANCA Las encuestas revelan que el escándalo del arresto del candidato republicano puede haber recortado su leve ventaja Al Gore asegura que la victoria es suya. Que mañana se convertirá en el próximo presidente de Estados Unidos. La certeza con la que se manifestó, sin embargo, no es tanta si en lugar de atender a sus optimistas palabras se consideran los augurios de las encuestas. La práctica totalidad siguen dando a su rival, George Bush, una ventaja mínima, pero que podría ser suficiente para que la Casa Blanca cambie de partido. O no serlo y, por las peculiaridades del sistema electoral, permitir que sea el demócrata quien suceda a Bill Clinton. Los dos aspirantes tendrán que esperar hasta el último minuto para conocer su futuro.