Ignazio Marino, cirujano de profesión, se ha visto salpicado por las infiltraciones del crimen organizado en su ayuntamiento, su ausencia durante algunos momentos convulsos en la capital o el viaje a Filadelfia con el papa Francisco
El complejo escultórico, en obras desde hace más de un año, queda ocupado por roedores que «suben por las estatuas, se esconden debajo de los andamios, corren por la plaza» y aparecen «muertos» en la fuente barroca más célebre de Roma