Las historias de Soledad Méndez, Nuria Blanco y Antanas Biskantas siguen muy vivas veinte años después de la catástrofe. Lo dejaron todo en Cáceres, Barcelona y Huesca para entregarse a la comarca. A raíz del chapapote se asentaron en el territorio y siguieron caminos distintos
La Xunta manejaba prácticamente la mitad de presupuesto que hoy, la tasa de paro era idéntica a la actual, la media de edad de la población era 5 años inferior y en la radio sonaba el «Aserejé» y Paulina Rubio
Del tiempo libre, de su nieto y de la pesca disfruta ahora el que fue alcalde de la zona cero del Prestige, Muxía, cuando se hundió el petrolero. «Ese barco -recuerda- nunca tivo que ter zarpado»
La exposición hila desde el presente fragmentos de memoria de la Marcha Mundial de las Mujeres, acaecida en el 2003 entre Cee y Fisterra, en el contexto de las protestas ciudadanas de Nunca Máis contra la catástrofe del Prestige