«Si abro la barra, pierdo clientes»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Bar París, en Pontevedra, con clientes consumiendo en la barra tras el fin de las restricciones
Bar París, en Pontevedra, con clientes consumiendo en la barra tras el fin de las restricciones CAPOTILLO

La mayoría de los bares las mantienen precintadas por las duras exigencias

16 sep 2021 . Actualizado a las 07:32 h.

Las barras de los bares de Galicia reabrieron ayer después de varios meses cerradas por la pandemia. Aunque, para ser precisos, hay que decir que su presencia fue testimonial. La mayoría permanecieron precintadas. Bien porque las condiciones del protocolo acordado por las asociaciones de hostelería y la Xunta son muy exigentes y a muchos empresarios no les compensa -solo se permiten en el nivel 2- o porque aún están estudiando los requisitos recogidos en un DOG publicado a última hora del martes.

De «caramelo envenenado» calificó Suso Peón, del café bar Polígono de Santiago, la medida de permitir utilizarlas, porque las exigencias que hay que cumplir hacen inviable esta posibilidad en la inmensa mayoría de los establecimientos. La clave es que «no es rentable». «Si abro la barra, pierdo clientes. Esa fue la respuesta más extendida entre los hosteleros», explica Thor Rodríguez, presidente de Hostelería Compostela. Desde la asociación comentaron que los profesionales consultados creen, en general, que las nuevas medidas vienen a «complicar más el trabajo». «Vuelven a pedirnos que actuemos de policías», dicen.

La suya es una apreciación generalizada en el resto de Galicia. En Pontevedra, por ejemplo, la mayoría de las barras permanecieron precintadas porque el nivel 2 implica unas exigencias que suponen un enorme quebradero de cabeza. El presidente de Hoempo, Dani Lorenzo, se preguntaba ayer: «¿Por qué complican ahora la normativa de restricciones con más del 80 % de la población vacunada?»

En Vigo, tomarse un café de pie, dentro de los locales, fue ayer casi misión imposible en todo el centro de la ciudad. «No pongas mi nombre, pero te digo que no pienso poner la barra hasta que den más facilidades», apuntaba un hostelero de Rosalía de Castro. Esa fue la tónica general.

En los locales de la Costa da Morte fueron pocos los que abrieron este espacio, al entender que lo que pide la Xunta es muy exigente y costoso. Anto Añón, al frente del veterano Galicia, de Carballo, califica de «increíbles» todos los requisitos, tantos que considera que ganaría menos que con el actual sistema de mesas o con las pruebas a los empleados, el mismo argumento esgrimido en la mayoría de los negocios de Barbanza. «Non nos compensa para ter dous clientes máis», dicen.

En Ourense, más de lo mismo. Roberto González, portavoz de la Asociación de Hostelería e Restauración Ourensá (Ahrou), explicó ayer que todos los asociados con los que ha contactado han optado, de momento, por no dar ese paso. «Es complicado y creo que la mayoría de la gente va a esperar a ver qué sucede. No es rentable por los niveles de distancia que marcaron y por todos los requisitos que hay que cumplir. Parece que hay hostelería de primera y de segunda, porque para locales de calle y de primera línea son absurdas ciertas decisiones que se toman», señala.

En A Coruña las barras también reabrieron con timidez y algunos dueños de locales, como Gema García, del Café Cantante, incluso desconocían que el nuevo protocolo les ofrecía esta posibilidad. Para Diana, propietaria del mítico La Bombilla, aún hay mucha confusión con los cambios normativos. «Abriremos la barra cuando tengamos más clara la normativa», dice.

En Lugo, uno de los centros neurálgicos de las tapas y el consumo en el interior de los locales de toda Galicia, la sensación es unánime: está bien que abran las barras, pero no sirve de nada sin una ampliación de aforo y de horarios.

En Ferrol, la mayoría de los bares también renunciaron a ofrecer el servicio. «Por ahora, la norma genera muchas incertidumbres que necesitamos que nos aclaren», explica Emilio Vázquez, el presidente de los hosteleros. Y en Lalín, y pese a que las fiestas empiezan este viernes, la mayoría también han optado por mantener inactivas las barras. Muchos incluso temen una avalancha en sus locales si las abren. 

Con información de Rocío Ramos, Marga Mosteiro, Rubén Nóvoa, Ana Lorenzo, Melissa Orozco, Nieves Domínguez, Santi Garrido, André Siso, Luis Carlos Llera, Beatriz Abelairas.