Los hosteleros, a la expectativa ante las nuevas medidas
16 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.«No me compensa meter tres sillas en la barra»; «voy a probar y a ver cómo sale». Opiniones tan diversas como colores tienen últimamente las barras de los bares, en lo que podía haber sido el gran reencuentro de los clientes con su cálido hogar. Pero, si cuadra por la falta de costumbre, si cuadra por el desconocimiento de la nueva norma, lo cierto es que en varios de los locales consultados, la invasión del populacho a ese terreno que les ha estado vedado durante muchos meses distó mucho de ser la que se esperaba. «La gente ha estado muy tímida», apuntaba Tati, desde el Coffee Bar en O Piñeiriño. Ella es una de las que ha abierto la barra de su establecimiento, pero tampoco se agolpaban las multitudes. Eso sí, abrir la barra le supuso tener que volver a mover las mesas en ese continuo tetris que supone adaptarse a las normas. Unas normas que, se quejan los autónomos, vuelven a dejar determinados aspectos a la interpretación de los afectados, a la espera de más noticias.
Los niveles
Hubo, y fueron varios, hosteleros que decidieron seguir con las barras cerradas. De hecho, han habido locales que directamente se han quedado en el nivel Cunchiña 1, el más bajo, a pesar de tener que perder un porcentaje de aforo, solo por no tener que asumir algunas de las exigencias que se aparecen el Cunchiña 2.
Y entre esas exigencias aparecen unos cursos obligatorios de formación para los hosteleros. Unos cursos que ayer comenzaron en Vilanova, organizados por el Concello, pero con cierto grado de polémica porque no está muy claro si son válidos o no. A este respecto, entre las asociaciones de hosteleros están mandando comunicados en los que se advierten que los únicos que serán válidos son los que organizará el Sergas, pero fuentes del Concello de Vilanova insisten en que los que ayer se organizaron allí también deberían ser válidos.