La hotelería de Vigo aplaza el estreno de las barras

Luis Carlos Llera Llorente
Luis Carlos Llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Tomarse un café en los bares del centro es tarea casi imposible. La mayoría alegan exceso de medidas preventivas y que los clientes piden el servicio por ahora

16 sep 2021 . Actualizado a las 00:58 h.

Las barras no regresan a la hostelería de Vigo, al menos de momento. Casi todas las cafeterías y restaurantes las mantuvieron precintadas hoy por distintos motivos. Tomarse un café de pie, dentro de los locales, era misión imposible hoy en todo el centro de la ciudad. Muchos dueños de bares alegan falta de información; otros señalan que los clientes no reclaman el servicio por precaución. También influyó en la decisión las medidas que impone la Xunta, que muchos consideraban excesivas.

«En toda la zona de Náutico, por el puerto, no ha abierto nadie», asegurá Rubén Pérez, presidente de la asociación de la zona de As Avenidas y propietario de varios locales. Los hosteleros señalan que existe todavía mucha precaución, tanto por parte de ellos como de los propios clientes. Apunta que los medidores de CO2 homologados por la Comisión Europea que deberían instalarse también suponen que muchos se lo piensen, pues requieren una inversión de trescientos euroos y «no valen los que se están comprando por Internet o en las tiendas de los chinos».

El control continuo del aire, el uso de mascarillas FFP2 y las PCR a los empleados también han retraído a los propietarios de cafeterías y restaurantes, que disponen todavía de un margen de 15 días para aplicar todas las condiciones que marca la normativa. «Hay muy pocos en toda la provincia que se hayan atrevido hoy  a poner las barras», indica César Ballesteros, presidente de la Federación Provincial de Hosteleros de Pontevedra. «Hay que dar formación y eso está influeyendo», añade el representante del sector. Para muchos profesionales, asumir esos cursos tanto tiempo después del estallido de la pandemia y cuando la situación ha mejorado sensiblemente con la vacunación masiva no tiene mucho sentido.

 «No pongas mi nombre, pero te digo que no pienso poner la barra hasta que den más facilidades», apuntaba ayer un hostelero de Rosalía de Castro. En toda esta calle no había ni un solo mostrador disponible. Tampoco en la Porta do Sol ni en Urzaiz. La sensación general es que, por ahora, seguirá sin haberlos a menos que cambien las condiciones.