Nos hemos acostumbrado a disfrutar juntos de todos los momentos desde que entramos en un restaurante. Por las redes sociales rendimos cuenta a todos nuestros seguidores de dónde, con quién y qué comemos. Pero? ¿Compartimos realmente?
14 feb 2019 . Actualizado a las 10:15 h.El término compartir ha quedado relegado a las redes sociales y cada vez es más difícil interpretarlo como compartir mesa, plato o incluso amistad. Pero el individualismo a la hora de disfrutar una comida tiene los días contados. Llegan los food halls o places to be, espacios donde nos reunimos para disfrutar de nuestras experiencias gastronómicas. La comida pasa de ser algo necesario a un plano lúdico.
LAS NUEVAS ÁGORAS
En estos espacios, flanqueados por numerosos locales con distintas ofertas culinarias, el centro eres tú. Llegas, te sirves tu comida favorita y te sientas en mesas corridas para disfrutar del entorno con amigos o incluso con desconocidos. La verdad es que no es nada difícil acabar en un grupo compartiendo los mismos intereses. Pero... ¿dónde? En la Galiciana, mercado «gastrogalaico» de Santiago, la oferta gira alrededor del producto autóctono gallego. Los 16 locales nos muestran la actualización de la cultura gastronómica con distintas materias primas. ¿Y si llueve? No importa. Sin salir de la península, nos encontramos con el Time Out Market de Lisboa. En el restaurado Mercado da Ribeira nos encontramos con 24 restaurantes y 8 bares bajo un mismo techo. Podemos disfrutar también de conciertos, shocookings, talleres y todo tipo de actividades. Pero los británicos llevan haciendo esto desde hace décadas. A Covent Garden y Borough Market se le suma ahora Flat Iron Square. Un lugar plagado de actividades donde nunca pasarás hambre. La bomba la traerán esta primavera los hermanos Adriá junto con el cocinero José Andrés, embajador de la gastronomía española en EE. UU.. En Nueva York, abrirán Little Spain, un espacio dedicado a exaltar nuestros mejores platos.
ADIÓS A LOS RESERVADOS
En el recién inaugurado restaurante de Iván Domínguez en A Coruña, Nado, no hay trampa ni cartón. Mesas corridas y cocina a la vista. Aquí la experiencia se comparte con el resto de los comensales de la mano del sincronizado equipo de cocina y sala. Lo mismo ocurre en Sublimotion de Ibiza. Compartirás mesa con otros once afortunados, o más bien potentados que se pueden permitir disfrutar de esta experiencia de gastronomía y realidad virtual en el restaurante más caro del mundo capitaneado por Paco Roncero con dos estrellas Michelin ¿Y el reservado? No existe. En Fismuler, tanto en Madrid como en Barcelona apuestan por las mesas corridas. Aparte de optimizar el espacio, le da facilidad a sus clientes para que puedan relacionarse y compartir experiencias.
Ya sea en grandes naves cubiertas o en funcionales restaurantes, sentarse en la mesa junto a un desconocido cada vez es más habitual. ¿Nos acostumbraremos a dejar de compartir en redes sociales para recuperar la conversación con nuestro compañero de mesa?