Patrocinado porPatrocinado por

Ribeira Sacra, el salto del ferrado a los viñedos de 50 hectáreas

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

SOMOS AGRO

Plantación del empresario Lorenzo López entre Vilar de Ortelle y Atán
Plantación del empresario Lorenzo López entre Vilar de Ortelle y Atán ALBERTO LÓPEZ

Las nuevas parcelas abren la puerta a la mecanización incluso de la vendimia

01 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Poco más de media hectárea. El equivalente a diez ferrados, medida tradicional todavía muy utilizada en Galicia, es la superficie media de viñedo de los viticultores acogidos a la denominación de origen Ribeira Sacra. Y esos 5.200 metros cuadrados de referencia rara vez se encuentran en una sola pieza, por lo que la dimensión media de la parcela en ese territorio —sobre la base del registro vitícola— se sitúa en 710 metros. Son datos del 2018 que aparecen recogidos en la Estratexia de dinamización das comarcas vitivinícolas de Galicia que elaboró por encargo de la Xunta la Fundación Juana de Vega. Desde entonces, sin embargo, tomaron cuerpo nuevas plantaciones que rompen con la imagen del minifundismo asociada al escenario de la viticultura heroica.

En algunos casos, los nuevos viñedos aptos para la mecanización buscan laderas menos pronunciadas que las de los cañones del Sil o del Miño. En una de estas colinas, cerca de la casa en la que residió el escritor Ánxel Fole en Quiroga, Terrazas de Outeiro acondiciona una plantación de más de 25 hectáreas de viñedo, muy próxima a otra de 15 hectáreas de superficie —plantada exclusivamente de godello— propiedad de Rectoral de Amandi. Rectoral tiene dos viñas más en ese concello: una de 14 hectáreas visible desde la N-120 y otra que ronda las 50 hectáreas en la zona de A Ribeira, próxima a la capitalidad del municipio.

Dificultad y calidad

«No se trata solo de que el viñedo sea dificultoso de trabajar. Nos preocupa la calidad del vino y aquí encontramos unas condiciones óptimas», apunta Juan Luis Vázquez, gerente del proyecto Terrazas de Outeiro, en el que también participa el prestigioso enólogo argentino Mauricio Lorca. Vázquez entiende que este tipo de proyectos abren una nueva etapa en la denominación de origen a la que también deberá adaptarse antes o después su reglamento. Por ejemplo, en lo relativo a la vendimia mecanizada. En la actualidad, el pliego de condiciones de la denominación de origen establece que la recogida de la uva solo se podrá realizar de forma manual.

El presidente de Ribeira Sacra, José Manuel Rodríguez, dice que hay decisiones sobre las que deberá pronunciarse el futuro consejo. Desde su punto de vista, cualquier cambio debería hacerse «con xeito». «Temos que ser competitivos, pero tendo presente tamén que hai cousas que manter», opina.

Quiroga es uno de los principales escenarios, pero no el único, de la reconversión vitícola de la Ribeira Sacra. En la ribera del Miño, a su paso por Pantón, Finca Míllara acondicionó una parcela de 14 hectáreas de viñedo en torno a su bodega con terrazas más anchas y aptas para el empleo de cierta maquinaria. En el caso del proyecto que lleva a cabo el empresario hotelero Lorenzo López en ese mismo municipio, no resulta sencillo cuantificar la superficie de viñedo plantada. Adquirió grandes superficies de terreno en diferentes puntos de ese municipio, que en su mayoría coinciden con parroquias acogidas a la denominación de origen.

En algunos lugares, sin embargo, las plantaciones se llevan a cabo en zonas de llano. No sucede así con la mayor parte de las más de 50 hectáreas con las que se hizo en la ribera del Miño, entre las parroquias de Vilar de Ortelle y Atán, para levantar uno de los macroviñedos de su proyecto, posiblemente el más espectacular de todos. De momento, no se pidió el alta de ninguno de ellos en el consejo regulador.