Cien restaurantes gallegos para disfrutar en casa

SABE BIEN

La hostelería ha bajado la persiana durante un mes en sesenta concellos, pero cada vez más locales empiezan a operar con gigantes como Glovo o de la mano de canales de distribución locales, nacidos a raíz de la crisis sanitaria

16 nov 2020 . Actualizado a las 13:30 h.

 Hace exactamente diez años que España le daba la bienvenida a Just Eat, una plataforma danesa a la que en una década le ha dado tiempo a todo: consiguió hacerse con el monopolio del servicio de comida a domicilio en nuestro país, agachó la cabeza ante Glovo y Deliveroo y ha terminado, prácticamente, en el olvido. «Tú me dejaste de querer cuando menos lo esperaba», diría C. Tangana. Y tal cual. Porque con la llegada de la crisis sanitaria muchos restaurantes se han visto obligados a utilizar el sistema de envío de menús para garantizar la supervivencia de sus locales. Sobre todo, si se pone el foco en Galicia, en esos sesenta concellos que hasta el 4 de diciembre tendrán la persiana bajada.

Más allá de locales de comida rápida, establecimientos especializados en cocido en Lalín, ahora que se acerca la temporada, o clásicos del marisco como Rocamar, en Baiona, permiten a los vecinos de la zona seguir disfrutando de este tipo de manjares. Lo mismo ocurre con cocineros de la órbita Michelin. Pepe Solla, Caco Agrasar y Lucía Freitas se han sumado a esta tendencia con, respectivamente, La Radio (Santiago), Salitre (A Coruña) y Lume (Santiago). También Pepe Vieira, en Pontevedra, ha apostado por hacer envíos desde Ultramar, la taberna que tiene en Pontevedra. Para ello cuenta con el respaldo de Caylu, un servicio de entrega a domicilio nacido en O Salnés a raíz de la pandemia que cuenta con treinta empleados, «y vamos a tener que reforzar». Beatriz Castro, una de las fundadoras de la compañía, explica que, efectivamente, esta tendencia ha venido para quedarse y que empresas como la suya hacen de bombona de oxígeno para muchos locales que, en un primer momento, «eran excépticos con las grandes cadenas de reparto porque no suelen estar de acuerdo con su filosofía de trabajo».

Precisamente para apoyar a este sector y activar los pedidos a domicilio, distintos concellos y organizaciones de hostelería tienen ya guías de restaurantes que siguen funcionando de esta forma alternativa. Ocurre en Burela, en Lalín o en Ferrol. En esta ciudad, la aplicación Look Eats, impulsada por la asociación de hosteleros de la urbe, logró gestionar más de un centenar de pedidos en su primer fin de semana de vida, a finales de octubre. Otros, por libre, hacen de la necesidad virtud y encuentran oportunidades que, quizás, sean un chollo incluso cuando todo haya pasado. Es el caso del churrascar. Una idea que está a punto de caramelo en el Churrasco de Rubiáns, en Vilagarcía, y que no es otra cosa que un punto de recogida de carne sin bajarse del coche.