«Veggies» gallegos, entre moda y modo de vida

SABE BIEN

VÍTOR MEJUTO

«Otra manera de alimentarse es posible», aseguran los escasos pero afianzados restaurantes gallegos 100 % veganos. La conciencia sobre qué comemos y cómo vivimos se ha implantado. Abajo los preconceptos. La variedad es inabarcable.

08 may 2018 . Actualizado a las 12:31 h.

Paradójicamente, los veggies en Galicia se cuentan con los dedos de una mano, pero están más que consolidados, gracias a un mercado que emerge con paso firme. Los restaurantes veganos (100 % vegetarianos) apuntan hacia el futuro de la alimentación. De otro tipo de alimentación que, además constituye un modo de vida. En A Coruña, A Factoría Verde nació para difundir la idea de que otra manera de alimentarse es posible, según asegura José Luis Varela. «Una alimentación mucho más sana sin renunciar al sabor. Reunimos en un mismo espacio tienda y restaurante saludables. Somos ecologistas y llevamos esta premisa, en la medida de lo posible, a todo nuestro quehacer: nuestro proveedor de electricidad es de origen 100 % ecológico, nuestro automóvil es emisiones 0, buscamos tener cero residuos, alcalinizamos el agua, evitamos los plásticos, tenemos un amplio surtido de graneles...», argumenta antes de añadir una explicación necesaria: «Los vegetarianos no comen partes de animales, pero en su dieta incluyen huevos y leche y sus derivados, los veganos no comen, no visten, no utilizan en cualquier ámbito todo tipo de productos de origen animal, esto incluye por ejemplo, pieles, miel, etc. Es un planteamiento ético, una filosofía de vida».

Corroboran esta idea Lucía Eiras y Laura Maletta, que hace cinco años impulsaron la cooperativa que dio lugar al Entre Pedras, una bocatería vegana en pleno casco histórico de Santiago, al que el mercado acogió «con los brazos abiertos y sin preconceptos». «Hay veganos que buscan y se sienten con derecho a pedir una alternativa. Además, a este bar viene mucha gente que no es vegana y a la que le gusta nuestra comida», cuenta Lucía. Los productos más demandados son las hamburguesas (de lentejas, de frutos secos y de tojo), los dürüms (seitan, falafel), los platos con quesos vegetales (quesadillas)... «Lo elaboramos todo nosotras. Puedes hacer mil cosas sin carne. No es tan caro ni tan complicado», sostiene Laura, a modo de recomendación. La clientela local se completa con estudiantes y turistas («que agradecen nuestra presencia», matiza Laura). «El veganismo avanza mucho y muy rápidamente, es increíble, pero queda mucho por hacer en España», concluyen.

En Montederramo (Ourense) surge como de la nada el Caserío da Castiñeira, una casa rural con «el veganismo como respeto a la vida, la alimentación ecológica como una forma coherente y consciente de perpetuar nuestro ecosistema y la atención cálida y familiar pero profesional y personalizada», según explica Carmen Méndez, impulsora del proyecto junto a Manuel Rolán. «No es solo una dieta», insiste. «Hace diez años que empezamos con este proyecto que reunía todo en lo que creíamos. Fue un cambio natural pues Manuel venía de una empresa de agricultura ecológica en Valencia, informático de profesión y un apasionado de las rutas de montaña, y yo estaba formada en medicina natural y cocina vegana terapéutica. Unimos nuestras pasiones y la combinamos con nuestra vida vegana», relata. «Desde un principio sabíamos que éramos Quijotes contra molinos... Estamos ubicados en una de las zonas cárnicas por excelencia y turismo rural gallego se asocia casi siempre a lacón con grelos. Pero aún así al ver esta casona del año 1700 supimos que podíamos convertirla en el proyecto ético, saludable y consciente que nosotros mismos demandábamos y no encontrábamos cuando hacíamos turismo rural», analiza. Y vaya si lo han conseguido. Toda la pasión que imprimen se transmite por medio del blog de cocina www.cocinamedicina.es y sus talleres de nutrición y de cocina. El veganismo crece y Galicia le acompaña. «Estamos en el vagón de cola, aunque es un vagón pintado de verde», dibujan.