Paquita, con casi 108 años, pide lamprea para comer

YES

La centenaria, también conocida como la reina del WhatsApp, se desplazó hasta Casa Ramallo, en Rois, para disfrutar del plato de temporada en compañía de su familia

09 feb 2022 . Actualizado a las 18:36 h.

Llegar a la edad de esta mujer es difícil, pero se conocen algunos casos. Pero estar a punto de cumplir 108 años y tener ganas de ir de excursión un sábado para comer lamprea creo que es un caso único. Fue, comió, volvió y lo anunció en un mensaje vía wasap. «Como hace tan buen día vamos a ir a comer a Rois. Te dedicaré un recuerdo», me escribió Paquita Salguero. Siempre Paquita. La conocí cuando cumplió los 100 años y descubrí que era la reina del WhatsApp. Desde entonces la siento como una madre o una abuela adoptiva. Nació el 7 de mayo de 1914, con lo que dentro de nada soplará las 108 velas. Increíble. En Casa Ramallo, el restaurante-templo de la lamprea al que acudió Paquita, alucinaron.

La gente se hace fotos con ella cuando descubren la edad que tiene y lo bien que se conserva. Es una centenaria celebrity. Y no es para menos. Ahí la tienen, escogiendo un buen trozo que llevarse a la boca. «Cada vez la ponen mejor. La próxima vez te traeré la prueba», me dice en otro mensaje. Se lo agradezco, aunque la verdad es que lo que más me gusta de este plato es la escapada. Me encanta el plan de ir hasta Casa Pazos, en Arbo, al Frenazo o a Casa Calviño en As Neves, o al Molino de Tui, por poner algunos ejemplos de locales especialistas en prepararlo.

Por cierto, Casa Ramallo fue fundada en 1898, 16 años antes del nacimiento de la gran Paquita. Una mujer única que poco antes de que se empezasen a administrar las vacunas, a finales del 2020, se contagio de covid y lo pasó sin apenas síntomas a los 106 años que tenía entonces. Ahora, ya vacunada por partida triple, sigue dando sus paseos mañaneros, disfruta de sus sobrinos y del resto de la familia, y no pierde la buena costumbre de mandar preciosos mensajes a través del móvil. Ella dice que esa forma de ser, ese espíritu positivo y el sentido del humor, es lo que la mantiene en forma a sus casi 108 años, que se dice pronto. La inmensa mayoría no llegaremos a esa edad, ni de lejos. Y el que la alcance no creo que tenga ganas de comer lamprea un sábado de sol.

CAMINATA Y LUEGO PASTA

Un año más me marqué como objetivo completar la ruta de los faros. Voy cubriendo tramos de unos 15 kilómetros, aunque todavía me quedan bastantes. El último que recorrí fue de Camariñas hasta A Ponte do Porto. Al principio no encuentras con facilidad la señalización (esos puntos verdes que pintaron los de O camiño dos faros), pero resulta sencillo orientarse. La ruta es imponente. Hay playas como las de O Ariño que son un espectáculo. Esta cuenta con un merendero, barbacoas, fuentes, baños públicos y otros servicios más y está todo impecable. Solo faltaban unos cuantos grados más de temperatura para animarse a un chapuzón. La última parte ya casi entrando en el destino no es tan bonita porque transcurre casi siempre al lado de la carretera.

El premio final fue la comida en La Tavernetta da Ponte, un cuidado local de cocina italiana que regentan José María y la napolitana Sabrina. Hace unos meses les hablé de ellos y de su restaurante, que incluso aparece recomendado en la guía Michelin. Más que justificado. Porque no son únicamente sus 14 exclusivas pizzas que solo sirven los domingos, el resto de platos que probamos también estaban espectaculares. Los dueños, además, contribuyen con su personalidad abierta a darle todavía más encanto al local. Para repetir, aunque la próxima vez en lugar de 15 kilómetros sería conveniente caminar el doble para compensar la comida posterior. La idea de la caminata desde Camariñas hasta A Ponte do Porto y terminar comiendo como si estuvieses en el sur de Italia es un plan de los que tardas en olvidar. Se lo voy a proponer a Paquita, que igual se anima. Es capaz de decir que sí.