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El hongo que mata a la procesionaria podría ser clave contra la velutina

Mónica Pérez Vilar
Mónica P. Vilar REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

Nuno Sinde y Pedro Fernández en uno de los laboratorios del Colegio SEK-Atlántico
Nuno Sinde y Pedro Fernández en uno de los laboratorios del Colegio SEK-Atlántico CAPOTILLO

Dos estudiantes de bachiller de Poio han abierto esta línea de investigación

15 may 2019 . Actualizado a las 09:37 h.

La propagación imparable de la avispa velutina se ha convertido en un auténtico problema para Galicia. Por eso las investigaciones para encontrar métodos de lucha eficaces se multiplican. La última novedad en este terreno llega de mano de dos jóvenes estudiantes de Bachiller. Con solo 17 años, Nuno Sinde y Pedro Fernández han planteado la posibilidad de utilizar como biocida el mismo hongo que ataca a la procesionaria del pino.

Todo empezó hace ocho meses cuando encontraron un nido de velutina en la casa de los abuelos de Nuno. Tras comprobar que se trataba de avispas asiáticas, comenzaron a plantearse la posibilidad de dar con una alternativa natural y no contaminante para plantar cara a esta especie invasora. El abuelo de Nuno, responsable durante más de veinte años de la sección de Fitopatología del Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán, fue el primero en animarlos. «Nos dio bibliografía sobre el tema y nos orientó para ponernos en marcha», cuenta Nuno.

A partir de ahí, el objetivo de estos dos jóvenes investigadores aficionados se centró en encontrar un controlador natural ya presente en el ecosistema gallego. «Buscamos otras plagas para ver cómo están siendo controladas. Así llegamos hasta la procesionaria del pino y vimos que la naturaleza gallega le había puesto como parásito un hongo, el Cordyceps militaris», explican. Se preguntaron entonces qué pasaría si introdujesen ese hongo en el ciclo biológico de la velutina. Comenzaron a experimentar y vieron que el Cordyceps sí se sentía atraído por la quitina que las vespas asiáticas presentan en su exoesqueleto. Se abría así la posibilidad de utilizarlo para colonizar a los insectos.

El siguiente paso fue diseñar trampas que atraigan a la avispa pero que la dejen volver a salir, una vez se haya infectado con el hongo, de manera que ellas mismas introduzcan al parásito en sus nidos, donde actuaría contra las larvas y también contra las reinas en período de letargo.

Son los principales resultados de una investigación rigurosa y muy profesional, pero llevada a cabo por dos chicos que todavía cursan 1º de Bachillerato Internacional en el Colegio Internacional SEK-Atlantico de Poio. Contaron, eso sí, con la posibilidad de hacer sus experimentaciones en los laboratorios de Hifas da Terra, una empresa pontevedresa que es referencia internacional en el mundo de la micología y que fue fundada por Catalina Fernández de Ana, la madre de Nuno. «Vengo de una familia dedicada a la ciencia, así que ya conocía el método científico», dice este joven, que todavía no tiene claro a qué quiere dedicarse pero que baraja la Biología o la Biomedicina como posibles carreras.

Primer premio en Galiciencia

Lo que comenzó como una curiosidad personal, se transformó después en un proyecto escolar y ha acabado por obtener el primer premio en la Feria Galiciencia, cuyos galardones se entregaron el pasado viernes en Ourense.

Pablo Fernández y Nuno Sinde en su stand de la feria científica Galiciencia
Pablo Fernández y Nuno Sinde en su stand de la feria científica Galiciencia

Detalle del stand de la feria Galiciencia, con un nido de velutina y placas petri con las muestras
Detalle del stand de la feria Galiciencia, con un nido de velutina y placas petri con las muestras

Allí, la Consellería de Medio Rural se interesó ya por las investigaciones de Pedro y Nuno, que el año próximo llegarán a una de las ferias más importantes del país: la Exporecerca de Barcelona. «Lo ideal sería que todas estas intervenciones nos permitan captar recursos para seguir con la experimentación. Lo que queremos es que esto acabe por ser realmente útil, que no se quede en un trabajo para el colegio o en un proyecto de torneo científico», afirman .

Su siguiente paso será aplicar todo lo investigado a un nido aislado para comprobar los patrones de comportamiento. Esencial será ver si el hongo afecta solo a la velutina o también a otros insectos autóctonos. En este último caso, apuntan, sería posible recurrir a la manipulación genética del hongo para hacerlo más selectivo.