¿Y si los estrellas Michelin se cuelan en tu casa?

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Pepe Solla cocina a domicilio y Pepe Vieira ofrece servicio de recogida y reparto en La Ultramar

15 oct 2020 . Actualizado a las 18:18 h.

Que los tiempos han cambiado no cabe duda. El coronavirus ha venido para darle un vuelco a muchas de nuestras costumbres y algunos negocios están empezando a adaptarse a los cambios. Entre ellos están los dos cocineros estrellas Michelin de la comarca, que después del confinamiento quisieron adaptarse a la nueva situación. Pepe Vieira y Pepe Solla han dado varias vueltas a algunas ideas que rondaban por su cabeza para acercar sus platos a los clientes. «Tenemos que reinventarnos y alinear el servicio a los clientes que llevan una vida más covid», apunta Vieira. Ellos han dado vuelta de tuerca al tradicional take away, pero sin aproximarse a la comida rápida y sí a la calidad que los ha reconocido entre los mejores cocineros de España. Pocas veces se hubiese imaginado alguien que estos menús pudiesen consumirse en el salón de su casa.

Lo cierto es que la llegada del otoño y la pandemia ha llevado a estos chefs a exprimir aún más su negocio para que nadie se quedase sin opciones. Pepe Vieira acaba de poner en marcha el servicio de take away en La Ultramar, la versión más económica y urbana del estrella Michelín. «Se nos ocurrió un poco para cambiar, para dar otra idea y acercarnos a lo que se estaba potenciando», apuntan desde La Ultramar, que ofrece este servicio desde el viernes y espera en los próximos días comenzar con el reparto a domicilio a través de la plataforma CayLu. No está disponible toda la carta. Y es que por el tipo de elaboraciones, La Ultramar solo ofrece algunos de sus platos para llevar al salón de tu casa.

En esta vuelta de tuerca que los cocineros pontevedreses han dado a sus negocios está la opción de Casa Solla. En la Radio, su local de Santiago, se han unido al take away, pero en Casa Solla ha dado un paso más arriesgado y se cuela en las cocinas de los clientes. «En La Radio son platos distintos y más conceptuales, aunque no está toda la carta, pero en Poio sería desvirtuar el concepto de Casa Solla, así que pusimos en marcha el servir en las casas», apunta Pepe Solla, que ya sirvió seis veces a la misma familia este verano. «Los restaurantes gastronómicos están funcionando bien, se están aplicando los protocolos y hay que ir con cautela, pero el miedo es libre y hay gente que igual prefiere no salir. Nos lo planteamos cuando abrimos el pasado 24 de junio», reconoce el estrella Michelin. Así que se ha puesto manos a la obra y con solo una llamada, él y su equipo lo preparan todo para colarse en la cocina de cualquiera. El cliente podrá pedir hasta la vajilla. Eso sí, llevar los menús de Casa Solla a un domicilio particular tiene un coste en función de la demanda. «Nosotros ofrecemos cocinero, sumiller o camarero, pero también puedo ir yo si el cliente lo quiere y tengo disponibilidad», apunta Solla. Llevarlo a él dispara el coste, pero ya ha salido varias veces desde julio. «Tenemos hasta hornos a baja temperatura portátiles», añade. Que Casa Solla se cuele en tu salón supone sumar más de cien euros por un cocinero y otro tanto por el camarero, si es que se contratan estos servicios, pero también puede ir un sumiller, algo más costoso por su especialización. Y si quieres la vajilla del restaurante se añadirán cerca de 15 euros por comensal.

Pepe Vieira conoce esta idea de su colega de profesión, pero lo ve inviable para su local de Camiño da Serpe. «Nuestro propuesta es imposible trasladarla a casa, el intríngulis está en tomarlo allí, no hacerlo así sería desvirtuarlo», apunta el chef, que asegura que han tenido un buen verano. Para ser más exacto habló de una temporada «súper chula». «Nos hemos reencontrado con gente del entorno y amante de la gastronomía que como no salió de vacaciones, optó por venir. Muchos era la primera vez y conocían restaurantes de todo el país», apunta Pepe Vieira.

Estos dos cocineros han dado un impulso a unos negocios que ya funcionaban para adaptarlos a los nuevos tiempos. «Poco a poco se fue perdiendo el miedo, pero tenemos que darle opciones al que prefiere quedarse en casa», apunta Solla, que al igual que Vieira defienden la seguridad de sus restaurantes, donde la distancia social y los protocolos ya eran obligatorios para mantenerse entre los mejores.