¿Son más caras las nueces de macadamia que el oro?

SABE BIEN

La fiebre «healthy» ha disparado sus ventas en España pese a que el precio alcanza los 50 euros el kilo. ¿Merece la pena el gasto? Sus propiedades nutricionales lo avalan, pero otros frutos secos que no te dejan tieso son igual de beneficiosos

24 jul 2019 . Actualizado a las 20:52 h.

Conoció las mieles del éxito gracias al famosísimo helado de una marca estadounidense. Y ahí se quedó anclado durante años, formando parte de una combinación ganadora que hacía plantearse a más de uno dónde está Macadamia o por qué si se trata de unas nueces en la imagen aparecen unas bolitas paliduchas que nada tienen que ver con el fruto que llevamos comiendo toda la vida. Pero estas preguntas se fueron resolviendo conforme entró en nuestras vidas la fiebre healthy, esa que habla de alimentarnos de comida real y apostar por grasas saludables como las que se encuentran en los frutos secos.

De este modo, los curiosos comenzaron a investigar, y descubrieron que Macadamia debe escribirse en minúscula porque no existe ningún lugar en las Antípodas con este nombre, sino que se trata de un árbol australiano. Además, al empezar a formar parte de los lineales de cantidad de supermercados, muchos consumidores se dieron cuenta de que, de tú a tú, el aspecto de estas nueces tiene más que ver con la avellana y el sabor es mucho más delicado que el de una nuez habitual, aunque si se indaga en los valores nutricionales se desvela que, en todo caso, ambos frutos poseen ácidos grasos poliinsaturados que reducen en nivel de colesterol y en la sangre. 

¿Por qué son tan caras?

Vamos, calidad de la buena y exquisitez en boca. Ahora bien, ¿hace falta dejar el bolsillo temblando por un puñado de nueces de macadamia? y, sobre todo, ¿por qué son carísimas como ellas solas? Pues, en resumen, porque el arbusto que las produce puede llegar a tardar entre siete y diez años en dar el fruto, por no hablar de que estas nueces solo se cosechan una vez al año y en una parte muy concreta del mundo. Dando una vuelta por el supermercado se entiende todo.

Aquellos consumidores que sufren cuando se deciden a adquirir 200 gramos de pistachos verán temblar la economía familiar si se lanzan a las nueces de macadamia. Mientras el pistacho ronda los 20 euros el kilo, el fruto australiano llega a costar 50 euros el kilo en muchos puntos de venta españoles. Distribuidas en paquetes de 150 gramos, habitualmente, las cajitas no suelen bajar de los 6 euros. Pero esto no frena el momento apoteósico que está viviendo.

Como tentempié son una opción perfecta porque aportan proteínas, hidratos de carbono, fibra (perfecto para el tránsito), así como fósforo y calcio (para el desarrollo o fortalecimiento de los huesos). Pero son habituales también en cantidad de postres y en aceite, que se puede utilizar para cocinar o para la piel. No obstante, en cuanto al índice de grasas saturadas las nueces de macadamia se encuentras en el podio (junto a los anacardos). Los pistachos se sitúan en un nivel medio y las avellanas y las almendras presentan un índice menor de lípidos.

La Fundación Española del Corazón recomienda tomar 50 gramos de frutos secos al día, pero la variada oferta nos permite adaptar nuestra dieta en función de nuestras necesidades (nutricionales y económicas). Los estudiantes, por ejemplo, o personas que en su día a día realizan una importante actividad mental, podrían escoger los cacahuetes y avellanas, ya que contienen grasas saludables y vitamina E, que ayudan a que el cerebro potencie su actividad. Las almendras, en su defecto, son una gran alternativa para prevenir inflamaciones por su alto poder antioxidante y, las nueces, bien lo saben los abuelos, las recomienda cualquier médico de cabecera para cuidar el corazón por sus elevados niveles de ácidos omega-3.

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