Entre los cámpings gallegos, tras un julio desigual, flojo en la zona norte, con reservas anuladas en el sur y sorprendentemente más estabilizado en la Coste da Morte, la preocupación está centrada en lo mal que ha arrancado el mes de agosto. «Ibamos ben, pero con estas chuvias a xente está índose antes de tempo, só aguantan os bungalows», dice María Luisa Outón desde el camping Paxariñas, en Sanxenxo. Desde el camping Valdoviño, en Ferrolterra, también apuntan a una pérdida del 20 % de ocupación por las previsiones meteorológicas de los últimos días.
Albergues en baja forma
En lo que toca a los albergues, los buenos datos de peregrinos que deja el Camino de Santiago no están trayendo las alegrías previstas. «Semana Santa y mayo fueron buenísimos, pero en junio ya se notó un bajón y julio fue muy muy malo», afirma Borja Rodríguez, presidente de la Asociación Galega de Albergues Privados. Agosto, tradicionalmente el mes más fuerte, también ha arrancado flojo. «No sé si se debe a las habladurías de que el Camino está masificado, a la popularización de nuevas rutas o al exceso de oferta, que últimamente hay más camas que peregrinos», aventura, antes de apuntar que hace tiempo que ni siquiera ve colas en el albergue público de Arzúa, próximo a su negocio.