Arriva espera la luz verde a su tren A Coruña-Oporto en febrero

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Comboios de Portugal explota la conexión Vigo-Oporto con material antiguo alquilado a Renfe
Comboios de Portugal explota la conexión Vigo-Oporto con material antiguo alquilado a Renfe Oscar Vázquez

La primera experiencia ferroviaria privada en el transporte de pasajeros aspira a captar nuevos viajeros que usan el coche

19 dic 2018 . Actualizado a las 12:45 h.

El optimismo reina en la empresa de transporte Arriva, a pesar de las exigentes condiciones que ha impuesto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para su proyecto de explotar una conexión ferroviaria entre A Coruña y Oporto. La empresa, propiedad del gigante ferroviario alemán Deutsche Bahn y con una importante flota de autobuses en Galicia y el norte de Portugal, sigue adelante con el proyecto de lanzar esta conexión ferroviaria internacional y encara la fase final, en la que la CNMC volverá a contrastar su plan de negocio para ver si cumple con las condiciones establecidas para compartir el eje atlántico de alta velocidad con Renfe y sus obligaciones de servicio público.

Las condiciones vienen dadas por la coincidencia de un servicio de larga distancia internacional (liberalizado desde el 2010) con otros de media distancia que son obligaciones de servicio público y que seguirán en régimen de monopolio por parte de Renfe. El asunto es controlar cómo se gestionará el tráfico de cabotaje, es decir, los viajeros que no hacen el recorrido internacional completo. Arriva podrá obtener el permiso de explotación si el impacto sobre el volumen de negocio de Renfe en el eje atlántico es inferior al 1 %. Si se sitúa entre el 1 % y el 2 %, deberá realizar algunas modificaciones. Y si supera el 2 % no podrá explotar la línea. Esos son los límites, aparentemente rígidos, que impone la CNMC tras consultar a todas las partes implicadas.

«Competencia no ha hecho más que aplicar las directivas comunitarias con estas condiciones. No nos han sorprendido y pensamos que podemos cumplirlas sin problemas», explica Juan Ignacio García de Miguel, consejero delegado de Arriva España, que espera que en febrero, tras un proceso de casi un año desde que en mayo comunicó sus intenciones a la CNMC, se pueda obtener el permiso definitivo para explotar la conexión internacional entre las ciudades atlánticas gallegas -A Coruña, Santiago, Vilagarcía, Pontevedra y Vigo- y Oporto. «Somos optimistas. El proceso de autorización sigue avanzando y esperamos poder conseguirla a principios del próximo año. En realidad no pretendemos quitarle los viajeros a Renfe, sino a atraer al ferrocarril a nuevos usuarios que ahora utilizan el vehículo privado», añade.  

11,2 millones de movimientos

Así, la empresa Arriva Spain Rail, la división ferroviaria de la compañía creada para explotar estos nuevos servicios y otros que se liberalicen a partir del 2020, aspira a una cuota de mercado sobre los 11,2 millones de desplazamientos que cada año transitan por el corredor Galicia-Lisboa, donde el vehículo privado es el principal modo de transporte, con cerca del 90 % de porcentaje sobre la movilidad total.

Arriva pretende acceder a parte de estos potenciales usuarios con una oferta más atractiva y moderna, con mejores trenes que los antiguos S-592 que Comboios de Portugal alquila a Renfe para explotar la conexión Vigo-Oporto. Y también con un régimen de tiempos más competitivo, dejando el viaje A Coruña-Oporto en dos horas y 48 minutos con cuatro circulaciones por sentido en un contexto de completa electrificación de la línea, algo que todavía no es una realidad, pero que podrá serlo en el 2020. «A estos factores añadimos la intermodalidad, utilizando nuestra flota de autobuses en Galicia (unos 250) y en Portugal (unos 300) para conectar con las estaciones del eje atlántico las poblaciones alejadas», asegura Juan Ignacio García de Miguel. El objetivo máximo, en la situación óptima, sería lograr unos 800.000 viajeros anuales.

La expectativa inicial era poder iniciar los servicios a mediados del 2019, pero el retraso en la electrificación de los tramos pendientes en España y Portugal puede complicar estos planes. Habría que optar por el alquiler de trenes híbridos, pero el parque móvil en este tipo de material rodante es muy limitado. Aunque Deutsche Bahn cuenta con muchos recursos ferroviarios, el problema es la homologación de ese material en España. Este es un asunto, no obstante, que se estudiará una vez obtenida la autorización.