Feijoo baja a la cantera inagotable del PP

domingos sampedro / j. c. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La remodelación refresca el partido con nuevo perfiles, pero mantiene cerrado el debate de la sucesión

27 sep 2018 . Actualizado a las 17:04 h.

Un diputado revelación, una profesora universitaria sin vinculación alguna con el PP y una asesora técnica del partido que hace tres años decidió zambullirse en política protegida entre algodones. Estos son los nuevos perfiles incorporados por Feijoo a su Gobierno, y la procedencia tan diversa es un claro reflejo de que la cantera que abastece al PP en Galicia parece no tener límites. La última vez que remodeló la Xunta, en el otoño del 2015, Feijoo bajó al banquillo de las alcaldías (Melide, Baiona y Ferrol) para darle más perfil político al Gabinete, operación que no salió mal, pues meses más tarde obtuvo su tercera mayoría absoluta en la urnas. Esta vez, Feijoo volvió a sorprender en el manejo de la información y de los tiempos, siendo muy conservador en los cambios. Solo tocaba relevar a los dos conselleiros que lanzará a la batalla de las municipales, y eso es lo que hizo. El resto de la remodelación tiene una explicación más técnica o funcional para los retos que aguardan a la vuelta de la esquina. 

el momento

El arte de sorprender haciendo casi lo mismo. El patrón seguido por Feijoo en la remodelación de la Xunta es casi el mismo que empleó en el 2015. La crisis de entonces venía motivada por el revés de las municipales y la de ahora también se debe a la fuga de conselleiros por las elecciones locales. La del 2015, la hizo diez días antes de afrontar el debate del estado de la autonomía; la de ahora se produce trece antes de que el presidente comparezca en el mismo debate con afán de mostrar un impulso renovado. La parte sorpresiva viene del empeño que siempre pone Feijoo en evitar fugas informativas. La del 2015 la anunció un domingo, y esta justo después de debatir casi una hora en el Parlamento sin dar la más mínima pista sobre sus planes. 

los que salen

Promoción de dos pata negra del partido. Las dos personas que salen del Gobierno gallego, Beatriz Mato y Rey Varela, son considerados dos pata negra del PP, criados en la escuela política coruñesa de Romay Beccaría y sus herederos. La primera acompañó a Feijoo en su trayectoria al frente del partido, como diputada de la oposición en O Hórreo desde el 2005 y como conselleira de diferentes áreas desde el 2009. Solo hay dos personas que igualan a Mato en trienios, Alfonso Rueda y Rosa Quintana, así que con ella se va un puntal del Ejecutivo, lo mismo que ocurre con Rey Varela, al que Feijoo ya había encargado en el 2015 la ponencia para dar un impulso al partido tras el revés de las municipales. Si las cosas le van mal en mayo, todavía tienen el colchón del escaño. 

los que entran

Una compensación territorial a la provincia de Ourense. Las tres caras nuevas de la Xunta tienen una procedencia muy diversa y fueron elegidos con la idea de ayudar al PP a tomar impulso para agotar la legislatura sin sobresaltos. Al situar a José González en Medio Rural, Feijoo compensa al baltarato de Ourense, la única provincia sin cartera en la Xunta, y de algún modo intenta reeditar el buen resultado que le dio Román Rodríguez, que primero se bregó en el Parlamento antes de ser conselleiro y destacó con una gestión muy meritoria en Cultura y Educación. José González es uno de los diputados revelación de la bancada del PP, por locuacidad y preparación, así que de él esperan que haga lo propio en la Xunta. La directora xeral de Maiores, Fabiola García, muy próxima al círculo de confianza del presidente, hará una promoción interna acelerada para ser conselleira de Política Social, mientras que Carmen Pomar, nombre que le llegó a Feijoo muy referenciado por su labor con la educación de altas capacidades, se espera que trabaje en favor de la excelencia en el sistema educativo.

los damnificados

Compensaciones por las funciones perdidas. Feijoo intentó reducir al mínimo los daños en su equipo en la remodelación del Gobierno. A Ethel Vázquez le quitó Vivienda, pero la compensó con Augas de Galicia, que se la restó a Medio Ambiente. A Román Rodríguez lo situó al frente de la nueva Consellería de Cultura, sin Educación. Podría verse como una merma, pues el de Lalín pierde gran parte del presupuesto que tenía, aunque en compensación recibe el caramelo de Turismo, con la preparación del próximo jacobeo 2021, que es la niña de los ojos de Feijoo, pues esta área es motor económico en Galicia y acostumbra a regalarle buenas noticias a la Xunta, algo que no garantiza la gestión del complejo sistema educativo.

la sucesión

Alfonso Rueda y nada nuevo bajo el sol. La crisis del Gobierno no ofrece pistas sobre la sucesión en el PP, que Feijoo deberá abordar si decide hacerse a un lado antes del final de la legislatura. Alfonso Rueda se mantiene como el único vicepresidente, con las mismas competencias que antes. Cualquier cambio apresurado en la jefatura de la Xunta lo convertiría automáticamente en presidente. Pero ahora no tocaba abordar la sucesión. Feijoo, fiel a sí mismo, hizo una remodelación muy tasada. Solo se trataba de relevar a dos conselleiros que serán candidatos y de descartar otros que sonaron, como Román Rodríguez o el propio Rueda. 

El Ejecutivo más numeroso tras pasar la crisis económica con ocho conselleiros

 El divorcio amistoso de Cultura y Educación propicia que Feijoo haya configurado el Ejecutivo más amplio desde que llegó al poder. Arrancó en el 2009 con diez conselleiros, y redujo su equipo a ocho en el 2012, cuando la crisis económica arreciaba y hubo que ajustar los presupuestos autonómicos. En el 2015, cuando se empezaron a elaborar las primeras cuentas autonómicas expansivas, recuperó el equipo de diez. Todos ellos iban en las listas de las últimas elecciones, por lo que consideró refrendada su labor, así que continuaron sin variaciones hasta hoy.

La ampliación a once carteras convierte a Galicia en una de las comunidades con más consejeros, ya que solo los Gobiernos de Andalucía y Cataluña sientan más miembros en sus reuniones semanales. La mayoría de los Ejecutivos tienen entre nueve y diez departamentos autonómicos.