José González, un inspector fiscal vinculado al vino

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

José González Vázquez, Consellería do Medio Rural
José González Vázquez, Consellería do Medio Rural Santi M. Amil

Conocedor de la realidad del campo, sin carné del partido, lideró el trabajo de la comisión de incendios del Parlamento

27 sep 2018 . Actualizado a las 00:13 h.

No es frecuente hallar en la política perfiles como el de José González. En el verano del 2016, su vida transcurría por el sendero que él mismo se había trazado: miembro del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado, jefe del equipo de inspección de la Agencia Tributaria en Vigo, ocupaba la otra parte de su tiempo en Casal de Armán (Ribadavia), la bodega que montó su padre, ya fallecido, y que hoy llevan sus hermanos. Una empresa consolidada, que exporta vino y que tal vez sea uno de los ejemplos de cómo crear valor en un medio rural azotado por la despoblación. Pero aquel verano, antes de las autonómicas, el PP de Ourense llamó a su puerta para proponerle entrar en política. José González jamás había tenido carné de afiliado.

La oferta era ir en las listas de las autonómicas. El PP buscaba así incorporar un perfil que suele agradar a Feijoo: gente formada, con experiencia de gestión. Después de sopesarlo, dio un paso adelante ante el escepticismo de su entorno más cercano, que pensaba que, en su caso, la política podría traerle más quebraderos de cabeza que alegrías, además de menores ingresos económicos. Así fue cómo en el otoño del 2016 pasó a formar parte del Grupo Parlamentario Popular, donde se encargó del área de medio rural, su gran pasión. Esto quizá explique por qué decidió tomar un camino que entrañaba tantos riesgos. Miembro del Foro Económico de Galicia (FEG), José González fue también el encargado de la última sesión dedicada a plantear alternativas para el sector vitivinícola.

A lo largo de años, ha empleado su tiempo durante los fines de semana en recorrer cada rincón de la comarca de O Ribeiro, donde pudo comprobar de primera mano cómo la estructura minifundista de la propiedad, la dispersión y fragmentación de las parcelas, condiciona la viabilidad económica de un sector clave para el medio rural. En su llegada a la consellería tal vez haya influido de forma determinante el criterio de Pedro Puy, portavoz del grupo parlamentario, que siguió muy de cerca el trabajo que José González llevó a cabo en la comisión de incendios del Parlamento.

Una labor ardua, de muchos meses, en la que se trataba, sobre todo, de hacer un diagnóstico real de la situación del campo gallego, mucho más allá de la cuestión del fuego, y que trazase una hoja de ruta de país, alejada de los constantes vaivenes de la política. De aquel trabajo salieron datos demoledores, como la pérdida de unas 300.000 hectáreas de superficie agraria útil en poco más de tres décadas.

José González se afanó en buscar el consenso con todas las fuerzas políticas para la aprobación de un dictamen que sí salió adelante con los votos de los socialistas. Hasta el diputado Xoaquín Fernández Leiceaga llegó a decir que estábamos ante un texto que «supoñía unha oportunidade para modificar unha política equivocada durante anos».

Quizá esto llamó también la atención de Feijoo para situarlo en una consellería determinante en la acción de gobierno. No en vano, el presidente prometió hace dos años que esta sería la legislatura del medio rural.

Acelerar la movilidad de tierras y sacar adelante el Plan Forestal

José González tendrá la oportunidad de decidir sobre aspectos que el mismo recomendó en el dictamen.

propiedad

Fragmentación. La puesta en valor de tierra infrautilizada para generar viabilidad económica a la explotación del campo sigue siendo uno de los grandes retos de una sociedad minifundista.

madera

Cadena de valor. Sacar adelante el Plan Forestal es la principal tarea que tiene ahora entre manos. Un documento en fase de alegaciones y que está llamado a trazar una hoja de ruta para fortalecer los eslabones de toda la cadena de valor.

leche

Un sector delicado. Los ganaderos gallegos se quejan de que la mejora en Europa no ha repercutido del todo en los precios en origen, mientras las industrias siguen aumentando márgenes y la distribución utiliza la leche en el lineal de venta como reclamo.