No dan 60.000 euros, pero concellos gallegos también combaten la despoblación con sugerentes ofertas

La Voz

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

Cheques bebé o pagar el taxi a los niños que estudian fuera para que no dejen el pueblo son solo algunas de las iniciativas locales

28 nov 2017 . Actualizado a las 17:48 h.

No son tan generosas como las del encantador rincón alpino de Albinen, pueblo suizo conocido ya a nivel mundial por ofrecer a las familias que decidan mudarse allí hasta 60.000 euros (un «chollo» que, en cualquier caso, tiene trampa con duros requisitos en la letra pequeña), pero en Galicia, con una nueva aldea abandonada cada semana, también se ofrecen incentivos para tratar de frenar la marcha de los más jóvenes hacia entornos urbanos o, incluso, para atraer a parejas en disposición de tener descendencia. 

Así, cada vez son más los ayuntamientos rurales gallegos que ofrecen sus propios cheques bebés o ayudas a la natalidad compatibles con los que puedan otorgar otras administraciones. Unas asignaciones económicas vinculadas, normalmente, al empadronamiento (en muchos casos se pide mantener la residencia hasta tres años después del parto) y la escolarización. Nadie va a tener un hijo por una ayuda, coinciden en señalar muchos alcaldes, pero sí es factible que elijan no mudarse si se les ayuda a quedarse.

Uno de los últimos municipios en sumarse a esta tendencia ha sido, por ejemplo, el lucense de Trabada donde este mismo noviembre se ha decidido, por primera vez, establecer una línea de ayudas a las familias, habilitando una partida de 8.500 euros, con el objetivo de fijar población. Entre otras medidas, ofrecen 400 euros por nacimiento y 400 después con la matriculación del niño en el CEIP. 

Este pasado viernes también fue otro concello mariñano, el de Alfoz, el que aprobó ayudas para frenar el descenso de población e impedir que esta sangría pueda comprometer servicios como el colegio público o la escuela infantil. Familias con niños de entre 0 y 4 años podrán percibir subvenciones que oscilan entre 870 y 1.150 euros, dependiendo del tiempo que estén empadronados en el municipio, del número de hijos y de si están o no matriculados en los centros educativos de Alfoz. 

 Coirós, un nombre propio

A pesar de que son muchos los ayuntamientos que lanzaron su propio cheque bebé (Irixoa, Monfero, Manzaneda, Aranga, Monterrei, O Grove, Rois, Boimorto o Guitiriz son solo algunos ejemplos), hay un municipio que siempre sobresale en este ámbito. Se trata del coruñés de Coirós, ayuntamiento satélite de Betanzos, que ha conseguido consolidar población en buena parte de sus parroquias. En el 2009 contaba con nueve nacimientos mientras que este año los alumbramientos ya llegan, al menos, a 21. Llaman la atención las cantidades con las que el consistorio recompensa la procreación: por el primer hijo la pareja cobra 600 euros, 800 por el segundo, 1.300 por el tercero y, de haber un cuarto vástago, el premio asciende a 2.400. 

En Coirós, además, se ha popularizado un rito. Una vez al año el alcalde, Francisco Quintela, posa en una fotografía con todas las familias que han sido padres en el último año. 

Fotografía del 2016 con los recién nacidos en Coirós
Fotografía del 2016 con los recién nacidos en Coirós

El propio regidor, entregado a bonificar la natalidad, advierte, sin embargo, que el cheque bebé solo no llega. Para evitar fugas de las familias cuyos hijos estudian en la vecina Betanzos, el Concello paga los taxis a los niños para que vayan y vuelvan a esta localidad. Y a los que estudian en la universidad o se van al extranjero con una Erasmus «también tienen beca», aclara en un reportaje de Carlos Punzón.

Aquí también hay picaresca

Desde que distintos concellos gallegos pusieron en marcha incentivos para la natalidad, no faltaron casos de personas que se empadronaron en ellos para lograr el total de la ayuda y que, una vez ya ingresada, se dieron de baja en el padrón municipal. Por ello, varios consistorios, y al igual que sucede en el suizo Albinen (donde los nuevos moradores de este rincón alpino deben cumplir las condiciones de ser menor de 45 años, residir en la localidad un mínimo de diez años y comprar o rehabilitar una vivienda de un mínimo de 170.000 euros), ya imponen requisitos para evitar estas residencias itinerantes.

Uno de ellos es el también coruñés de Irixoa, donde el concello abona a las familias la generosa cantidad de 1.500 euros, independientemente del lugar que el niño ocupe en la familia. Eso sí, los ingresarán en cinco anualidades de 300 euros para lograr que los beneficiados tengan que estar al menos cinco años en el municipio.

En el ourensano de O Bolo decidieron en el 2014 que las ayudas se entregarían cuando el niño entrase en el colegio (y no al nacer, como se hacía hasta entonces).

Otro de los requisitos que imponen varios concellos para acceder a las ayudas es la renta familiar. En Covelo, como ejemplo, se establece un máximo de 45.000 euros anuales por familia.

A Veiga aspira a crecer en invierno tanto como en verano

A Veiga es el municipio techo de Galicia, un concello conocido además de por su altura y por Pena Trevinca (convertida en destino Starlight, el distintivo que la acredita como uno de los mejores lugares del mundo para ver el cielo y las estrellas), por haberse convertido en el segundo concello gallego donde más crece el padrón durante el verano. Una realidad que contrasta, sin embargo, con el número de vecinos que pueblan sus calles en invierno. Por ello, desde hace años, se han puesto en marcha medidas para paliar la sangría de la emigración. Una de las más llamativas es un cheque bebé de hasta 2.000 euros por niño que se abona en cuatro pagos hasta que el pequeño cumpla tres años y se escolarice en el pueblo.

Además, desde el consistorio se paga la cuota de autónomo íntegra en los primeros meses para los residentes que se den de alta por primera vez y se ofrece tanto un descuento de hasta el 50 % de las tasas para licencia de obra para negocios como alquileres bajos o cursos de apicultura a los vecinos que quieran dedicarse a la producción de miel profesionalmente.  

Ayudas y curiosidades en los oasis de vitalidad poblacional

Solo en 29 de los 313 concellos gallegos nace más gente de la que muere. O Porriño, Ames y Arteixo son tres de ellos. Precisamente, es en este último donde se ofrece una ayuda de 120.000 euros anuales para las familias numerosas del municipio. El máximo del importe que se concede a cada unidad familiar es de 1.200 euros. 

O Porriño, por su parte, también saltó a los medios tras poner en marcha este año un paquete de alfabetización temprana para cada neonato. «Les damos el carné de la biblioteca al recién nacido y un lote de libros de crianza en el primer año y de apoyo para los padres», explicó en La Voz Soledad Girón (PSdG), concejala de Servicios Sociais. 

En Arteixo, el tercer oasis de natalidad gallego, destaca la iniciativa ya establecida como tradición de plantar árboles en homenaje a los niños nacidos en el municipio cada año. En el 2016 fueron 297. «Plantamos un árbol por cada mes, en el cual están grabados los nombres de todos los recién nacidos empadronados aquí», comenta el alcalde Carlos Calvelo.