Alcoa pretende despedir a 534 trabajadores

M. Sande / F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Alberto López

La multinacional quiere cerrar la fábrica de aluminio de San Cibrao y mantener la de alúmina, con 600 empleados

28 may 2020 . Actualizado a las 20:39 h.

«Los límites de las empresas los marcan las pérdidas y hemos llegado a ese límite». 165 millones de números rojos en los últimos tres años y 50 más estimados para este ejercicio en la planta de aluminio han determinado esa raya para Alcoa.

El presidente de la multinacional en España, Álvaro Dorado, comunicaba este jueves a los representantes de los trabajadores del complejo industrial de San Cibrao (Cervo) —compuesto por una fábrica de aluminio primario y otra de alúmina— lo que se temían después de tantas advertencias repetidas: el inicio de un período de consultas para un proceso de despido colectivo que afectará a 534 trabajadores de los 1.100 que hay en A Mariña. Implicaría el cierre de la planta de aluminio primario —la única que queda en España—, que solo conservaría activa la fundición. La de alúmina quedaría fuera del ajuste. De esta última, Alcoa es dueña del 60 %; la otra parte es de la compañía australiana Westminer Acquisition. La alúmina sirve para fabricar el aluminio primario.

No vemos ninguna señal del Gobierno, el coste de la energía es muy elevado, y nada nos hace prever que algo vaya a cambiar

El proceso, además, afectaría a casi 800 empleados de las empresas auxiliares.

Ahora se ha abierto un período de tres semanas para consultas y para negociar condiciones con el comité de empresa.

Desde Alcoa explican a La Voz cómo se ha llegado hasta aquí: «No vemos ninguna señal del Gobierno, el coste de la energía es muy elevado, y nada nos hace prever que algo vaya a cambiar. A esto se ha sumado una sobrecapacidad de aluminio (China produce el 60 % del mundo y ha hundido el precio) y una parálisis del mercado europeo debido a la pandemia. Ya es un problema estructural. Profundo».

Poco ha influido, dicen, que la planta de Amorebieta (en el País Vasco) también vaya a tramitar un ERTE para sus trabajadores; esta fábrica es uno de los principales compradores del aluminio de San Cibrao. «No, el problema es más de fondo, estructural», insisten las mismas fuentes de la multinacional.

Alcoa pretende mantener la planta de alúmina, con 510 trabajadores, y reestructurar la otra, donde prevé operar solo una parte de la fundición. «Sacar placas, láminas; en fin, productos por encargo», aclararon desde la empresa.

Álvaro Dorado, que sustituyó a Rubén Bartolomé en el cargo tras la venta, hace casi un año, de las fábricas de A Coruña y Avilés, se desplazó hasta Lugo para comunicar al comité de empresa la decisión; los citó en un restaurante a orillas del Miño, Los Robles, un establecimiento amplio y con jardín para eventos y celebraciones. Curiosa paradoja.

La forma no gustó en absoluto a los representantes de los trabajadores, molestos, además, con que la información trascendiera antes de que ellos la conocieran. A la salida, los miembros del comité se mostraban tajantes: «No queremos hablar de despidos para nada. No podemos dejar que una multinacional nos trate de esta forma. Es indecente. Alcoa no solo tiene que sentarse con el comité de empresa, también tiene que hacerlo con el Gobierno y con la Xunta en una mesa multisectorial, en Madrid o donde sea. A esta reunión no le damos validez», manifestaba José Antonio Zan, presidente del comité, de CC.OO.

Sacarla a la venta

«Si Alcoa no quiere seguir en San Cibrao, que la cojan otros; habrá candidatos. Pero la empresa tiene que seguir; tiene futuro. O tenemos industria o se va todo al garete, así de claro», añadía Zan. De este modo, los trabajadores prefieren que la planta se venda a otro inversor, como ocurrió con las de A Coruña y Avilés, que antes de cambiar de manos vivieron un proceso similar al que se avecina para San Cibrao.

Si Alcoa no quiere seguir en San Cibrao, que la cojan otros; habrá candidatos

«Este viernes nos reuniremos los miembros del comité y elaboraremos un calendario de movilizaciones. Hay futuro para Alcoa y para A Mariña, estamos convencidos. En adelante, las negociaciones se harán también con el Gobierno, en la mesa multisectorial, que es donde se tiene que negociar, no con nosotros en un restaurante», concluía Zan, alterado y expeditivo a la salida de la reunión.

Alcoa genera miles de puestos de trabajo indirectos en la comarca, en el sector servicios, en hostelería, contratistas, etcétera. Aporta el 33 % del PIB de toda la provincia de Lugo.

El anuncio de la compañía estadounidense, aunque barruntado desde hace algún tiempo, provocó un shock en la población. Los alcaldes de A Mariña se reunirán de urgencia este viernes, parece que todos unidos, ahora sí para adoptar decisiones.

Este es el texto oficial íntegro remitido por Alcoa:

Alcoa se ha reunido hoy con los representantes de los trabajadores de San Ciprián para informarles de las graves circunstancias y de la situación insostenible por la que atraviesa la planta de aluminio, debido a factores estructurales inherentes y a dificultades de carácter permanente. Estas circunstancias han llevado a Alcoa a contemplar el inicio de un período de consultas para un proceso de despido colectivo. Este proceso afectaría potencialmente hasta a un máximo de 534 empleados.

 La Compañía es consciente del posible impacto en los empleados y ha propuesto abrir un período informal de consultas con la representación de los trabajadores, que tendrá una duración aproximada de tres semanas, para explicar la situación de la planta, los retos que afronta y discutir las opciones y medidas. El propósito de esta consulta informal es poder avanzar con los representantes de los trabajadores antes de iniciar un período formal de consultas, que tiene unos plazos concretos.

 No se tomará ninguna decisión hasta que el período de consultas haya concluido.

La planta afronta una serie de problemas externos de producción y de mercado que han hecho que la producción de aluminio primario sea ineficiente y la operación de la planta no sea competitiva. Esos problemas estructurales incluyen los altos costes de energía y el bajo precio del aluminio que, junto con el exceso de capacidad global, han causado significativas pérdidas recurrentes, que se prevé que continúen. El Comité de Empresa Europeo ha sido informado del proceso informal de consultas en el curso de una reunión celebrada esta mañana

La historia se repite

Lo cierto es que la historia parece repetirse. En octubre del 2018, Alcoa anunció exactamente lo mismo para los más de 600 trabajadores de las fábricas de aluminio primario de A Coruña y de Avilés, aunque en ese caso suponía el cierre de las dos instalaciones al completo. En San Cibrao se salva, de momento, la planta de alúmina.

Lo que comenzó también con un proceso de despido colectivo para el 100 % de las plantillas de A Coruña y Avilés acabó con un proceso de venta de las plantas, que estuvo tutelado por el Ministerio de Industria. Las plantas se salvaron del cierre y se preservó la totalidad del empleo. Sin embargo, el fondo que le compró a Alcoa las instalaciones las revendió a los pocos meses a un grupo industrial desconocido de nombre Riesgo. La multinacional del aluminio desautorizó tal operación, pues Parter se había comprometido a mantener las fábricas al menos dos años, pero se las quitó de encima en un abrir y cerrar de ojos. Aunque Riesgo asume los compromisos de mantenimiento de empleo y actividad, los trabajadores desconfían. De hecho, este jueves se han movilizado en A Coruña, protesta que ha coincidido con el anuncio de despido de buena parte de sus antiguos compañeros de A Mariña lucense.

Los motivos que esgrime ahora la multinacional para cerrar la fábrica de aluminio de San Cibrao son también idénticos a los aportados hace año y medio: problemas del negocio (el precio del aluminio se fija en el mercado de metales de Londres y está por los suelos) sumados a que la electricidad en España es más cara que en otros países, lo que dispara los costes de producción. La luz, siempre la luz.

La reacción del conselleiro de Industria, Francisco Conde, al anuncio de despido colectivo va en ese sentido. Asegura que «a inacción do Goberno» ha provocado esta crisis -como la del año pasado en A Coruña y Avilés-, porque del Ejecutivo central depende que las industrias con un elevado consumo de energía (Alcoa es la que más) dispongan de un «prezo eléctrico competitivo» y que mientras «países como Francia ou Alemania están apoiando á súa industria, aquí estamos abocando ao peche a unha empresa como Alcoa, non podemos deixar a súa sorte a 500 familias», denunció Conde.

El Gobierno lleva año y medio a vueltas con el estatuto del consumidor electrointensivo, con medidas de apoyo a las industrias de ese sector para abaratar sus costes en electricidad. Nada se sabe del documento todavía.

«De Alcoa comemos todos»

El presidente de la Mancomunidade convoca de forma urgente a todos los alcaldes de la comarca y exige al Gobierno central y a la Xunta que hagan sus deberes

M. CUADRADO

El presidente de la Mancomunidade de Concellos da Mariña lucense, el regidor focense Francisco Cajoto, ha convocado de forma urgente para este viernes (19.30 horas) a todos los alcaldes de la comarca para abordar la delicada situación que atraviesa la planta de Alcoa San Cibrao. Asegura que todos los regidores y regidoras están muy preocupados por las informaciones que llegan de la factoría, que afectarían a la planta de aluminio, con la pérdida de medio millar de empleos directos. «De Alcoa comemos todos, comemos moitas familias da Mariña», incide el presidente de la mancomunidad, recordando que a parte de los empleos directos, la multinacional genera muchos puestos indirectos y da también trabajo a sectores como el de transporte o servicios.

«Non podemos prescindir dela. É un valor que temos que defender», insiste Cajoto, recordando que hay que aparcar las ideologías políticas y hay que exigirle a las Administraciones implicación y que hagan los deberes: «Temos que esixirlle ao Goberno central que se aprobe xa ese estatuto electrointensivo, e á Xunta, que faga os seus deberes dentro das competencias de industria que ten exclusivas establecidas no estatuto».

Cajoto aboga por un «frente común» de todos los alcaldes, de todas las fuerzas políticas, de toda la sociedad: «Penso que co esforzo de todos algo poderemos facer. Non vai ser por quedarnos quietos».