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La piratería marítima cae a su nivel más bajo en casi tres decenios

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

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La Oficina Marítima Internacional registró 115 incidentes, un 12,8 % menos

23 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los actos de piratería en el mar cayeron el año pasado a su nivel más bajo en casi tres decenios. Así lo asegura la Oficina Marítima Internacional (IMB, por sus siglas en inglés), que, no obstante, llama a no bajar la guardia convencida como está en que, en cuanto se relajen las medidas adoptadas, resurgirá la delincuencia, ataques y robos en el mar. En especial, en dos puntos concretos: el cuerno de África y su extremo contrario, el golfo de Guinea.

El centro de vigilancia de la piratería contabilizó el año pasado 115 incidentes, lo que supone una reducción del 12,8 % con respeto a los 132 del 2021. Ahora bien, los ataques del 2022 son casi la mitad de los constatados en el 2018, que fueron 201.

El 95 % de los actos de piratería en el mar fueron abordajes. En muchos casos se trató de asaltos perpetrados cuando el buque estaba amarrado o fondeado. Y prácticamente todos ocurrieron por la noche, aprovechando las horas de oscuridad. Aparte de esos 107 abordados, la IMB registró dos secuestros de embarcaciones y cinco tentativas de ataque, además de un barco tiroteado.

La propia cámara señala que en esta drástica caída de los episodios de piratería tiene mucho que ver la reducción de incidentes en el golfo de Guinea. De los 35 incidentes que se registraron en el 2021 se ha pasado a los 19 contabilizados el año pasado. Según recoge el informe del organismo dependiente de la Cámara Internacional de Comercio, eso ha sido posible gracias a que los capitanes y patrones de los barcos han atendido las recomendaciones, como la de navegar a más de 300 millas del punto caliente —pues se han dado ataques a 260 millas de distancia de la costa— o comunicar de inmediato cualquier incidente, y al despliegue de barcos de Armadas de distintos países. Además de las fuerzas de África occidental, han desplegado patrulleras en la zona Dinamarca, Italia, Rusia, Portugal y España. Ha sido esencial, también, la colaboración de las autoridades nigerianas y su Armada.

Al observar las estadísticas actuales de la piratería en el golfo de Adén y la costa de Somalia parece increíble que hace poco más de dos lustros los ataques se contaran por centenares y los secuestros por docenas. En el 2022 no se registraron incidentes en el cuerno de África. A la Oficina Marítima Internacional no le cabe duda de que eso se debe a que las patrulleras internacionales continúan vigilando de cerca la navegación de mercantes y pesqueros y recogiendo información sobre grupos de piratas.

Extremar la precaución

Con todo, recomiendan seguir los protocolos de seguridad en caso de los mercantes y a extremar la precaución a los pesqueros con seguridad privada armada a bordo para no confundir a pescadores con piratas en las zonas en las que hay concentración de embarcaciones. Y es que a la IMB no le cabe duda de que los piratas somalíes aún conservan la habilidad y capacidad para llevar a cabo ataques.

El punto caliente ahora se ha trasladado al estrecho de Singapur, por otra parte tradicional cuna de la piratería antes de que los delincuentes somalíes y nigerianos apabullasen a los de este rincón de Asia con su hiperactividad. Controlados aquellos puntos, Singapur recupera sus ignominiosas marcas, hasta el punto de que un tercio de todos los incidentes que se han comunicado en todo el mundo se han producido ahí, con embarcaciones en marcha abordadas con éxito en los 38 incidentes constatados.

La mayoría de los buques abordados tenían más de 50.000 toneladas de peso muerto, pero seis de ellos superaban las 150.000.

La presencia de patrullas regionales e internacionales detrás de la bajada en el golfo de Guinea

La irrupción de patrulleras de los países de la zona y del extranjero ha desbaratado ese avispero en que se estaba convirtiendo ese golfo que baña Liberia, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón, Santo Tomé y Príncipe y que tenía su colmena en Nigeria. La International Maritime Bureau está convencida de que esa zona sigue siendo peligrosa. Para muestra, se remite a dos de los incidentes ocurridos en el último trimestre del pasado año. En un caso los piratas secuestraron un buque ro-ro al sur de Sierra Leona y toda su tripulación fue tomada como rehén. Los delincuentes condujeron el barco hacia una zona de aguas poco profundas, lo que provocó que el mercante hizo encallase. Por suerte, eso permitió a la tripulación escabullirse y encerrarse en la ciudadela de barco hasta que llegaron las autoridades y liberaron la embarcación. En otra ocasión, ya a mediados de diciembre, los piratas abrieron fuego contra un petrolero que navegaba a 87 millas a noroeste de Bata, en Guinea Ecuatorial.

 Eso es lo que refuerza la opinión del organismo internacional de que continúa siendo una zona peligrosa. El director de la oficina, Michael Howlett, aplaudió la intervención de las fuerzas internacionales y regionales en el golfo de Guinea: «Sin embargo, estos dos últimos incidentes causan preocupación e ilustran que se deben mantener los esfuerzos para mejorar la seguridad marítima en la región».