Llegan a la zona dos buques de Italia y Portugal para reforzar la vigilancia
22 ene 2023 . Actualizado a las 17:08 h.El jefe de la misión de la Unión Europea en Togo, el español Nicolás Berlanga Martínez, anunció ayer la llegada de buques de vigilancia de Italia y Portugal para reforzar la seguridad marítima en el golfo de Guinea. «Es el objetivo de la UE y de sus Estados miembros explorar las posibilidades de fortalecer nuestra asociación con Togo en el campo de la seguridad marítima», dijo Berlanga.
La llegada de estos dos buques es parte de un programa de la UE denominado Presencias Marítimas Coordinadas (PMC).
Además, Berlanga destacó que Togo ha realizado importantes esfuerzos en los últimos años en la lucha contra la inseguridad en el golfo de Guinea, una de las regiones más afectadas del mundo por la piratería.
«Me gustaría felicitar a Togo por sus esfuerzos para mejorar su seguridad marítima y la de la región. Togo ha encabezado todos los esfuerzos regionales», añadió el diplomático.
El golfo de Guinea, donde se encuentra Togo, representó en 2020 más del 95 % de los secuestros de embarcaciones a nivel global, con 130 de los 135 tripulantes secuestrados en el mundo.
No obstante, según informó la Oficina Marítima Internacional (IMB) el pasado abril, el número de ataques piratas ha disminuido en el golfo de Guinea con tan solo siete incidentes desde comienzos del 2022 y ningún secuestro de tripulantes.
En el golfo de Guinea, la mayoría de las personas que se dedican a la piratería son de origen nigeriano y su objetivo es robar el crudo que transportan los buques petroleros para venderlo en el mercado negro. Sin embargo, la actividad más rentable para ellos es secuestrar a tripulaciones a cambio de un rescate.
En mayo del 2021, el aumento de la violencia en los ataques a los barcos y el hecho de que se produzcan cada vez más lejos de las costas impulsó a unas 185 compañías navieras y asociaciones de más de veinte países a firmar una declaración conjunta para pedir una coalición contra la piratería en el golfo de Guinea.
Los firmantes advirtieron de que esa zona se había convertido «en una maldición para los marineros en la última década».