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La flota pesquera revive en el golfo de Guinea la pesadilla de los piratas somalíes

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ANGEL MANSO

Reclaman una especie de «operación Atalanta» para esta región de África

31 may 2021 . Actualizado a las 07:11 h.

Hace unos años, pescar atún en el océano Índico se convirtió en un auténtico calvario para armadores y tripulantes de la flota cerquera congeladora española, básicamente de capital vasco y con tripulación del País Vasco y de Galicia. La situación socioeconómica en Somalia había empujado al mar a cientos de personas, y no precisamente para faenar. Pueblos enteros convirtieron la piratería en base de la economía local, asaltando embarcaciones de todo tipo: petroleros, cargueros, graneleros... y pesqueros. Ahí están los casos del Playa de Bakio, del Alakrana y las decenas de ataques a embarcaciones que se quedaron en tentativas. Hasta 72 barcos llegaron a estar secuestrados a la vez en una época en los que los incidentes superaban de largo los 200 al año.

El avispero somalí está más o menos controlado, gracias a que todavía está en marcha la EU-Navfor, la misión naval de la UE -más conocida como operación Atalanta-, de lucha contra la piratería en el Cuerno de África, con buques militares patrullando y protegiendo a los buques que por allí circulan. Y también gracias a que, con los marineros, también van enrolados a bordo agentes de seguridad fuertemente armados.

Pero la pesadilla de la piratería ha vuelto a los sueños de armadores y tripulantes. Es ahora el golfo de Guinea, donde también operan las firmas atuneras españolas, el que provoca sobresaltos a empresarios y marineros. La patronal pesquera Cepesca ha hecho pública la preocupación de esta flota ante el incremento de las acciones de piratería durante los últimos meses en esa región del África occidental, que hace temer por la seguridad de las operaciones pesqueras en esa área.

La patronal señala que esa inquietud ha quedado patente en las advertencias que se han lanzado desde los buques atuneros cerqueros. Pero no solo desde esa flota. También por parte de arrastreros y palangreros españoles que, sea con licencias privadas o bajo el paraguas de los acuerdos de la UE, operan en el golfo que baña países como Costa de Marfil, Ghana, Togo, Nigeria, Camerún, Guinea Ecuatorial y Gabón.

Los pesqueros ven «cómo el riesgo sobre la zona va siendo cada vez mayor, comprometiendo de forma muy preocupante la seguridad de los tripulantes y los propios buques», explica la patronal.

Remedo de Atalanta

El sector trasladó esta preocupación al Gobierno el pasado mes de marzo. Desde el Ejecutivo manifestaron la intención de desplegar más unidades para reducir al mínimo el tiempo durante el cual no estén presentes en esta zona, así como la puesta en marcha de un proyecto piloto de presencias marítimas coordinadas para aumentar la capacidad y visibilidad de la UE en la zona, con unidades de España, Francia, Italia y Portugal.

Pero aún así, el sector, «que valora la labor e implicación de nuestras Fuerzas Armadas para velar por la seguridad de las flotas, cree necesario abordar la situación de forma urgente y de manera contundente». En este sentido, considera muy apropiada la iniciativa propuesta por el Gobierno de Dinamarca, apoyada también por la Asociación de Navieros Españoles (Anave). Lo que pretende el Gobierno danés es que, dentro del marco de la Acción Militar Europea (European Intervention Iniciative, E12), se despliegue en la zona una operación similar a la que la UE tiene en el golfo de Adén desde el 2008, que ha permitido reducir los ataques de los piratas somalíes.

Un seminario web para analizar el problema de los asaltos y las posibles respuestas

La delincuencia marítima se han ido extendiendo como una mancha de aceite por todo el golfo africano. Si hace un tiempo el foco estaba en Nigeria, hoy todos los países del entorno padecen en mayor o menor media el azote de la piratería. El informe de la Oficina Marítima Internacional (IBM) recoge que en el primer trimestre de este año se contabilizaron 16 ataques.

En Benín, por ejemplo, los asaltantes, que antes se contentaban con asaltar barcos para robarles el gasoil, hoy secuestran los buques para pedir rescate. En Guinea Ecuatorial han descendido los ataques este año, pero han ganado en violencia. En Guinea y Ghana se suelen limitar a robos cuando los barcos están atracados. Con todo, no hay color con Nigeria, donde los piratas son peligrosos, van armados y los barcos que por allí navegan corren un alto riesgo de ser secuestrados y tiroteados.

Análisis

Todo ese escenario será el próximo jueves analizado en un seminario web organizado por la flota atunera española agrupada en Opagac, una de las más afectadas por los riesgos de esta situación. Bajo el título Piratas del siglo XXI: Una amenaza para la pesca, el seminario abordará este problema y analizará los esfuerzos institucionales para paliarla.

Según el informe trimestral del IMB se han comunicado en total 38 incidentes y el 43 % de los mismos han tenido por escenario el golfo de Guinea.