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El berberecho de Arousa se ha hecho de forma natural resistente a la marteilia

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Martina Miser

Crías de los supervivientes de esta ría se utilizarán para recuperar otros bancos

13 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Puestos en el microscopio, un berberecho del 2012, antes de que la Marteillia cochillia irrumpiese en las Rías Baixas diezmando las poblaciones de este bivalvo, no tiene nada que ver con uno extraído en el 2019. El ADN «ha cambiado», explica el investigador genetista Paulino Martínez, del equipo de Xenómica de la Universidade de Santiago de Compostela (USC). Seis generaciones después, el berberecho ha desarrollado por selección natural resistencia al parásito. Y los investigadores creen haber dado con la clave de esa fortaleza. Han identificado varios marcadores en el genoma que confieren al bivalvo una mayor resistencia y ahora están comprobando si están en lo cierto.

Lo hacen en un programa piloto que han emprendido ya en el epílogo del proyecto Cockles -cuya conferencia final se celebró esta semana- y en el que están involucrados las cofradías de Cambados y Vilanova de Arousa. En concesiones de esos pósitos, los investigadores han sembrado cría de berberechos reproductores de Noia -zona que en todos estos años ha quedado a salvo de la marteiliosis- y descendientes de ejemplares de Os Lombos do Ulla, zona especialmente castigada por el protozoo. Se han instalado en dos áreas con distinta afectación de los brotes, como son el banco de Ariño y el de O Sarrido -más expuesto a la marteilia el primero- con el fin de comprobar cuáles resisten la enfermedad y si realmente son los genes identificados los que marcan la diferencia entre sobrevivir o morir en el intento, resume Antonio Villalba, del Centro de Investigacións Mariñas (CIMA). 

Experimentos anteriores

En el marco del proyecto Cockles -desarrollado por cinco países del arco Atlántico y coordinados por el Cetmar (Centro Tecnolóxico do Mar)-, los investigadores del CIMA ya habían probado si el hecho de que los berberechos de Noia no padeciesen marteiliosis se debía a su mayor fortaleza o a su sistema inmune. Pero lo descartaron al comprobar que, una vez implantados en la zona de Os Lombos do Ulla, murieron todos. No se sabe si por las enfermedades que traían de la ría noiesa o por el temible parásito. Ahora las pruebas se hacen con descendientes de berberechos noieses, pero ya nacidos en Arousa, con el fin de verificar esa resistencia natural que han desarrollado los bivalvos del interior de la ría arousana.

Estrategia

Todos esos experimentos permiten vislumbrar una posible recuperación de los bancos de berberechos. «Agora xa hai unha estratexia definida», apunta Antonio Villalba. Pasa por «producir en criadoiros semente de exemplares do interior da ría de Arousa» que han desarrollado esa respuesta inmune. Eso «xa sería eficaz». Pero el equipo quiere ir más allá y plantean un proyecto nuevo, que consistiría en producir semilla de forma más artificial, a través de la selección genética, buscando las estirpes en los que esos marcadores están más presentes para generar más resistencia. Si funciona, mejor. Si no, siempre quedará la vía natural, que es la de utilizar los superberberechos arousanos para recuperar los bancos del resto de las rías, donde el bivalvo continúa siendo víctima de la marteilia.

¿Falta mucho? No tanto. Martínez calcula que dos generaciones, que Villalba traduce a cuatro o cinco años. En ese plazo se podrá «abordar un proceso de restauración dos bancos de berberecho».

El investigador del CIMA pone de relieve que el trabajo del equipo de Paulino Martínez descifrando el código genético del berberecho es clave para avanzar en la resistencia del berberecho frente a otras amenazas latentes, como es la caída de la salinidad por las incesantes lluvias, la subida de la temperatura del agua u otras circunstancias asociadas al cambio climático.