El sector de la automoción se concentra

LUGO

ÓSCAR CELA

Reportaje | Los grupos gallegos irrumpen en el mercado y sustituyen a las firmas lucenses Martínez está a punto de cerrar una operación con una empresa de Ourense para sus tres marcas y los titulares del concesionario de Ford también dejan el negocio tras 30 años

23 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

El sector del automóvil no atraviesa su mejor momento. El proceso de adaptación a las cambiantes condiciones del mercado y a las exigencias, cada vez más tiránicas de los fabricantes, está en plena ebullición desde hace dos años. El final del túnel no parece próximo y a los propios empresarios del sector les resulta difícil aventurar qué condiciones incluirán las marcas a mayores de las múltiples exigencias actuales y cómo poder sobrevivir en una actividad tan cambiante y cada vez menos rentable. Estos cambios en la provincia de Lugo suponen la incursión de los grandes grupos gallegos para hacerse cargo de empresas de gran tradición que deciden abandonar después de hacer sus cálculos. La última de estas incursiones será la del ourensán Moyvesa, que está negociando con la familia Martínez los últimos detalles del cambio de titularidad de las concesiones de Opel en Lugo y Viveiro, Nissan y Honda. El acuerdo lleva aparejado también el uso de las instalaciones de las distintas marcas, en régimen de alquiler. El grupo Martínez centrará sus inversiones en otro tipo de negocios. Esta familia lucense, de gran tradición en el sector de la automoción ,concentra con sus tres marcas, el mayor volumen de ventas de la provincia, con unas 1.400 unidades al año. El grupo cuenta en la actualidad con 70 operarios. Hubo otros importantes movimientos en el sector de automoción en los últimas semanas que supusieron cambios de titularidad en concesionarios, como el caso de Ford. Pero, en éste último, se mantiene el capital lucense con Lugo Motor S.L.U., de la sociedad formada por Genaro Saavedra y su hermano José, junto con los hijos de ambos, que garantizan la continuidad familiar en el negocio. Los planes de futuro de este grupo, que ya tenía las concesiones de Fiat, Alfa Romeo y Lancia, (Lugocar), pasan por ampliar el número de éstas, según declaró Genaro Saavedra. Este grupo empresarial apostará fuerte por la multimarca. El propio Saavedra aseguró, poco después de conocerse el relevo, que las posibilidades de crecimiento pueden ir por varias vías: el servicio oficial, a través de los vehículos de kilómetro cero o como agente. El mantenimiento de los puestos de trabajo en este caso está garantizado. Los Saavedra asumieron a los 26 empleados de la Ford, la mayor parte de ellos con una gran antigüedad en nómina. Una filosofía similar a la de Saavedra, de convertirse en concesionario multimarca es la que mueve a Sport Auto, el concesionario de Land Rover, Jaguar, Tata y Rover. Esta última marca se encuentra en quiebra. El responsable de ella en Lugo y A Coruña, Domingo José Trigo Pérez, -que asegura que la crisis, que ya vivieron en otra ocasión, no va a tener repercusiones más que en la ventas- quiere partir de sus actuales infraestructuras para convertirse también en multimarca, una apuesta hacia la que caminan otras empresas lucenses del sector con la concentración de referencias. El cambio de titularidad de Ford supuso el abandono de la automoción, sector en el que llevaban más de 30 años, de los hermanos Cereijo, Ángel y Manuel. Ellos seguirán dedicándose a su actividad más antigua: la importación y venta de maquinaria agrícola, que en estos momentos aporta una mayor seguridad y garantía de negocio y en la que llevan más de 40 años. La fuerte apuesta de los Saavedra para conseguir la Ford impidió que uno de los grandes grupos de la automoción gallega, los ourensanos Pérez Rumbao se hicieran con la concesión, al igual que dos años atrás hicieran con la Volvo tras la crisis de Master Móvil e Iveco. En este caso los empleados tampoco se quedaron en la calle, dado que montaron un taller por su cuenta en el polígono de O Ceao. Este grupo arrastró consigo a una clientela fiel que conocía su forma de trabajar. Por esa misma época también realizó su incursión en el mercado lucense Gestoso, de Pontevedra, otro grande del sector que asumió la francesa Renault, a cuyo frente llevaba más de 30 años la familia Abelleira. Su gerente, Luis Abelleira Mayor, no muestra arrepentimiento alguno del paso dado en su día. Esta empresa fue la primera que tomó la decisión de abandonar la actividad, ante la tendencia imparable de las marcas de crear grupos de concesionarios financieramente muy fuertes y capaces de afrontar los avatares del mercado. De hecho pasó de 400 a 86 concesionarios en 10 años.