Alfonso Rueda llega a la Presidencia de la Xunta: «A Galicia sempre lle direi que si»

Xosé Vázquez Gago
xosé gago SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El ya presidente del Gobierno gallego, junto a tres de los colaboradores más estrechos de Feijoo en la Xunta, y que se van con él a Madrid: Álvaro Pérez, Marta Varela y Mar Sánchez Sierra.
El ya presidente del Gobierno gallego, junto a tres de los colaboradores más estrechos de Feijoo en la Xunta, y que se van con él a Madrid: Álvaro Pérez, Marta Varela y Mar Sánchez Sierra. PACO RODRÍGUEZ

El sexto presidente de la Xunta inicia su etapa con una oferta simbólica de «pacto de país» a la oposición y la promesa de que habrá «continuidade da boa»

13 may 2022 . Actualizado a las 22:45 h.

O mayoría absoluta, o nada. El nuevo presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (Pontevedra, 1968), deberá superar la misma exigencia electoral que su predecesor, Alberto Núñez Feijoo, si quiere seguir gobernando a partir del 2024. El debate de investidura celebrado en el Parlamento no dejó resquicio para treguas. Fue casi un anticipo electoral a dos años vista. El portavoz del PSdeG, Luis Álvarez, reivindicó a su partido como alternativa de gobierno y expuso un programa. Lo mismo hizo Ana Pontón, que habló de una Galicia del futuro gobernada por el BNG con «unha presidenta coas mans libres». Rueda le dio la «benvida á sua investidura virtual dos mundos de Yupi», y le recordó que el candidato era él.

Fue elegido con 41 votos a favor del grupo del PPdeG, uno menos de los previstos por la indisposición de su portavoz, Pedro Puy. Los 19 diputados del BNG y los 14 del PSOE le dieron un no anunciado. El candidato del PP les replicó que a «Galicia sempre lle direi que si», y lamentó que los dos grupos de la oposición confirmasen el rechazo que ya habían anticipado antes de escuchar su discurso. Insistió en que hará lo posible para convencerles, e incluso planteó un «pacto de país».

Fue una oferta simbólica, visto el tono del debate. Rueda, en todo caso, marcó una serie de líneas rojas que no franquearía para que le diesen el sí: «Non vou entregar os intereses de Galicia», «nin deixar que me impoñan ideas nacionalistas», «nin a entregar as institucións dos galegos», «non vou facer nada parecido ao que está facendo o presidente da nación co CNI», «non vou ser refén de parte do meu propio goberno» y, concluyó, «Non vou renunciar a sentirme galego, español e europeo».

Esas condiciones marcan distancias insalvables con los socialistas y los nacionalistas, de ahí el carácter simbólico de la oferta. La meta de Alfonso Rueda, como él mismo se marcó el día que confirmó su candidatura, es la quinta mayoría absoluta consecutiva para el PPdeG.

Una victoria así le confirmaría en el papel que dijo querer interpretar: continuador de los gobiernos de Feijoo. «Haberá continuidade da boa», pero, matizó, no «continuismo». Eso lo dejó para una oposición que sigue, dijo, ahondando en sus errores: «Nós intentamos non lle mentir á xente. As nosas propostas non son irrealizables. Por iso levamos 13 anos aquí e vostedes [BNG y PSOE] alí», es decir, fuera del gobierno.

  

Rueda presentó el martes, en su discurso de apertura, un programa político que Feijoo suscribió «desde la primera línea hasta la última» y que, añadió, permitirá abordar la segunda mitad de esta legislatura y orientar la siguiente. Incluye la incorporación gratuita al calendario infantil de las vacunas para la meningitis B, el virus del papiloma humano y la antigripal tetravalente. También una tibia rebaja del primer tramo el IRPF del 9,4 % al 9 %, y la extensión de los beneficios de las familias numerosas a las que tengan dos hijos, una nueva ley de inclusión social o la creación de un departamento específico de Termalismo en la Xunta.

El presidente electo enmarcó esas y las demás propuestas que lanzó en tres ejes: «Familia, traballo e xuventude». Los socialistas ironizaron con que parecían mensajes retro, procedentes de «outra época». Rueda contestó sin hacer prisioneros: «Se non lles gustan os tres eixos que formulei, familia, traballo e xuventude, é que non entenden absolutamente nada. Cales pensan que son as prioridades da xente?» se preguntó.

Desde que afirmó hace unas semanas que tendría un estilo propio, un «estilo Rueda», muchos se han preguntado en qué consistirá. Ana Pontón dijo que había descubierto una de sus características: inventarse cifras. Rueda ironizó al principio de su discurso con que la líder del BNG ya era diputada cuando Messi empezó en el fútbol o cuando él daba el biberón a una de sus hijas, ahora camino de la universidad. En esas réplicas, Rueda demostró tener «muy en forma las habilidades de un número dos», afirmó un diputado de su partido, que lo vio «cada vez más fuerte en el papel de número uno». Aunque en ocasiones le faltó precisión sobre el estrado.

Rueda, abrazándose a la conselleira de Mar, Rosa Quintana, la más veterana en el gabinete junto al ahora presidente.
Rueda, abrazándose a la conselleira de Mar, Rosa Quintana, la más veterana en el gabinete junto al ahora presidente. PACO RODRÍGUEZ

Los parlamentarios e invitados del PPdeG le felicitaron tras ambos días de debate con la efusividad de quien ve a alguien superar una dura prueba. «No lo ha tenido fácil, todo ha pasado muy deprisa», señaló uno de ellos. Temían que tuviese problemas para dar imagen presidencial después de 13 años como discreto vicepresidente.

En el debate en O Hórreo, BNG y PSOE quisieron elevarse como alternativas al PP, que defendió su legado y la vigencia de su proyecto, aún con otro timonel. Los nacionalistas esgrimieron que son la segunda fuerza política. Los socialistas lucieron poder municipal. Pero al menos hasta las próximas elecciones, encaramado sobre los hombros de la mayoría absoluta del Partido Popular de Galicia, Alfonso Rueda será presidente de la Xunta.