Llega el AVE que España también necesitaba

Pablo González
pablo gonzález OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Brais Lorenzo

Los presidentes de Gobierno y Xunta coinciden en que la línea de alta velocidad ya en servicio permitirá tener un país más cohesionado

21 dic 2021 . Actualizado a las 09:26 h.

Es uno de esos días donde la historia transpira en cada gesto, en cada esquina. Un día histórico muy diferente a aquel 8 de septiembre de 1958, cuando el dictador Franco inauguraba la vía convencional Zamora-A Coruña que desde hoy dejarán de utilizar los trenes que comunican Galicia con Madrid. La inauguración de la línea de alta velocidad gallega, que esta mañana inicia los viajes comerciales, se hace ahora con una democracia consolidada, y con la presencia de un jefe de Estado, Felipe VI, que encarna los valores de una monarquía parlamentaria. El AVE S-112 con las autoridades llegó a la estación de Ourense a las 12.16 horas, con más de diez minutos de adelanto sobre el horario previsto, y fue recibido por la banda de gaitas de la Diputación.

El acto de inauguración en la terminal, en el que el rey no intervino pero que escuchó atentamente, comenzó con un vídeo con los protagonistas de la construcción del tramo Pedralba-Ourense, uno de los más complejos de Europa y que hoy ya surcarán los AVE y los Alvia. «Lo hemos conseguido. Es todo vuestro», afirmaban los ingenieros y técnicos que participaron en esta obra titánica que, por supuesto, va a beneficiar a una comunidad periférica, pero también servirá para vertebrar un país que siempre miró más al Mediterráneo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo explicó en una frase: «España necesitaba este AVE tanto o más que Galicia».

El jefe del Ejecutivo recordó que los avances en el nuevo acceso ferroviario comenzaron con la apertura en el 2007 de los túneles del Guadarrama, una obra que salvó uno de los primeros y grandes obstáculos orográficos en la larga marcha para modernizar el ferrocarril del noroeste. El tramo de 119 kilómetros que se pone en servicio supone «un vuelco en la conectividad de Galicia», dijo Sánchez, quien recordó que antes del 2018 el recorrido entre Ourense y Madrid se hacía en cuatro horas y media. Ahora son dos horas y cuarto, un tiempo que es casi un suspiro si se recuerda que los expresos de los años cuarenta del siglo XX tardaban 18 horas en llegar a la capital.

«Justicia con esta tierra»

El presidente del Gobierno recordó la ingente inversión realizada en la alta velocidad gallega, unos 10.000 millones de euros que sirvieron para poner en servicio conexiones como el eje atlántico en el 2015, una línea que es de las más utilizadas de España en media distancia, como recordó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Pedro Sánchez mencionó una de las «muchas» cartas que recibió en la Moncloa con motivo de la puesta en marcha del AVE gallego. Era de una vecina de Ourense, Ana, que tiene un hijo en Madrid. Quería que supiera lo importante que es para este territorio romper con un aislamiento secular, que condenaba a Galicia a una lejanía permanente. Sánchez asume que el AVE será «una ventana para modernizar Galicia» y que, al final, «se hace justicia con esta tierra».

El presidente de la Xunta, por su parte, agradeció la presencia de Felipe VI en un acto que calificó de histórico. Sin su homólogo de Castilla y León al lado después de que se suspendiera la asistencia por su decisión de disolver el Parlamento, Feijoo no ocultó su emoción por el momento. «Los que estamos aquí lo recordaremos durante nuestras vidas», dijo, al tiempo que brindó a los gallegos lo que considera «un éxito colectivo de esta tierra que nunca hemos renunciado a lograr». El presidente gallego, no obstante, hizo un repaso de las asignaturas pendientes ante la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que intervino en primer lugar. Recordó que es necesario que lleguen los trenes Avril de ancho variable para que el resto de las ciudades puedan quedar en el entorno de las tres o tres horas y media en el viaje a Madrid, tal y como comprometió el ADIF. De esta forma, precisó, el ferrocarril «será una alternativa sólida al avión». Insistió en que es necesario que se mejoren las conexiones de Lugo y Ferrol, avanzar en la unión con Portugal para convertir en realidad «el AVE atlántico ibérico». «Debemos seguir andando», insistió. Pero coincidió con Sánchez en que la línea será también positiva para el resto del país: «Seremos una nación más vertebrada y cohesionada».

En este punto, mandó un recado a «esas voces que desde otras latitudes cuestionaban esta infraestructura», en referencia a algunos representantes del nacionalismo catalán. Feijoo mostró su agradecimiento a los cuatro presidentes del Gobierno que tuvieron su parte en el avance del nuevo acceso ferroviario: José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y el propio Sánchez. También mencionó a exministros como José Blanco y Ana Pastor, que ayer hicieron el viaje en tren, y a otros ausentes, como Francisco Álvarez Cascos, Íñigo de la Serna o José Luis Ábalos. Tras mostrar su agradecimiento a la actual ministra de Transportes, era evidente que había eludido nombrar a la exministra Magdalena Álvarez, por su papel funesto en la gestión del AVE a Galicia. «Es un antes y un después para Galicia, que podrá competir en condiciones de igualdad y equidad con el sur y el Mediterráneo», concluyó.

La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, insistió en la idea de que el AVE gallego es «un proyecto de país», una obra «titánica» que «convierte los deseos en realidades y las ideas en hechos», dijo citando a Castelao. «La Galicia lejana y brumosa de la que hablaba Valle-Inclán es ya historia», finalizó.