Inditex recibe a Marta Ortega como presidenta

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Marta Ortega, presidenta de Inditex

Formará tándem con García Maceiras, dando visibilidad a un gobierno corporativo más garantista

02 abr 2022 . Actualizado a las 18:27 h.

Marta Ortega (Vigo, 10 de enero de 1984) es desde hoy la nueva presidenta de Inditex y se hará cargo de un grupo con una plantilla de más de 165.000 personas, 6.000 tiendas, 1.790 proveedores y 8.756 fábricas. Factura 27.716 millones de euros y tiene más beneficios (el neto fue de 3.243 millones en el 2021) que Uniqlo, H&M, Primark y GAP juntas.

Relevo generacional

El hito. Con Marta Ortega llega el relevo generacional esperado desde siempre por Amancio Ortega, fundador y primer accionista de la compañía con un 60 % del capital. Su nombramiento fue anunciado al mercado el pasado 30 de noviembre, cuando se informó también de la llegada de Óscar García Maceiras como consejero delegado. Hoy se da un paso más en ese proceso de cambios importantes. Se materializa el regreso a Inditex de un modelo de gobierno corporativo exigido por los mercados a las principales multinacionales del mundo en el que hay un consejero delegado que se encarga de las funciones ejecutivas en el entorno de la gestión de la compañía, y una presidencia cuyos cometidos están más relacionados con las actividades propias del consejo de administración, cuyos miembros (independientes o dominicales) son los que están en representación de los accionistas. 

Este modelo es el mismo que habían protagonizado Amancio Ortega, primero con José María Castellano y después con Pablo Isla. Cuando este asumió las dos facetas (lo que ocurrió entre 2011 y marzo del 2022) se entendió que era la mejor opción para abordar la transición al cambio generacional que ahora se visualiza.

Marta Ortega, que lleva desarrollando su actividad en distintas áreas del grupo durante los últimos 15 años, tendrá funciones nuevas, y todas ellas relacionadas con el consejo que va a presidir. Controlará las áreas de secretaría general y auditoría interna (un órgano de autocontrol que se impone la compañía y que, por la lógica del gobierno corporativo, no puede depender del consejero delegado), además de la de comunicación. Seguirá con su trabajo en Zara Woman, donde juega un papel importante en todo lo que tiene que ver con las colecciones, la propuesta de moda, y la imagen de marca.

Un paso más

Una carrera de quince años. La compañía insiste en que se vivirá el proceso de cambio desde la normalidad; como un día más. Marta Ortega, dicen, no necesitó ninguna formación específica por su conocimiento minucioso de la empresa. En ella ha crecido y vivido siempre. Su training comenzó hace quince años cuando en el 2007, al acabar sus estudios universitarios, desempeñó sus primeros trabajos en las tiendas de Zara y Bershka en Londres.

El cambio generacional en la cúpula de la compañía y la llegada a ella de una mujer posiciona a Inditex, sin quererlo, como una de las pocas grandes del Ibex que rompe un techo de cristal. Es probable, según explican algunos de los analistas consultados, que la compañía incorpore, con el tiempo, a través de Marta Ortega valores que hasta ahora no estaban presentes y que en un futuro serán tenidos en cuenta por el mercado.

Otros movimientos

Al consejo de Pontegadea. En paralelo a todo este proceso, Marta Ortega fue nombrada la semana pasada miembro del consejo de administración de todas las cabeceras que componen el grupo Pontegadea.

Según se publicó en los registros oficiales, acaba de entrar como vocal en Pontegadea Inversiones y Pontegadea GB 2020. Ya era consejera de Partler, la otra pata de un grupo inversor a través del que Amancio Ortega controla el 60 % de la multinacional. Esta compañía, que agrupa también el patrimonio inmobiliario de la familia, cerró el ejercicio 2020 con un beneficio de 666 millones de euros.

Los retos

La guerra en Ucrania. Entre los retos que tienen ante sí Marta Ortega y Óscar García Maceiras destaca superar la situación vivida en los mercados de Ucrania y Rusia, donde, a raíz de estallar el conflicto, la multinacional tiene cerradas todas las tiendas. Según fuentes sindicales, en Ucrania la empresa se puso a disposición de los trabajadores para que pudieran salir del país con sus familias y trabajar en otros estados de Europa. 

La compañía ha adelantado a los empleados de ambos países «dos o tres nóminas y en Rusia se les está abonando las 2/3 partes del salario».

La escalada de la inflación obligará a la multinacional a diseñar una estrategia para hacer frente al incremento de precios. En la presentación de resultados se explicó que la compañía «ha practicado un ajuste selectivo» en sus etiquetas, con un alza media (campaña primavera-verano) del 2 % en el mercado ibérico (España y Portugal) y del 5 % en el resto de los países en los que opera. Es previsible que, de seguir las tasas interanuales del IPC próximas a los dos dígitos, el planteamiento de la multinacional textil, que intenta proteger sus márgenes, sufra cambios.

Compromisos fijados

Los medioambientales. Otro de los retos que tiene entre manos la compañía pasa por demostrar que es capaz de alcanzar sus compromisos medioambientales; entre ellos, acelerar las emisiones netas cero para el año 2040 (estaban fijadas para el 2050), la utilización de algodón más sostenible (denominado better cotton) para el 2023, y la reducción del consumo del agua en un 25 % en toda la cadena de suministro para el 2025.

Mantener el stock bajo control en un contexto en el que no se descartan falta de suministros figura entre sus objetivos. De hecho la compañía cerró el 2021 con existencias por 3.042 millones de euros, un 31,1% más que un año antes, con el objetivo de «hacer frente a posibles tensiones» en la cadena de abastecimiento.