Clesa se queda sin leche

Cristina Barral Diéguez
CRISTINA BARRAL PONTEVEDRA / LA VOZ

ECONOMÍA

La planta de Caldas recoge menos de la mitad del producto y ve paralizada su actividad

25 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los 160 trabajadores de la única planta gallega de Clesa acuden cada día a su puesto de trabajo sin saber lo que se van a encontrar. Si en los buenos tiempos los camiones hacían cola para descargar leche en la planta de Caldas de Reis, ayer no entró ninguna cisterna en toda la mañana. La fábrica de Saiar necesita entre 230.000 y 280.000 litros de leche al día. Hay jornadas en las que no entra nada, y otras, menos de la mitad. Seis empresas de primeros compradores y 523 explotaciones están afectadas por la situación de Clesa, según Unións Agrarias.

El desabastecimiento se arrastra desde enero, pero cada jornada la falta de materias primas se acentúa, bloqueando la fabricación. «La producción es mínima, hay una carencia grande de leche, pero cada día falta un elemento diferente», señaló ayer Lola Ramos, presidenta del comité. De momento se mantienen los turnos de mañana y de tarde, pero se ha suprimido el de noche.

A la mayoría de los empleados Nueva Rumasa, propietaria de Clesa desde el 2007, les adeuda, a punto de acabar febrero, la extra de diciembre y la nómina de enero. La plantilla, que a principios de este mes recibía con una mezcla de alegría y cautela la noticia de que se libraba del ERE temporal y que asumía la producción de Sevilla, se enfrenta ahora a un preconcurso de acreedores en diez empresas del grupo de la familia Ruiz Mateos.

«La situación es muy complicada, la peor en la historia de la fábrica, y el entramado de empresas es muy grande. Del preconcurso no tenemos ni idea». La reflexión de Lola Ramos es compartida por otros miembros del comité que llevan en la fábrica casi desde que nació, en 1979.

En Saiar se elaboran sobre todo yogures, petit y postres (flan de huevo y vainilla), pero también mantequilla, queso y leche en polvo. José Manuel Pérez teme que la situación derive en una falta de productos en supermercados y grandes superficies. «Podrían llegar a prescindir de Clesa por razones de rentabilidad, a pesar de que en el área más próxima tenemos cierto arraigo y el cliente es fiel», apuntó este miembro del comité. Manuel Castromán añadió que desde enero casi no se recibe mercancía y se sobrevive gracias al stock: «De treinta referencias ahora estamos con cinco». El comité se reunirá el lunes para fijar una asamblea.

En Caldas la preocupación es mucha. El alcalde, Juan Manuel Rey, aludió a una «complicación para el pueblo» al ser una empresa que genera empleo.