A Coruña tendrá AVE el verano que viene

m. carneiro A CORUÑA / LA VOZA

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Renfe recibirá en ese plazo los trenes de ancho variable que precisa el trazado desde Ourense

17 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Transcurridos veinte años desde la colocación de la primera traviesa en un descampado de la parroquia compostelana de Santa Cristina de Nemenzo y diez desde la fecha anunciada aquel día por José María Aznar, parece que la alta velocidad ferroviaria llega a Galicia. Entrará antes de que acabe el año por la esquina sureste de la provincia de Ourense, en el vértice con Zamora y Portugal, y por el momento no pasará de la ciudad de As Burgas, que quedará a 2 horas y 15 minutos de viaje de Madrid.

A Coruña, al igual que el resto de las áreas urbanas de Galicia, tendrá que seguir esperando para poder dar la bienvenida al ansiado tren que la dejará, en fecha aún incierta, a poco más de 3 horas de la capital del reino. El calendario que Aznar garantizó en aquel acto de precampaña de julio del 2001 al lado de Fraga y Cuiña, con las infraestructuras ocupando el centro de las inversiones públicas, cayó en el saco roto de las promesas electorales y nunca más volvió a la superficie. Faltaban dos años para que el Prestige se partiera en dos enfrente de Muxía y moviera al presidente del Gobierno a celebrar en María Pita un consejo de ministros del que saldría el Plan Galicia con el que trató de resarcir las pérdidas de la marea negra. El entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, defendió que en el 2010 los trenes de Madrid llegarían a la estación de San Cristóbal en 2 horas y 48 minutos. En octubre del 2021 la última información oficial ofrecida por Renfe sitúa en 3 horas y 51 minutos el tiempo que tardarán los viajeros de A Coruña en pisar suelo madrileño a partir de diciembre.

¿Cuánto habrá que esperar para poder hacerlo en las 3 horas y 15 minutos que anunció el socialista José Luis Ábalos, al frente de Fomento, en el 2018? En el mejor de los casos, un invierno y una primavera. Si el reloj de Ábalos sigue funcionando, y el acontecimiento de diciembre lo confirma, en algún momento del verano que viene -sin especificar mes, precisa Renfe- la primera locomotora de alta velocidad entrará en la futura estación intermodal.

Este compás de espera tiene que ver con la configuración de las vías gallegas, que no tienen el ancho internacional (1.435 milímetros) que requieren los trenes de alta velocidad para poder circular. Durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, con el gallego José Blanco en la cartera de Fomento, el Gobierno tomó la decisión de desplegar vías de ancho ibérico, de 1.688 milímetros, en el eje atlántico A Coruña-Vigo a fin de no estrangular el tráfico de mercancías por ferrocarril procedente de los puertos, y extenderlo además al tramo Santiago-Ourense. 

Trenes versátiles

Las consecuencias para la red gallega de alta velocidad son conocidas. Ya que el AVE no está preparado para rodar por este tipo de infraestructuras, mientras no se desarrollen alternativas los trenes rápidos no podrán sobrepasar Ourense. Y el resto de las capitales seguirán presas de las velocidades del 2011. Esta es la situación que tiene por delante A Coruña en los próximos meses. Necesita locomotoras de ancho variable capaces de modificar sus ejes en los cambiadores de ancho -una infraestructura instalada en las zonas de transición de un tipo de vía a otro- para poder cubrir el recorrido desde Ourense. Y Renfe no dispone aún de estas máquinas.

La compañía ferroviaria tiene en fabricación o en homologación dos líneas de trenes con ancho variable. En el 2016 encargó a Talgo los modelos Avril, preparados para alcanzar una velocidad comercial de 330 kilómetros por hora y realizar la modificación del eje en una sola tracción. Están en fase de pruebas para alcanzar el rodaje reglamentario antes de la explotación comercial y ofrecen una capacidad importante, de hasta 600 pasajeros. Las previsiones de Renfe señalan el verano del 2022 como fecha de entrega y, de ahí, la inmediata puesta en servicio de la línea entre Ourense y A Coruña. El retraso de estos vehículos, acentuado con la pandemia, se extiende también a los antiguos Talgo hotel de la serie 107, la segunda baza de Renfe, también de ancho variable y que podrían alcanzar los 300 kilómetros por hora. Con la adaptación de estos coches la compañía se hará al menos con 15 nuevos convoyes que pasarán, en parte, a prestar servicio en la red gallega.

Cuando se produzca, la llegada del AVE encontrará en obras la estación intermodal, que estará lista como muy pronto en el 2023 y exigirá remodelar la infraestructura para adaptarla a los nuevos trenes, pero en ningún caso obligará a demorar más una conexión capital para A Coruña que arrastra diez años de retraso.