La familia pedirá que se amplíe la prueba para averiguar el perfil genético del hombre que estuvo con la joven desaparecida en Vigo en el 2002
10 mar 2022 . Actualizado a las 09:48 h.El Instituto Nacional de Toxicología ha hallado ADN de un varón en una uña del cadáver de Déborah Fernández-Cervera, que fue exhumado el 18 de mayo del 2021. El anuncio se hace en vísperas de que el viernes declare como investigado el exnovio de la joven desaparecida en el 2002, justo antes de su 22 cumpleaños, y que fue hallada muerta diez días después.
Los investigadores del laboratorio extrajeron una muestra válida a pesar de que los forenses solo recuperaron del cadáver un minúsculo fragmento genético. Se trata de un logro técnico impensable hace 20 años, cuando desapareció la joven viguesa en Samil y fue hallada muerta a 40 kilómetros. Se sobreentiende que el ADN corresponde a un hombre que estuvo con ella en los momentos previos a su muerte. Quizás ella lo tocó o arañó su piel cuando luchaba en defensa propia.
Por eso mismo, los forenses que exhumaron el cadáver buscaron material genético en siete uñas y encontraron pequeños fragmentos de cabello y fibras, material que remitieron al laboratorio policial. Las esperanzas eran pocas porque se trataba de trozos minúsculos de ADN que había que reconstituir en una prueba a todo o nada. Era una de las últimas balas que le quedaba a Déborah para desenmascarar a la persona que estuvo presente en su muerte.
Para averiguar la identidad de ese hombre, la familia pedirá una ampliación de la prueba pericial que busca determinar los marcadores genéticos hallados. Eso daría un perfil o huella genética que se podría cotejar en las bases de datos policiales o entre las 30 muestras de ADN recogidas en la comisaría de Vigo a voluntarios del círculo próximo de Déborah Fernández.
Los análisis también han desembocado en pistas y callejones sin salida. Por ejemplo, lo que se creía que era cabello hallado en varias partes del cuerpo de la joven resultó ser un plástico para embalar. En concreto, fue identificado como un material conocido como cloruro de polivinilideno (PVDC), un polímero de recubrimiento de alta eficacia que se emplea para envasar alimentos y para otros usos. Según los allegados, este nuevo dato delata la «negligencia» de la primera autopsia realizada hace 20 años porque, o bien pasó por alto este detalle, o confundió un hilillo de plástico con un pelo.
Respecto al registro del coche del exnovio efectuado en septiembre del 2021, la familia de Déborah desveló que se hallaron gran cantidad de muestras biológicas humanas y de animales, algo que, según asegura en un comunicado, se contradice con un examen realizado una década antes, en la que el vehículo estaba totalmente limpio. Sospechan que el exnovio o su entorno hizo una limpieza exhaustiva en el 2010.
Finalmente, la familia desvela que un informe concluye que el disco duro del ordenador de Déborah fue manipulado. Probablemente, su fin era borrar pistas. Están a la espera de que un perito presente su informe definitivo. Los expertos que estudian el pecé de Déborah son de la empresa Lazarus Technology, que recuperó los datos del móvil de Diana Quer.
El exnovio de Déborah declarará mañana en el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui en calidad de investigado. Es su primera comparecencia en los casi 20 años de investigación. La Audiencia Provincial consideró que ahora era el «momento procesal oportuno». Deberá aclarar contradicciones respecto a sus movimientos en los diez días de la desaparición.
La pruebas de ADN llegaron justo a tiempo, pues solo faltaba un mes para archivarse el delito de homicidio tras 20 años de investigación. Actualmente, la prescripción está suspendida porque, por primera vez, hay una persona investigada judicialmente. En tanto no se aclare la situación procesal del exnovio, la prescripción continuará en suspenso. Los juristas se preguntan si volverá a correr el reloj en caso de que la jueza lo exima de cargos.
