Las incógnitas que rodean el caso Déborah a unos meses para que prescriba

E. V. Pita VIGO

O ROSAL

La joven viguesa Deborah Fernández fue una de las mujeres asesinadas en el año 2002 en Galicia
La joven viguesa Deborah Fernández fue una de las mujeres asesinadas en el año 2002 en Galicia

La familia se aferra a un informe policial para pedir más interrogatorios y evitar que se cierre este episodio después de 20 años buscando qué pasó para que muriera esa joven viguesa

13 ene 2022 . Actualizado a las 13:55 h.

Déborah Fernández-Cervera era una estudiante viguesa que desapareció el 30 de abril del 2002 cuando salió a correr por Samil y diez días después fue hallada muerta y desnuda en una cuneta de O Rosal. Casi 20 años después, sus padres y hermanos han lanzado un órdago a la Justicia. Si la jueza no interroga a un conocido de la joven sobre el que «hay indicios» de estar implicado, instarán al fiscal a que pida el archivo del caso antes de que prescriba el 30 de abril del 2022. Tras dos años de reapertura de la investigación y tras exhumar el cadáver, siguen los enigmas. Si en cuatro meses, el juzgado de Tui no declara a nadie como investigado, el caso se archivará y el misterio quedará para siempre.

La investigación

¿Qué concluyó el informe Arcano? La familia se aferra a que un inspector entregó un atestado en el 2006 donde recomienda a la jueza tomar medidas respecto a un ciudadano del círculo de Déborah sobre el que ve «bastantes indicios» de estar implicado en la desaparición y muerte de la joven. Hicieron hasta un perfil psicológico. Dos atestados posteriores se centran en el mismo hombre y aconsejan tomar medidas. A la Fiscalía no le pareció suficiente para pedir su declaración. Al juzgado tampoco.

 El interrogatorio

¿Por qué nadie cita a declarar a la persona «con indicios»? El abogado de la familia, Ramón Amoedo, lo resumió así: para llamarlo como testigo, hay «bastantes indicios» contra él y eso le crearía indefensión. Para pedir que vaya como investigado, «los indicios no son suficientes». La Fiscalía es cauta y no quiere que, por falta de pruebas, lo absuelvan en un juicio. Según la familia, la policía investigó tres veces a la misma persona. Hizo dos inspecciones de su coche, que estaba limpio, examinó un arcón de su propiedad y se llevó la ropa de la cama de su apartamento. No han encontrado nada concluyente.

 Los correos electrónicos

¿Fue borrado el disco duro de Déborah? Según la familia, Lazarus Technologic, una empresa de forenses informáticos que recuperan datos, les aseguró que no queda ni rastro del contenido del disco duro del ordenador que Déborah tenía en su habitación porque alguien lo alteró. No hay ni un solo correo ni conversación de Messenger ni conexión a Internet. Sospechan que todos los datos han sido borrados.

 Los testigos

¿Quién fue el último que vio a Déborah con vida? Una prima de Déborah habló con ella cuando se cruzaron en la playa de Samil esa tarde. Pasados 19 años, la jueza la citó a declarar hace unos meses. Otro testigo, empleado de la zona, que pasó en coche, dice que la reconoció cuando la vio dos veces esa tarde hablar con otro joven en una rotonda cerca de la casa de ella. La última pista de Déborah se pierde en la curva del Matadero, actual Museo do Mar, donde un vecino dice haberla visto. Otro testigo contó que a la misma hora vio asomar unos pies en una furgoneta en Alcabre. La familia pide que sea llamado a declarar.

 Las pruebas falsas

¿Se escenificó la muerte de Déborah? El cadáver de Déborah apareció a 40 kilómetros de Vigo, en una cuneta de O Rosal (por eso el caso se judicializó en Tui). Estaba visible para que fuese encontrado. El cuerpo se halló desnudo, sin señales de violencia, con sus partes íntimas tapadas con hojarasca, colocado de forma respetuosa y había sido lavado. Sin huellas. Según la policía, la joven tenía semen en la vagina que fue introducido tras su muerte. Todo apunta a una puesta en escena. El semen no figura en la base de datos de delincuentes fichados ni encaja con el ADN del círculo próximo a la joven.

 El móvil detrás de la muerte

¿Qué teorías se manejan sobre la muerte? Es como el vaso medio lleno y medio vacío: la Fiscalía ve una muerte accidental y la familia un asesinato o un homicidio. La autopsia concluye que, probablemente, la muerte fue natural y súbita, sin descartar una sofocación. Pero el hecho de que el cadáver fuese ocultado llevó al juzgado a sopesar una muerte violenta y a reabrir el caso. Sigue sin aclararse cuál pudo ser el móvil. Déborah era una estudiante de Diseño de 22 años sin conflictos previos. Otra teoría maneja un posible accidente durante un encuentro con un conocido.

La familia de Déborah Fernández
La familia de Déborah Fernández M.MORALEJO

La exhumación

¿El ADN y la fibra de las uñas señalan a alguien? La exhumación del cadáver de Déborah permitió a los forenses rescatar siete uñas. Un laboratorio de Madrid halló así fibras, compatibles con una manta, y un minúsculo pelo. Con las modernas técnicas, pudo extraerse ADN del cabello para identificar a su dueño. Los resultados no se conocen. Para facilitar el cotejo, la jueza autorizó una criba voluntaria de ADN entre 30 personas del círculo de Déborah, pero las pruebas tardarán aún seis meses y, previsiblemente, llegarán tarde. Respecto a las fibras, son compatibles con un tipo de manta que también poseía en su apartamento la persona «con indicios», y que cedió.

Las declaraciones

¿Se contradicen los testigos? Los abogados de la familia interrogaron concienzudamente a los amigos del conocido de Déborah que podría ser llamado a declarar como investigado. Ninguno dio pistas que abran nuevas vías. La familia les reprocha contradicciones y mentiras respecto a dónde se encontraba el chico a la hora de la desaparición de la joven. Cree que se tapan entre ellos porque una de las amigas dijo que ella condujo su coche, pero en esa fecha no tenía carné. Estos testigos alegan que confunden sus recuerdos porque han pasado 19 años.

 Y el gran enigma

¿Qué le pasó a Déborah? La familia ve negligencias policiales y judiciales, pistas que no se siguen, pruebas que no se hicieron o a las que la Fiscalía se opuso y el extravío del teléfono de la joven viguesa, lo que ha empantanado la investigación. Las bazas se agotan y va camino de archivarse. Dos equipos de Homicidios de Madrid, durante una década, revisaron el caso sin aclarar el gran misterio: ¿qué le pasó a Déborah?