Testifica un perito informático que sospecha que el disco duro de Déborah Fernández fue borrado

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La jueza de Instrucción número 2 de Vigo le tomó declaración por videoconferencia

12 feb 2022 . Actualizado a las 18:19 h.

La jueza de Instrucción número 2 de Tui, que investiga la desaparición y muerte de la joven viguesa Déborah Fernández-Cervera en el 2002, tomó declaración por videoconferencia a un perito informático de Lazarus Technology en calidad de testigo. Este experto y su equipo intentaron recuperar los datos del disco duro del ordenador que Déborah guardaba en su habitación y con el que enviaba mensajes de correo y chateaba por programas antiguos de mensajería.

La familia de la fallecida pidió a la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui que citase a declarar en calidad de testigo al forense informático para explicar su informe y sus hallazgos cuando intentaba recuperar los datos del disco duro del ordenador de la joven viguesa. Lo tenía en su habitación y lo usaba para cartearse por email y enviar mensajes, información que la familia ve valiosa para reconstruir sus últimos pasos o encuentren más contactos. Tras casi 20 años, embalado en los almacenes policiales, los peritos privados intentaron rescatar los datos del disco duro, pero descubrieron que estaban formateados o alguien los había borrado.

El ordenador de Déborah ha pasado por todo tipo de infortunios: cuando se encendió por primera vez echó humo ante una letrada judicial que iba a copiar en un lápiz USB los datos. Luego, pasó a manos de un equipo tecnológico de la Guardia Civil en Madrid que lo devolvió a los seis meses porque temían dañar el pecé y, finalmente, recayó en Lazarus.

El tiempo apremia porque el delito prescribirá en mayo, cuando se cumplen 20 años de la muerte. Por ello, la jueza también citó a un profesor de diseño de Déborah que estuvo presente cuando unos agentes inspeccionaron otro ordenador que usaba la joven en el aula.

EL PROCESO

La desaparición

30 de abril del 2002. Déborah Fernández-Cervera, de 22 años y residente en Alcabre, salió a correr por la zona de Samil esa tarde. Volvía a casa cuando se pierde su pista.

El cuerpo

10 de mayo del 2002. El cadáver de Déborah fue hallado desnudo y sin signos de violencia en una cuneta de O Rosal, a 40 kilómetros de Vigo. Estaba colocado con una escenificación y pruebas falsas para despistar a la policía.

La reapertura del caso

7 de noviembre del 2019. Tras años con el caso cerrado, la familia aporta un testimonio que obliga a practicar nuevas diligencias. La jueza de Instrucción número 2 de Tui reabre la investigación y cita a declarar a varios testigos. A ello se suman otras prácticas, como el análisis del disco duro del ordenador de la joven, cuyo resultado no ha trascendido.

La exhumación

18 de mayo del 2021. Los forenses extraen el cadáver y hacen un tac. Recuperan ocho uñas y las envían al Toxicológico de Madrid para extraer fibras y ADN.

La inhumación

27 de mayo del 2021: La Justicia devuelve el cuerpo de la joven al cementerio de Pereiró tras realizar la segunda autopsia.

Nuevas vías de investigación

19 de junio del 2021: Aparecen pelo y fibras en las uñas de Déborah. Este hallazgo abre nuevas vías de investigación.