Caso Déborah: El juzgado de Tui llama a declarar al exnovio de la joven en calidad de investigado

Monica Torres
M.Torres VIGO

VIGO

M.Moralejo

La familia de la viguesa que apareció muerta en una cuneta en O Rosal en el 2002 llevaba años reclamando su comparecencia

15 feb 2022 . Actualizado a las 14:14 h.

El juzgado de instrucción Número 2 de Tui ha citado a declarar finalmente al exnovio de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa cuyo cuerpo sin vida apareció en una cuneta en O Rosal el 10 de mayo del 2002, en calidad de investigado. La familia llevaba años reclamando que se le tomase declaración al que ellos consideraban como «principal sospechoso» sin que, hasta la fecha, se le hubiera tomado manifestacion. La Audiencia Provincial de Pontevedra ha estimado el recurso de los abogados de la familia y ha resuelto que se le cite a declarar el próximo 21 de febrero, a primera hora de la mañana. Esta decisión evita que el caso prescriba dentro de tres meses, al cumplirse el cómputo de los 20 años. 

El juzgado había emitido una resolución en diciembre en la que consideraba que no procedía la toma de declaración, días después de una nueva manifestación en la que más de 200 personas volvieron a salir a la calle en Vigo para reclamar  «justicia» para Déborah. Esta decisión supone un giro fundamental en la instrucción a escasos tres meses de que la causa pudiera prescribir.

La noticia, confirmada por los letrados de la familia, se ha producido en la jornada en la que el juzgado toma declaración a seis personas que supuestamente vieron a la joven en algún momento de las 24 horas anteriores a su desaparición. Fue el 30 de abril del 2002, cuando la joven, de 21 años, salió a correr por Alcabre y ya no volvió a su casa.

El 30 de septiembre peritos especializados de la Policía Nacional se desplazaron desde Madrid para inspeccionar el vehículo de su expareja. Era la segunda inspección del automóvil tras la del 2010, cuando no se encontró absolutamente nada, lo que resultó extraño para la familia, que reclama desde hace años que se le llamar a testificar, pero nunca se hizo, ni como investigado o imputado ni como testigo, en los 19 años que han transcurrido desde la muerte de la joven.

Esta solicitud de la familia estaría fundamentada en un informe que colgaron en redes sociales hace unos meses y que habría sido redactado por especialistas en homicidios de la Comisaría General de la Policía Judicial de Madrid en el año 2019. Según el documento, este conocido de Déborah había «mentido e incurrido en contradicciones e imprecisiones en sus declaraciones» cuando la policía habló con él. Y añade que el equipo de investigación tiene «la convicción» de que dicho ciudadano «está implicado tanto en la desaparición como en la muerte de Déborah». Al final del informe se animaba a la jueza a que lo citara «en calidad de investigado».

Reapertura del caso

Desde la desaparición de Déborah aquel 30 de abril la familia ha peleado por este caso, que en su fase más incipiente cayó en manos de la Guardia Civil para acabar finalmente en las de la Policía Nacional. Viajó de los juzgados de Tui a los de Vigo y los dos siguientes jueces que tuvieron la causa en su poder no consideraron oportuno reabrilo. Ya en el 2010 se emitió el auto de archivo, hasta que el 7 de noviembre del 2019 el juzgado de instrucción número 2 de Tui acuerda la reapertura de diligencias y la práctica de nuevas pruebas periciales. 

La gran ventaja de esta reapertura radicaba en la mejora de los medios en la actualidad, más precisos y científicos. Todo ello jaleado y animado por la presión social, puesto que la familia no dejó de moverse en todo este tiempo. Desde concentraciones a recogidas de firmas a través de change.org, donde sumaron miles de apoyos para que se reabriera el caso.  

La Audiencia ya corrigió a la jueza varias veces para citar a testigos

E. V. P.

La Audiencia de Pontevedra ha sido un bote salvavidas para la familia de Déborah, pues la sala corrigió a la jueza en diversas ocasiones y, desde la primavera del 2021, le ha ordenado citar a hasta seis testigos claves o vitales para el caso. Entre ellos hay varios amigos que acudieron a un partido de fútbol el 30 de abril del 2002 y que corroboran la coartada del exnovio. La familia vio contradicciones en su testifical y pidió una nueva ronda de preguntas que la jueza denegó. Sin embargo, la Audiencia ordenó hacerla para «no agotar» todas las posibilidades. Además, la sala avaló el interrogatorio a dos policías que aconsejaron a la jueza, en el informe Arcano, interrogar al exnovio tras detectarle varias contradicciones. Ahora, la Audiencia ve el «momento procesal adecuado» para que la jueza lo interrogue como investigado.

 Dos décadas bajo la lupa de la familia de la fallecida, sin haber sido imputado

J. R.

El exnovio de Déborah Fernández suma 20 años sabiéndose señalado por una parte de su ciudad natal, Vigo, sin haber sido nunca imputado, hasta ayer. Puso tierra de por medio, en Sudamérica, tras el hallazgo del cadáver de la joven. Hoy, dos décadas después, rondando los 50 años, ha rehecho su vida y formado su familia en la ciudad que lo vio nacer y crecer. El Club de Campo era, antes del suceso, su patio de recreo social favorito. Lo sigue siendo. Conserva a sus amigos de siempre, que en estos años han defendido su inocencia. También lo ha hecho su familia. Empresario de profesión y muy cercano a sus padres, tanto en lo laboral —hasta la jubilación del progenitor— como en lo personal. Primero se dedicó al sector marítimo y ahora a la restauración.

Lleva una vida discreta, alejado de las redes sociales y sabiéndose señalado por la familia de la joven desaparecida primero y hallada muerta después. En su propia calle, en el centro de Vigo, es corriente ver carteles pidiendo justicia para Débora en farolas próximas a su portal. Tendrá que acudir a declarar, con abogado, en apenas una semana ante la jueza de Tui que se encarga de llevar a cabo este procedimiento.

 

EL PROCESO 

La desaparición

30 de abril del 2002. Déborah Fernández-Cervera, de 22 años y residente en Alcabre, salió a correr por la zona de Samil esa tarde. Volvía a casa cuando se pierde su pista. 

El cuerpo

10 de mayo del 2002. El cadáver de Déborah fue hallado desnudo y sin signos de violencia en una cuneta de O Rosal, a 40 kilómetros de Vigo. Estaba colocado con una escenificación y pruebas falsas para despistar a la policía. 

La reapertura del caso

7 de noviembre del 2019. Tras años con el caso cerrado, la familia aporta un testimonio que obliga a practicar nuevas diligencias. La jueza de Instrucción número 2 de Tui reabre la investigación y cita a declarar a varios testigos. A ello se suman otras prácticas, como el análisis del disco duro del ordenador de la joven, cuyo resultado no ha trascendido. 

La exhumación

18 de mayo del 2021. Los forenses extraen el cadáver y hacen un tac. Recuperan ocho uñas y las envían al Toxicológico de Madrid para extraer fibras y ADN. 

La inhumación

27 de mayo del 2021: La Justicia devuelve el cuerpo de la joven al cementerio de Pereiró tras realizar la segunda autopsia.

Nuevas vías de investigación

19 de junio del 2021: Aparecen pelo y fibras en las uñas de Déborah. Este hallazgo abre nuevas vías de investigación