Quique de cañas

VIGO

07 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

A Quique De Lucas lo pilló el otro día una cámara de La Sexta con un vaso de plástico con un líquido amarillento con una jugosa espuma en su parte superior. No pasa nada por tomarse una cervecita de vez en cuando. Es saludable y relajante; sabe bien y suelta la lengua. Cosa bien distinta es bajarse unas birras en el banquillo del Sánchez Pizjuán, justo antes de saltar al terreno de juego porque eres interior derecho en el Celta y tienes enfrente al Sevilla. Por eso el club ha negado que el líquido amarillo con espuma que bebía el jugador fuese cerveza. Era, dice el Celta muy grave en un comunicado, una bebida energética. Seguro que el club se refiere a la típica bebida energética que deja restos de espuma en el vaso. Sí, sí, la típica bebida energética de color dorado. La típica bebida energética que bebes en vaso de plástico, a ser posible fría. Camarero, una bebida energética; ¡y bien tirada, por favor!

Yo no sé si está bien o no beber cerveza antes de un partido. En mi trabajo la cerveza influye: si yo me tomara una cañita antes de escribir este artículo, sería bien diferente. Igual mejor. En el trabajo de De Lucas debe de influir también: el catalán es especializado en Dietética y Nutrición y, cuando por las redes sociales corría como la espuma de bebida energética que estaba con un vaso en el banquillo, se apresuró a negar que fuera cerveza.

De la cerveza se lee de todo. Una vez vi un estudio que la recomendaba incluso para adelgazar. ¿Por qué no, entonces, para meter goles?

Hace unos meses, antes de jugar en el Bernabéu, De Lucas dijo: «Para nosotros es como estar en lista de espera para ir a El Bulli, llevamos cinco años de espera y no vamos a pedir una ensalada, sino como somos nosotros, descarados al máximo, un Petrus del 89», que no es un champán. Es una bebida energética.

angel.paniagua@lavoz.es