Alberto Chicote: «En Galicia se come que da gusto»

Beatriz Pallas REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

El presentador de Pesadilla en la cocina en La Sexta afirma que «tenemos que intentar mejorar la gastronomía española por los pies»

10 may 2013 . Actualizado a las 01:29 h.

Las frases lapidarias y las chaquetas pop de Alberto Chicote vuelven esta noche a La Sexta con la segunda temporada de Pesadilla en la cocina, uno de los programas revelación de los últimos tiempos. En los nuevos episodios, impartirá sus lecciones de cocina, gestión empresarial y sentido común a locales como un bar de tapas, un asador y un chiringuito de playa.

-Se ha convertido en el personaje televisivo más buscado. ¿Cómo lleva la fama?

-Si tú lo dices yo me lo creo, pero no tengo conciencia de que sea así. Para mí nada ha cambiado con respecto a cómo era antes. Tengo unos horarios diferentes los días que trabajo, pero cuando tengo el día libre sigo haciendo lo mismo de antes: estoy con mi mujer, salgo con la cámara de fotos o cojo el arco y las flechas y voy a hacer tiro.

-¿Sorprenderá la segunda temporada de «Pesadilla en la cocina» tanto como la primera?

-El programa tiene un principio que es siempre igual, que es un restaurante al borde del cierre que nos pide ayuda. Pero cada sitio, cada propietario y cada equipo de trabajo son distintos y esto hace que todo cambie en cada episodio.

-El espectador se queda impactado con la falta de higiene de algún local. ¿Diría usted que es este el principal problema?

-La falta de higiene o los productos en mal estado no son más que un síntoma del problema real, porque si toda la dificultad de un local fuese que la cocina está sucia se solucionaría limpiándola. Pero normalmente tiene que ver más con la dejadez, la falta de interés, el desánimo, con tener profesionales que no lo son ni lo han sido nunca o con montar un negocio sin saber. Por eso lo que hay que hacer de verdad es recuperar el compromiso, la ilusión y el ansia por hacer bien el trabajo.

-En esta segunda temporada, los dueños ya conocen el programa y ya lo ven venir. ¿Cómo ha sido su reacción?

-Las cosas han cambiado, porque ahora ya saben de qué va. Pero olvidan un detalle importante y es que ellos son los que determinan por dónde va a ir el programa con su propia idiosincrasia y su forma de hacer las cosas. Están muy equivocados si piensan que yo voy a decir que la comida es mala cuando no lo es y en realidad el problema es otro.

-¿Han tenido peticiones de auxilio desde Galicia?

-Solicitudes sí, pero no hemos ido a ningún local de momento.

-Lo más cerca que ha pasado ha sido aquel restaurante llamado El Castro de Lugo de la primera temporada, que le hizo vomitar y que acabó cerrando...

-Aquello era algo muy lejano a Galicia. Tan lejano como Nueva Zelanda... En Galicia tenéis una tierra donde se come que da gusto, desde la cocina con el producto que apenas se toca a la creación más elaborada. ¡Vaya tierra tenéis!

-¿Tenemos dos Españas culinariamente hablando, la de El Celler de Can Roca, el mejor restaurante del mundo, y la que nos revela Chicote?

-No creo que haya dos Españas. Sí tenemos una posición fantástica en el nivel más alto de la cocina, pero a nivel más casero, en el restaurante de la esquina o el que hay debajo de casa, no ocurre lo mismo. Tenemos que intentar mejorar la gastronomía española por los pies.

-¿Cómo?

-Con profesionalidad. Que la gente no piense que un restaurante lo puede montar cualquiera. Ni en ese sentido ni en el inverso. Tampoco una persona por el hecho de ser buen cocinero tiene por qué saber llevar un local con éxito.

-A mucha gente, ver su programa le quita las ganas de salir a comer fuera. ¿Qué cree que opina el sector hostelero?

-Creo que más que quitarle las ganas, lo que la gente está entendiendo es que dar de comer cuesta más esfuerzo de lo que piensa la mayoría. Poner un plato en la mesa de un restaurante requiere mantener un local en buenas condiciones y tiene mucho trabajo detrás que no se ve.