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Pregunta, encuentra y entiende en el portal Classora

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Emprendedores gallegos harán pública en otoño en la Red una base de conocimiento que integra información de diversas fuentes y que permitirá ofrecer una visión diferente de los datos disponibles en Internet

19 jul 2010 . Actualizado a las 20:02 h.

Cautos pero convencidos del potencial que atesora este nuevo proyecto TIC gallego, los impulsores de Classora ya trabajan, a pesar del calor veraniego, con la mente puesta en el otoño, estación en la que harán pública en la Red su nueva plataforma.

Procedentes del ámbito del Bussiness Inteligence, los autores del mismo, cuatro emprendedores de en torno a los 30 años, se decidieron a aplicar el conocimiento y las técnicas adquiridas en ese sector (en el que se familiarizaron con las herramientas informáticas que permiten a las empresas realizar un análisis avanzado de datos y diversas estimaciones) a la información disponible en la Red. Así, Iván Gómez, al frente de Classora desde enero del 2008, explica cómo el portal ?que, en la actualidad se halla en una beta cerrada, es decir, solo está disponible para un grupo de personas que acceden a él con contraseña? nace como una base de conocimiento que integra información de diversas fuentes públicas (INE, Banco Mundial, etc.) y privadas, así como de los datos aportados por usuarios de Internet, y en la cuál los internautas pueden hallar respuesta a preguntas que «no tendrían solución en las aplicaciones en línea actuales». «¿Cuáles son los países con una mayor extensión que España?» o «¿cuántos edificios de Nueva York construidos entre 1970 y 1980 superan los 200 metros de altura?» podrían ser tan solo dos ejemplos.

Ante lo ambicioso del proyecto, Iván Gómez no esconde las dificultades técnicas a las que se ha tenido que enfrentar esta joven empresa gallega aunque aclara que «prefieren verlas como retos». Una de ellas, quizás la más importante, ante el desafío que supone hallar respuesta a cualquier pregunta formulada, es el constante proceso de integración y actualización de datos, un hándicap al que Classora ha hecho frente con casi año y medio de trabajo. La información, que se puede cargar de forma automática (mediante robots) o manual (a partir de la colaboración de los usuarios), queda almacenada en unidades de conocimiento, entre las que la herramienta busca los resultados. Para poder hacernos una idea del volumen de documentos tratados, Diana Sánchez, otra de las creadoras del proyecto, hace un símil con la Wikipedia en español. «Mientras que la enciclopedia maneja aproximadamente 600.000 artículos, en Classora ya se han conseguido introducir más de 350.000 unidades de conocimiento».

Como segundo obstáculo a solventar se hallaría la complicada interpretación del lenguaje humano (el programa deberá saber contestar a la inquietud concreta del usuario), un campo para el que Classora ha desarrollado un lenguaje semiformal de consulta, aún en perfeccionamiento.

Visualización de los datos

Pero frente a los contratiempos, los jóvenes emprendedores se aferran a los puntos fuertes del proyecto que han logrado dotarle de un valor añadido. Entre ellos, Iván Gómez destaca la capacidad de la plataforma para visualizar la información en diferentes formatos (ránkings, tablas, gráficos, mapas, etc.) y la «ventaja competitiva de poder cruzar los datos de cada unidad de conocimiento con todos los informes, clasificaciones y encuestas en los que figura, así como trazar su evolución temporal». Llevado, por ejemplo, al terreno de la Fórmula 1, y ante una pregunta sobre cuáles son las escuderías que compiten en esta temporada, Classora permitiría obtener, además de la respuesta concreta, datos sobre quién es el fundador de la marca, su lugar de origen o, incluso, cuántos habitantes tiene en la actualidad esa localidad.

Para el joven empresario gallego este factor lo singulariza frente a anteriores bases de conocimiento, como pueden ser Wolfram Alpha, Freebase o Google Squared, y le abre distintas e importantes posibilidades de negocio, en un ámbito, además, el de las aplicaciones de Internet, en donde cada vez es más sencillo traspasar fronteras.