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Las mareas vivas impiden calibrar la dimensión real del desastre marisquero causado por las borrascas

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Carmela Queijeiro

La cofradía de Noia calcula que ha muerto la mitad de la cría de bivalvo

08 nov 2023 . Actualizado a las 20:31 h.

Dos días llevan paleando bivalvo para devolverlo al mar un batallón de mariscadores de la cofradía de Noia. La suya es una lucha contra reloj, intentando que el molusco arrastrado por la sucesión de borrascas de las últimas jornadas —berberecho en su mayor parte— pase el menor tiempo posible en la orilla y pueda arraigar de nuevo. Tanto en Noia como en las restantes concesiones marisqueras de Galicia, la magnitud de la tragedia tardará tiempo en calibrarse. Las mareas vivas obligan a trabajar por la tarde, con la noche echándose encima cada día un poco antes, e impiden que en muchas playas el agua baje lo suficiente para comprobar la cantidad de bivalvo que ha sido arrastrado.

Así sucede en Rianxo, donde la responsable del colectivo de a pie, Arancha Abuín, reconoce que solo han podido conocer vagamente la incidencia del desastre en las concesiones de A Torre y O Porrón, donde la tarde del lunes se afanaron por recuperar el molusco. «Ata a vindeira semana non poderemos mirar como está o resto». Lo mismo sucede en Boiro, donde existe una gran inquietud por lo que pueden encontrarse.

En Noia, el patrón mayor, Santiago Cruz, junto a otros responsables del pósito y la bióloga efectuaron ayer por la mañana un muestreo preliminar para evaluar los daños. Los datos son malos, seguramente peor de lo que se intuía el lunes. Santiago Cruz cifraba ayer entre un 50 y un 60 % la mortandad en la cría de bivalvo en las concesiones a flote. Eso en un sondeo efectuado en A Misela y O Cuncheiro, dos de las zonas de trabajo más importantes.

El entorno del puente de A Illa es la zona cero del desastre marisquero en Vilanova. Allí, dos grupos de diez personas intentaban ayer por la tarde devolver al mar la mayor cantidad posible de bivalvo que seguía vivo en la orilla a pesar de los golpes de mar, las horas transcurridas desde su arribada y la proliferación de depredadores. La situación no es tan dantesca como la de Testal, o de varios arenales de Rianxo, pero supone un mazazo para los planes de la cofradía de Vilanova, sobre todo para su agrupación de a pie.

En la playa del puente, los profesionales doblaban la espalda o directamente se arrodillaban para separar las cáscaras de los ejemplares vivos. «Atopamos de todo, tanto ameixa como berberecho. Sobre todo cría de berberecho», explicaban. Porque en los cubos y calderos de rescate abundaban piezas pequeñas, que aún necesitarían una larga temporada en el mar antes de alcanzar talla comercial. La intención de la agrupación de a pie es darles ese tiempo y por eso el marisco recogido se devuelve al agua en la misma zona en la que fue recogido. «Xa non hai marisco bo para vender, e agora...». Una de las mujeres que se aplica a la faena no puede contener su disgusto. Habla de escasez, habla de problemas de crecimiento y habla de malos augurios para la campaña de Navidad. «O que non vai ser bo vai ser o ano que vén», terciaba una de sus compañeras.

También las mariscadoras de Cambados han detectado arrastres de marisco a la orilla, pero según su la presidenta del colectivo, Teresa Bugallo, hasta mediados de la próxima semana no podrán decir, a ciencia cierta, a cuánto asciende la factura de los temporales en sus bancos marisqueros. «O domingo fumos cinco da directiva a mirar como estaba todo e en San Tomé recollimos cerca de 70 quilos de marisco que devolvemos ao mar», dijo. En A Illa, las profesionales del marisqueo recogieron unos cuantos capachos de bivalvo arrastrado por el mar hasta las playas que ciñen la localidad; de nuevo, habrán de esperar unos días para ver el alcance de los daños del temporal. Lo mismo ocurre en Carril, donde los parquistas reconocen que no esperan «nada bo».

Domingos también ha causado daños en el marisco en el área de A Coruña. La playa de O Pedrido (Bergondo) apareció cubierta de conchas de almejas, longueirón y alguna ostra de cuya vianda dieron buena cuenta las gaviotas. También en la zona de Ponte do Porco, en Miño, el mar arrastró marisco a la orilla. Sin embargo, desde la cofradía, el patrón mayor, José Antonio Anido, resta importancia a los daños económicos, dado que la mayor parte de lo que arrastró la marea era longueirón, una especie que no explotan. «Houbo tanto mar forte, que o longueirón arráncao de abaixo e despois non volve a enterrar, faríao no caso de que o mar se quedara quieto, pero senón estao movéndoo dun ladro para outro e mátao. Non foi do que chovera, senón do temporal de mar», puntualiza Anido. Pero, desde luego, el desastre no es de la magnitud del registrado en la zona de Barbanza: «Aquí non nos afectou como nas Rías Baixas, non quixera que nos pasara o que lle está pasando a esa xente», comenta el patrón mayor, que recalca que «o marisco que collemos, por agora, non o vemos coa boca aberta, pero se sigue chovendo desta maneira algo vai a afectar, case seguro, por culpa da salinidade da auga».

En Camariñas, la marea no vomitó marisco como lo hizo en la ría de Muros-Noia, pero los 120 profesionales de a pie y a flote de la cofradía dan por perdida la campaña del berberecho y de almeja japónica: «O pouco desove e a pouca cría que había levounos por diante os temporais», lamentó Jacqueline Lista Fateira, presidenta de la agrupación de mariscadores. Dice que, al tratarse de una ría abierta al mar, «as borrascas removeron todo o fondo mariño. Tanto a primeira capa, onde se asenta o berberecho, como as inferiores, onde cría a ameixa. Non hai nada de marisco, perdeuse todo». En el pósito también temen por otro de los productos estrella: la almeja fina, que antes de esta cadena de borrascas cotizaba a una media de 37 euros el kilo. En la agrupación decidieron parar este mes por la escasez de producto: «Estabamos, como se di, en servizos mínimos, e na asemblea decidimos parar este mes porque estabamos a coller dous quilos ao día, cando antes eran entre catro e cinco».

El tren de temporales ha empeorado la situación de las playas de O Ariño, A Paxariña y A Basa, así como la zona de extracción conocida por O Rejo dos Coiros. Un problema, según Lista, que hunde sus raíces siete años atrás, cuando una ciclogénesis explosiva derrumbó por completo la duna que hacía de paraguas entre los principales bancos marisqueros de Camariñas y la desembocadura del río Grande. La situación se vio agravada por una nefasta gestión del recurso en los últimos años, según los profesionales.

En el pósito camariñán cruzan ahora los dedos para que, por lo menos, el mar permita extraer algo de almeja fina en diciembre con el que obtener un complemento a las ya de por sí mermadas rentas de las mariscadoras locales.

El patrón mayor de Noia atribuye parte de lo ocurrido a que la presa del Tambre se abrió con bajamar

Santiago Cruz aludió a las 1.700 familias que viven del marisqueo en la ría y lamentó la falta de atención de las Administraciones: «Son danos psicolóxicos e económicos»

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Visiblemente afectado, refiriéndose constantemente a las 1.700 familias que viven de la campaña marisquera de Noia, el patrón mayor, Santiago Cruz, volvía a reclamar ayer de la Xunta un protocolo de actuación para el vaciado de las presas. No duda en atribuir parte de la catástrofe a la apertura de la presa del Tambre durante la bajamar: «Son dúas cataratas, baixa a salinidade e arrastra o beberecho. É certo que houbo vento e choiva, pero teñen 14 ou 16 horas para soltar a auga sen facelo canto máis dano provoca».

Precisamente, la cofradía de Noia mantuvo hace dos semanas una reunión con el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, al que transmitieron la necesidad de que la Xunta elabore un protocolo para que cumplan las empresas eléctricas.

Santiago Cruz aseguró que el domingo acudió al lugar y las dos compuertas de la presa «estaban abertas metro e medio. Ninguén mira por nós. Son danos psicolóxicos e económicos».

El patrón mayor recordó que esta misma situación se vivió el invierno pasado, provocando una mortandad del marisco del 80 % que ha obligado a cerrar la campaña marisquera tras solo ocho jornadas de actividad.

Informes de Gardacostas

Por su parte, agentes de Gardacostas levantaron informes sobre la mortandad de diversas especies marisqueras en las playas de Testal y Taramancos, así como en Portosiavo y la seca de Broña.

La Consellería do Mar evalúa el estado de los distintos bancos y el impacto de factores como las inclemencias meteorológicas y la baja salinidad de las aguas.

Ayer por la tarde, la directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Susana Rodríguez, se desplazó a Noia para ponerse a disposición de la cofradía. Fuentes de la Xunta indicaron que «desde este departamento estase a traballar en coordinación cos biólogos de zona da consellería e cos de cada confraría e préstase apoio a quen así o solicita».

También se manifestó por parte de la Consellería do Mar que «aínda é cedo para calibrar o impacto no futuro dos bancos marisqueiros, sobre todo porque tras casi un mes de choivas continuas queda moito inverno e temporais por diante».

La Xunta señala que deberán recopilarse los informes que emitan los servicios técnicos de cada cofradía y estima que, posiblemente, hasta la primavera no puedan tenerse datos sobre el estado de los recursos.