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Las pescaderías podrán servir en el local producto elaborado y cocinado

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Oscar Vázquez

El nuevo real decreto sobre higiene en el comercio al por menor permite

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Preparados, listos, ya. Ha finalizado la cuenta atrás para que las pescaderías tradicionales puedan «empezar a competir. Por fin», destaca Luisa Álvarez, gerente de Fedepesca, la patronal nacional del comercio minorista de pescado. El pistoletazo de salida de esa carrera sonó a finales del mes pasado, con la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del real decreto 1021/2022, de 13 de diciembre, que establece requisitos en materia de higiene en la producción y comercialización de alimentos en el comercio al por menor.

Con el estruendo de ese disparo cayeron muchas de las trabas que las pescaderías tenían para salir de lo de siempre —ese entero, en filetes, en rodajas o en lomos; los cortes de toda la vida— y poder entrar en el mundo de las hamburguesas, croquetas, adobados u otras elaboraciones propias en crudo o de quinta gama que hasta ahora solo podían expedir si quienes las procesaban y envasaban eran otros, aclara Álvarez. Y, sobre todo, ha rellenado los obstáculos que había en forma de lagunas para ofrecer degustaciones y productos preparados en el propio local.

El nuevo texto legal, que desarrolla el paquete de higiene comunitario, determina que en los comercios al por menor podrán existir zonas de degustación de los productos que comercializan. Eso sí, si son comidas preparadas deberán disponer de un área en el local separada de la zona de ventas, para evitar la contaminación cruzada entre los alimentos cocinados y los expuestos para su comercialización en fresco e impedir que la condensación del cocinado pueda afectar a los que seguirán saliendo enteros, en filetes, en rodajas o en lomos.

Evolución de la pescadería

Es el paso que faltaba para poder evolucionar y adaptarse a un consumidor que reclama nuevas experiencias de compra. Un cliente sin tiempo, al que los mandos de la cocina se le parecen cada vez más al de una nave espacial, en el que la pescadería tradicional veía un nicho que, sin embargo, no podía explotar. «Se estaba dejando campo a otros negocios, como la hostelería, con el delivery y el take away, mientras el comercio especializado de pescado veía caer las ventas y estaba desapareciendo», explica Luisa Álvarez, que recuerda que desde el 2008 han desaparecido el 30 % de las pescaderías tradicionales.

Así que, tras la publicación del nuevo real decreto, «estamos encantados de la vida», resume la gerente de Fedepesca, satisfecha de las flexibilidades que este texto legal introduce en una legislación que era «mucho más restrictiva incluso que la normativa comunitaria y del resto de Europa», donde la quinta gama y las catas en el local están más que consolidadas desde hace tiempo.

En España, sin embargo, estaban limitadas y en algunos casos, como el de Galicia, impedidas. En la Dirección Xeral de Saúde Pública a la patronal de las pescaderías le habían dejado claro que mientras no se publicase la regulación sanitaria estatal no tendrían cabida las preparaciones de producto. Y como no quedaba claro en la normativa, la legalidad de que una pescadería vendiera productos semipreparados, como el salpicón de pulpo o el cazón adobado, quedaba al «arbitrio del inspector de turno». Y todo por hacer algo que las carnicerías, gracias a una legislación especial, pueden hacer desde hace cuatro decenios, apunta la gerente de la patronal nacional.

Alérgenos y otra información

Huelga decir que los productos de quinta gama o los cocinados que se dispensen en las pescaderías llevarán la información alimentaria al consumidor exigida. Podrán llevar asimismo la expresión «elaborado por», seguido del tipo y el nombre del establecimiento elaborador en la etiqueta, o «elaboración propia» en un cartel o rótulo próximo al producto, en un listado fuera del expositor o en una zona delimitada, cuando no se presenten envasados. En este último caso solo podrán venderse en el establecimiento donde se han elaborado o en las sucursales del mismo.

Se permite vender a establecimientos de terceros hasta un
25 % de producto preparado

No solo en Galicia tenían las pescaderías problemas para comercializar sus propias elaboraciones. Luisa Álvarez, que al frente de Fedepesca promovió las Pescatas, catas de producto en el comercio especializado, resalta que también en Madrid encontraban trabas a la hora de trabajar en mercados municipales. La patronal espera que este paraguas normativo elimine los problemas en todas las comunidades.

Otro aspecto positivo que resalta la federación de detallistas es que el real decreto actualiza y clarifica la definición de actividad marginal, localizada y restringida. Y en esa explicación se abre la puerta a que las pescaderías surtan de producto elaborado o platos preparados a otros establecimientos, como restaurantes o locales hosteleros. No podrán convertirla, eso sí, en su actividad principal. Así, se considerará actividad marginal el «suministro de alimentos a otros establecimientos de comercio al por menor inferior o igual al 25 % del volumen anual de alimentos comercializados» o suponga «una comercialización total de un máximo de 500 kilos a la semana, incluyendo el suministro a consumidor final y a otros establecimientos de comercio al por menor».

Se considerará que la actividad es localizada cuando la pescadería suministra a otro negocio situado en su «unidad sanitaria local, zona de salud o territorio de iguales características». Si están situados en otra comunidad autónoma, el suministro podrá realizarse en un radio inferior o igual a 50 kilómetros del local.