«Nuestra misión es traer lo mejor del mar y acercarlo al cliente, tenerlo enamorado de nuestros productos porque somos amantes del pescado». Nuria Gustems, cuarta generación de una familia de pescaderos y directora general de las empresas barcelonesas Gran Blau y Pepito Torné, relató con pasión su experiencia de diez años en Gran Blau, el 95 % de cuyos clientes son restaurantes y hoteles. Comprobado «que valoran el origen del producto», los 59 empleados de la empresa se esfuerzan en «ser el pescadero» de profesionales que aprecian que cada pieza fresca llegue «con nombre y apellidos». Cae el consumo de pescado porque «hay desconocimiento del producto» y, aunque la venta on-line «es lenta y complicada», Nuria Gustems ratificó en Celeiro su apuesta por ese canal.
Los últimos estudios de mercado confirman que en España se agudiza una tendencia iniciada ocho años atrás, la caída del consumo de pescado fresco. Hasta septiembre, bajó un 7,1% el volumen y el 3,7 % el valor; con referencia al año pasado, cuando ya descendió un 3,3 % respecto al 2016. Bonito y atún, con un 21% y merluza, con un 15 %; son los que más se han resentido. En el lado contrario, el salmón, que subió un 8 %, y la lubina, que sumó un 5 %. Los datos los aportó ayer en Celeiro Ángels Segura, responsable de productos del mar en Aecoc (Asociación Española de Codificación Comercial). Comparte con Nuria Gustems que los españoles comerán más pescado «creando una mayor vinculación emocional, transmitiendo su origen para enamorar».